Los sindicatos recomiendan precaución ante dictamen en la UE sobre privacidad en el trabajo

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Los sindicatos europeos advierten que una decisión de los tribunales de la UE en relación con la utilización de Internet con fines privados durante las horas de trabajo no debería dar “luz verde a una invasión descontrolada” de la privacidad de los empleados, pese al temor de que pudiera suponer la introducción de políticas empresariales más rígidas, estilo estadounidense.

A mediados de enero, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) en Estrasburgo dictaminó que encontraba “razonable que un empleador quiera verificar que los empleados estaban cumpliendo con sus tareas profesionales durante el horario laboral”.

Por lo tanto estableció que la compañía, no identificada en los documentos del caso, tenía derecho a despedir en 2007 a un ingeniero tras descubrir que la cuenta de Yahoo Messenger puesta a su disposición específicamente para tratar las demandas de los clientes, estaba siendo utilizada para comunicarse con familiares y amigos.

El tribunal indicó que la decisión de la empresa de controlar las comunicaciones de Bogdan Mihai Bărbulescu había sido “el único método posible para establecer si había cometido una falta disciplinaria”. Señaló que el empleador había accedido en un principio a la cuenta de mensajería de Bărbulescu pensando que contendría únicamente “comunicaciones relacionadas con la clientela”.

 
Las repercusiones

La Electronic Frontier Foundation, con sede en San Francisco y que hace campaña a favor de la privacidad en Internet, considera que se trata de un caso que sentará precedentes y tendrá amplias repercusiones en Europa.

“Muchas compañías estadounidenses han despedido a empleados por un uso ‘inapropiado’ de Internet, descuidando el trabajo por conversar con su pareja, o por visionar pornografía durante las horas de trabajo”, comentó a Equal Times Jeremy Malcolm, analista sobre política global de la Fundación.

“En Europa, la ley nunca fue clara respecto a si las compañías pueden prohibir que los empleados envíen correos electrónicos de carácter privado desde el lugar de trabajo, pero supongo que ahora la respuesta es que sí, pueden hacerlo”.

Sin embargo, Peter Scherrer, Secretario General Adjunto de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), señala que el tribunal nunca emitió un cheque en blanco para los empleadores. “La sentencia no debería dar luz verde a una invasión descontrolad de la privacidad de los empleados en el lugar de trabajo”, declara a Equal Times. “Tenemos que considerar las circunstancias en cada caso. En este caso concreto, el reglamento específicamente excluía la utilización de los recursos de la empresa con fines personales”.

Scherrer plantea otra cuestión relacionada: las horas extraordinarias no remuneradas, incluyendo el tiempo que se espera que los empleados dediquen a verificar y responder a posibles e-mails fuera de las horas de oficina.

“La comprobación ocasional del correo personal o la navegación en Internet no es nada en comparación con la cantidad de horas extraordinarias no remuneradas que los trabajadores europeos están regalando a sus empresas”, afirma.

El tribunal estableció que Bărbulescu había traspasado los límites al combinar cuestiones personales y profesionales. Las actas del tribunal indican que Bărbulescu inicialmente negó haber mantenido contacto con otras personas que no fuesen clientes, hasta que la compañía lo confrontó aportando pruebas de lo contrario.

Se presentó a Bărbulescu una transcripción de sus comunicaciones durante el período del 5-23 de julio de 2007, que según las actas del tribunal incluían “mensajes que intercambió con su hermano y con su novia, sobre cuestiones personales como su salud o su vida sexual”.

Bărbulescu adujo que vigilar sus comunicaciones constituía una violación de su derecho a la privacidad, pero el TEDH rechazó dicho argumento.

“La verificación efectuada por el empleador fue limitada en cuanto a su alcance y proporcionada” y, además, el empleado no “explicó de manera convincente por qué había utilizado la cuenta de Yahoo Messenger facilitada por la empresa, para fines personales”, indicó el tribunal europeo. “Nada indica que las autoridades locales no hubiesen alcanzado un justo equilibrio”.

 
Y ahora?

Malcolm señaló que la política de la compañía estaba muy clara. “Prohibía expresamente la utilización de aplicaciones de mensajería para fines personales. Así que las probabilidades de apelar esta decisión en concreto son muy escasas”.

Pero siempre hay una manera de eludir la intromisión de los jefes: los trabajadores pueden utilizar conexiones Internet privadas mediante sus teléfonos móviles o dispositivos personales mientras están en la oficina – siempre y cuando eso no incida en su trabajo, según el analista de la Electronic Rights Foundation. “Otra cosa que pueden hacer es preguntar sobre la política del empleador respecto a la utilización de Internet en el lugar de trabajo – aunque en cualquier caso ¡más vale que esa no sea la primera pregunta que planteen en una entrevista de trabajo!” comenta Malcolm.

El Parlamento Europeo está a punto de votar una nueva reforma de las normas sobre protección de datos, pero Malcolm considera que “no tendrá un impacto significativo en la capacidad de las compañías para vigilar el uso de Internet por parte de sus empleados”.

Constata la necesidad de “desarrollar y promover un modelo de política para la utilización de Internet en el lugar de trabajo, que respete las expectativas razonables del empleador de poder mantener un nivel básico de contacto con familiares y amigos durante las horas de trabajo, siempre y cuando ello no interfiera con el cumplimiento de sus responsabilidades laborales”.