Macedonia paga el precio de la indiferencia europea

Macedonia paga el precio de la indiferencia europea

Election posters show Nikola Gruevski, with the word “thief” written across them, in Skopje on 10 December 2016. The former Prime Minister and chair of the VMRO-DOMNE is accused of the illegal telephone surveillance of tens of thousands of Macedonians, plunging the country into a political crisis that has lasted two years. He has until the end of January to form a new government following the 11 December elections.

(Tanja Milevska)
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Macedonia se encuentra sumida desde el 9 de febrero de 2015 en una crisis política sin precedentes. Zoran Zaev, líder del partido de la oposición, la Unión Socialdemócrata (SDSM), que ya venía boicoteando el Parlamento desde 2014 tras unas elecciones consideradas amañadas, lanzaba ese día desde la sede de su partido lo que denominaría las “bombas”: grabaciones ilegales de conversaciones telefónicas obtenidas por un informante anónimo de los servicios secretos macedonios.

Periodistas, altos funcionarios, políticos, jueces, militantes… Todos podían haber sido acosados desde hace años por los servicios secretos. A la cabeza del servicio secreto reina soberanamente el primo hermano del desacreditado Primer Ministro y Presidente del partido en el poder, la Organización Revolucionaria Interna de Macedonia-Partido Democrático para la Unidad Nacional Macedonia (VMRO-DPMNE), Nikola Gruevski, de quien se supone emanó la orden de grabar las conversaciones telefónicas de miles de macedonios.

Las grabaciones sacaron a la luz lo que muchos de los opositores al régimen sospechaban no obstante desde hacía años: elecciones amañadas, presiones directas contra jueces y fiscales, amenazas y chantajes hacia los empleados de la administración pública, obligados a votar a favor del partido en el poder, e incluso el encubrimiento del asesinato de un joven que había sido abatido por las fuerzas de seguridad del Primer Ministro en 2011.

Tras destaparse el escándalo, se sucedieron numerosas manifestaciones políticas y civiles que desembocaron en un Gobierno técnico, además de un informe detallado de la Comisión Europea en el que se constataba el extraordinario nivel de violaciones de las norma europeas del Estado de derecho y la democracia, y un acuerdo negociado a duras penas entre los cuatro principales partidos y facilitado por la UE, denominado “Przino”.

Puntos claves de dicho acuerdo: la organización de elecciones “libres y equitativas” y el establecimiento de un órgano judicial ad hoc – la Fiscalía Especial – encargado de investigar las revelaciones de las grabaciones.

Establecida desde finales de 2015, la Fiscalía Especial y su equipo trabajan en unas condiciones lamentables. Son blanco de ataques constantes por parte del partido en el poder y han tenido que afrontar además la muerte misteriosa de un testigo clave así como el hecho de que la judicatura siga estando bajo la influencia del partido.

Porque, si bien Gruevski ya no está formalmente a la cabeza del país, hay pocas dudas en cuanto al control total que ejerce sobre las instituciones y el sistema de intimidación de los electores, bien rodado desde 2006: subvenciones, ayudas sociales, inspecciones intempestivas a empresas privadas sospechosas de no apoyar al partido en el poder, sobornos en el empleo público, en el proceso de escolarización de los niños e incluso para poder realizarse una fertilización in vitro.

Desde hace años, el partido ha perfeccionado los métodos de extorsión de los electores sin tener necesariamente que recurrir a la introducción de votos fraudulentos en las urnas para ganar las elecciones.

 

Victoria pírrica

Ante la nocividad de semejante maquinaria, los esfuerzos de los observadores internacionales son limitados y la victoria de la VMRO, proclamada en las elecciones del 11 de diciembre, puede considerarse como una victoria pírrica. En una entrevista para Equal Times, el ex embajador europeo en Macedonia, Erwan Fouéré, va más lejos todavía:

“Si tuviéramos que tener en cuenta la intimidación que sufren los electores y la presión generalizada a la que han sido sometidos los funcionarios, tal y como se cita en el informe de observación de la OSCE/ODIHR, el número de votos para la oposición y los nuevos partidos emergentes habría sido mayor todavía”.

En efecto, por primera vez desde hace diez años, la VMRO no ha conseguido la mayoría absoluta. Curiosamente, esta mayoría absoluta la habría logrado únicamente, y por poco, mediante una coalición con su aliado albanés de siempre, la Unión Democrática para la Integración (DUI), igualmente en el punto de mira de las revelaciones filtradas por las escuchas ilegales y, por tanto, blanco potencial de las investigaciones de la Fiscalía Especial.

A pesar de esta victoria discutible, el Presidente de la República ha confiado al ex Primer Ministro el mandato de formar Gobierno antes del 29 de enero.

