Los trabajadores de la Unión Europea sumidos en la incertidumbre tras el voto suizo contra la migración

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La libre circulación de los trabajadores de la Unión Europea ha sido seriamente puesta en tela de juicio a raíz de un voto histórico que llevará al Gobierno suizo a reintroducir cuotas de migración.

Más de una década después de que Suiza abriera sus fronteras a los ciudadanos de la UE , una iniciativa federal “contra la migración de masa”, formulada por el populista Partido Popular (SVP/UDC) suizo de derechas, fue aprobada por una mayoría muy ajustada del 50,3 por ciento, el 9 de febrero.

El voto ha sido recibido con gran preocupación en la Unión Europea dado que el discurso populista contra la migración está ganando mucho impulso en vísperas de las elecciones europeas del mes de mayo.

La Confederación Europea de Sindicatos (CES) también expresó su inquietud ante lo que va a significar una nueva ley para los trabajadores y trabajadoras de la UE.

“Está claro que el resultado del referéndum socava la reciprocidad y los acuerdos en vigor, al tiempo que crea una situación de desequilibrio entre el derecho de los trabajadores a la libre circulación, por un lado, y la libre circulación del capital y los servicios por otro”, afirmó el Secretario Confederal de la CES Luca Visentini.

Los trabajadores extranjeros en Suiza se encuentran ahora entre la espada y la pared, señaló Visentini a Equal Times.
“Una vez agotadas dichas cuotas, puede impedirse la entrada a los ciudadanos de la UE, incluso si el mercado laboral suizo los necesita o si ya tienen un empleo allí.”
Además, según Thomas Zimmermann, portavoz de la Confederación Sindical de Suiza (SGB), el texto de la iniciativa introduce una “preferencia nacional” a la hora de llenar las vacantes de empleo.

Por lo tanto, cualquier trabajador migrante sin pasaporte suizo que de repente se quede sin empleo, corre el riesgo de perder su derecho de residencia y prestaciones sociales.

“Mano de obra barata”

Suiza tiene una población de aproximadamente ocho millones de habitantes, el 23 por ciento de los cuales son migrantes, procedentes principalmente de países vecinos como Italia, Francia y Alemania.

Según el partido SVP/UDC, la cuota protegerá el alto nivel de los salarios suizos, que consideran amenazado por esta “mano de obra barata” instalada en Suiza.

Otros de los argumentos esgrimidos por quienes están a favor de las reformas migratorias sugieren que el alto número de extranjeros en Suiza ha hecho subir los alquileres y ejerce presión sobre los sistemas sanitario y educativo.

Sin embargo, los sindicatos no están de acuerdo. “Esta evolución nos parece muy negativa”, revela Zimmerman a Equal Times.

“Este plan reintroduce límites al número de trabajadores extranjeros sin proteger los salarios suizos. Nuestro principio es que en Suiza los trabajadores han de recibir sueldos suizos, sin importar si son extranjeros o ciudadanos suizos.”

Cuando la libre circulación de los trabajadores se puso en práctica en 1999, los sindicatos introdujeron una serie de medidas de acompañamiento, tales como sanciones estrictas, inspecciones periódicas y convenios colectivos contundentes con el fin de proteger los salarios suizos.

Los representantes de los trabajadores y las trabajadoras están preocupados de que al abandonar el tratado, los políticos suizos también abandonen la aplicación de estas medidas.

“Es cierto que se han observado algunos casos escandalosos de dumping salarial, pero nuestra petición de reforzar las medidas de acompañamiento fue rechazada por el partido de derechas, así como por los empleadores.

“Lo que quiere el partido SVP/UDC no es la protección de los salarios de los trabajadores”, añadió Zimmermann.

 

Una victoria de los euroescépticos

Además de los trabajadores que actualmente viven y trabajan en Suiza, cada día son miles las personas que cruzan la frontera de Alemania, Francia e Italia para trabajar en la vecina Suiza, una práctica que el voto suizo también podría poner en peligro.

Jean -François Besson, Secretario General del Groupement Transfrontalier Européen, que representa a decenas de miles de ciudadanos franceses que trabajan en Suiza, señaló a la página web de noticias The Local que con este voto los suizos “rechazan” a los trabajadores franceses, lo que inevitablemente provoca “preocupación e incertidumbre acerca de su situación futura”.

La reacción de los representantes de los trabajadores italianos y alemanes fue similar.

Sin embargo, visto el aumento del sentimiento antimigratorio que está adueñándose de toda Europa, las consecuencias del voto del pasado domingo van mucho más lejos.

“El problema provocado por el voto suizo sobre las cuotas de migración va mucho más allá de las relaciones entre la UE y Suiza”, afirmó Janis Emmanouilidis, analista principal de políticas del Centro de Política Europea, durante una conferencia celebrada el miércoles.

“La migración ocupa un lugar importante en la agenda de algunos Estados miembros, que a menudo acusan a los ciudadanos de la UE de ‘turismo social’. La discriminación, la xenofobia y la hostilidad hacia el otro son los daños colaterales de la crisis que atraviesa la Unión Europea.”

Los partidos de derecha de Francia, Reino Unido y Alemania se apresuraron a felicitar a los suizos por su decisión.

En cuanto a las consecuencias económicas de este voto son, a juicio de Zimmerman, simplemente una “catástrofe”.

Suiza es la sede de las oficinas centrales de varias multinacionales como Nestlé, Roche y Credit Suisse.

“De aplicarse, sería sumamente negativo para la industria exportadora de Suiza, y contribuiría a la pérdida de decenas de miles de puestos de trabajo”, advierte Zimmerman.

Hasta el momento, la Comisión Europea solamente ha manifestado “lamentar que este voto avale una iniciativa para el establecimiento de límites cuantitativos a la migración”, al tiempo que afirma que va en contra del principio de la libre circulación de las personas entre la UE y Suiza, y que la relación entre la UE y Suiza deberá reexaminarse por completo.

El Parlamento suizo tiene tres años para poner en práctica el veredicto de los votantes, pero acaba de anunciar que tendrá listo un proyecto de ley para finales de este año.