Tarea difícil donde las haya, puesto que se trata de aliarse con los partidos albaneses que han publicado recientemente una plataforma controlada por el Primer Ministro de Albania, Edi Rama, basada en unas demandas maximalistas, e incluso francamente irrealistas, y para algunos prácticamente imposibles, a satisfacer en la atmósfera tan perjudicial y tensa que reina actualmente en el país.

Entre estas demandas está el reconocimiento del “genocidio de los albaneses en Macedonia de 1912 a 1956”, aun cuando la República de Macedonia se inauguró en 1944...

Fouéré considera que esta plataforma es consecuencia de la “profunda desconfianza” que existe entre las comunidades étnicas, y cuya responsabilidad incumbe a la VMRO. “Esta atmósfera antagonista, y la propensión profundamente intolerante implícita en el partido de la VMRO-DPMNE, han llevado categóricamente a la inclusión de elementos inusuales en esta plataforma, como por ejemplo la referencia al genocidio”.

Así pues, a la profunda división entre los fieles al Gobierno y sus oponentes, regularmente tachados de “traidores” o de “quinta columna”, hay que sumar a partir de ahora una división étnica cada vez más pronunciada, alimentada desde 2006 por la VMRO, y visible en particular a través del sumamente controvertido proyecto de renovación del centro ciudad, denominado “Skopje 2014”.

Ante la proximidad de un nuevo Gobierno Gruevski, la VMRO ya ha amenazado a la sociedad civil y a las organizaciones financiadas en particular por la Open Society Foundation de George Soros. El antiguo y nuevo Primer Ministro tampoco ha escatimado ataques verbales contra los embajadores de los países occidentales.

 

Incertidumbre e inestabilidad

Ante semejante situación, la Unión Europea, a cuya adhesión Macedonia es oficialmente candidata desde 2005, se ha mantenido discreta e incluso impotente a lo largo de todo el proceso, limitándose por lo general a emitir alguna que otra reprimenda oral.

Desde el cierre so pretexto de evasión fiscal de la cadena de televisión privada más antigua, más popular pero igualmente más crítica con el Gobierno, que se llevó a cabo en 2011 y que sigue vigente, la Comisión Europea y los Estados Miembros de la UE no se han mostrado tajantes en ningún momento cuando los derechos humanos y el Estado de derecho han sido ultrajados en Macedonia.

“La respuesta sumamente débil de la Comisión Europea deja patente una indiferencia peligrosa y una falta de apreciación de la gravedad de lo que está sucediendo en Macedonia. (…) Por desgracia, a lo largo de los años, y en particular desde los violentos enfrentamientos que se produjeron en el Parlamento el 24 de diciembre de 2012, la respuesta de Europa ha sido cada vez más débil, incluso cuando el partido en el poder contravenía flagrantemente los compromisos asumidos en acuerdos negociados bajo los auspicios de la UE. La recomendación para el principio de las negociaciones con la UE debería haberse retirado tras los acontecimientos de 2012”.

“Hoy en día, el listón de lo que se considera aceptable está tan bajo que el partido en el poder se siente lo suficientemente fuerte para hacer lo que se le antoje. Esto transmite un mensaje aterrador al resto de la región y demuestra que la capacidad del efecto palanca de la UE no vale gran cosa. Anteponer la estabilidad al Estado de derecho es un mal planteamiento”, explica el ex diplomático europeo.

Fuentes diplomáticas europeas explican a Equal Times que en el seno del Consejo de la UE es muy difícil tomar medidas concretas con respecto a Macedonia, en particular las sanciones financieras que estuvieron a la orden del día durante los debates ministeriales en 2016, puesto que el partido en el poder puede contar con el apoyo de países como Hungría y Austria.

Por otra parte, Grecia está bloqueando todo avance euro-atlántico del país debido a una querella histórica que mantienen, desde 2008, respecto al nombre de Macedonia.

Por último, la Comisión Europea de Jean-Claude Juncker relegó oficialmente al olvido las cuestiones de ampliación el día de su investidura.

Privilegiar la estabilidad antes que la democracia y el Estado de derecho en los Balcanes, o en cualquier otro lugar, es una doctrina que no puede mantenerse en pie durante mucho tiempo.

En 2015 Macedonia se encontró de nuevo en situación conflictiva tras el enfrentamiento armado que se produjo en la ciudad de Kumanovo. Más al norte, en Bosnia, en Serbia y en Kosovo, donde al igual que en Macedonia reinan sobre unas poblaciones pobres y sin perspectivas de futuro unos regímenes mafiosos, nacionalistas y corruptos, una chispa podría bastar para que prendiera fuego el polvorín balcánico.

Con mayor razón en un contexto internacional inestable como el de una presidencia Donald Trump y Gobiernos de extrema derecha por toda Europa, menos inclinados todavía que el establishment actual a preocuparse por su periferia del sureste.

No obstante, la historia ha demostrado más de una vez que, para Europa, ignorar los Balcanes rara vez ha sido una idea sensata…

 

This article has been translated from French.