Malawi: demasiado joven para casarse, demasiado pobre para recibir una educación

Malawi: demasiado joven para casarse, demasiado pobre para recibir una educación

Chikwawa, al sur de Malawi: varias colegialas miran un póster destinado a disuadir a las niñas de contraer matrimonio a temprana edad.

(Elisha Kazonde)
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Una sola decisión a los 16 años cambió la vida de Mumderanji Loyidi. Era una estudiante brillante en la escuela Lisungwi Primary School de Neno, al sur de Malawi, y nunca olvidará el día en que le anunciaron que iban a casarla con un hombre que le triplicaba la edad.

Mumderanji, que se había quedado huérfana a los 9 años y que por aquel entonces sólo tenía 13 años, no podía creer que su tío la fuera a casar a tan temprana edad.

“Acababa de pasar los exámenes para la obtención del certificado de estudios primarios elementales. Era joven e infantil”, explica Mumderanji en una entrevista a Equal Times.

Actualmente divorciada de su marido de 42 años, y de vuelta a la escuela, Mumderanji forma parte del 50% de las niñas malauíes que se calcula terminan siendo niñas esposas.

Según UNICEF, el 46% de las niñas malauíes se casan antes de cumplir los 18 años. Teniendo en cuenta en el cómputo la decisión del Gobierno (tomada en 2015) de incrementar la edad mínima legal para contraer matrimonio de los 15 a los 18 años, aproximadamente el 9% de las niñas siguen casándose antes de los 15 años de edad, lo cual está legalmente permitido si se cuenta con el consentimiento de los padres.

Malawi registra una de las tasas más elevadas de matrimonio infantil del mundo, y la principal razón subyacente es la pobreza. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se calcula que el 29,8% de los 16 millones de habitantes que tiene el país vive en una situación de pobreza multidimensional grave.

Muchas familias casan a sus hijas jóvenes porque no pueden permitirse seguir manteniéndolas. La familia de la novia recibe la lobola (precio de la novia) y la niña se va a vivir con la familia de su nuevo marido. Hay zonas del país en las que se llega incluso a casar a las niñas jóvenes como medio para saldar una deuda.

Las consecuencias del matrimonio infantil son graves, no sólo porque las niñas se ven privadas de una educación, sino también en lo que respecta a su infancia, quedando expuestas a los peligros de un embarazo precoz y a diversas formas de abuso mental, físico y sexual.

Patricia Banda, de 17 años, otra superviviente de un matrimonio infantil, procedente de Nayuchi, en Machinga, Malawi central, declaró a Equal Times que fue violada y golpeada por su marido hasta que unos trabajadores sociales de la comunidad la rescataron.

“Yo era muy joven, no entendía lo que me estaba sucediendo”, dice Banda, que está ahora infectada con el VIH en un país donde unas 540.000 mujeres mayores de 15 años son seropositivas.

Madalitso Mondiwa, delegado de promoción y defensa en Plan International Malawi, dice que el problema de los matrimonios infantiles en Malawi se ha visto exacerbado por el hecho de que no se anima a los jóvenes a desempeñar un papel más activo en la lucha contra el matrimonio infantil.

“Es preciso empoderar a los jóvenes para que superen el estado de víctimas de las circunstancias en los matrimonios infantiles y propicien los cambios a los que aspiran”, dice Mondiwa.

En este sentido, Plan International Malawi está llevando a cabo una campaña encabezada por jóvenes que tiene por objetivo conseguir la enmienda del artículo 22(7) de la Constitución de Malawi, con arreglo al cual se sigue autorizando el matrimonio de personas de 15 a 18 años de edad si se cuenta con el consentimiento de los padres.

Tionge, de 24 años, que está trabajando en la campaña Because I am a Girl (Porque soy una niña) de Plan International Malawi, escribió en una entrada de blog: “Una mujer necesita estar física y mentalmente preparada para el matrimonio. No es algo con lo que una niña de 11 años pueda ni deba lidiar”.

 

La pobreza no es una excusa

Aunque la pobreza puede percibirse como una de las causas fundamentales de la prevalencia del matrimonio infantil en el país, Theresa Kachindamoto, dirigente tradicional del distrito de Dedza, en Malawi central, cuyo trabajo contra el matrimonio infantil acaparó los titulares internacionales el año pasado, dice que eso no es una excusa.

Kachindamoto, que ha anulado más de 850 matrimonios infantiles durante los últimos tres años, dice que casar a los niños/as constituye una violación grave de los derechos humanos que tiene que condenarse de la forma más enérgica posible porque genera un círculo vicioso del cual a las novias menores de edad les resulta muy difícil escapar.

“Las niñas se embarcan en estos matrimonios sin los mecanismos de supervivencia vitales necesarios y, en tanto que líderes tradicionales, nosotros condenamos enérgicamente estos matrimonios”, declaró a Equal Times.

No obstante, Kachindamoto se siente optimista con respecto a los progresos que se están logrando en la lucha contra el matrimonio infantil.

“El Gobierno se ha comprometido a acabar con esta práctica abusiva. Sin embargo, en nuestras leyes hay contradicciones y lagunas que permiten que este tipo de matrimonio se siga llevando a cabo”, dice. “Todas las partes interesadas, incluidos los líderes tradicionales, tienen la obligación de luchar contra esta práctica abusiva que suele dar lugar a una variación en la distribución de los ingresos entre hombres y mujeres en una etapa posterior de sus vidas”.

La Dra. Mary Shawa, secretaria principal en el Ministerio de Género, Infancia, Discapacidad y Bienestar Social, declaró a Equal Times:

“Reconocemos los problemas que genera el matrimonio infantil, y el Gobierno, con el apoyo de sus socios para el desarrollo, está luchando para combatirlo. Se está prestando especial atención a las niñas adolescentes vulnerables y marginadas que se encuentran en situaciones difíciles y que tienen que afrontar a perpetuidad los retos del matrimonio precoz, de los embarazos no deseados y de la infección del VIH”.

Shawa dice que su Ministerio, con el apoyo de SOS Children’s Villages, está desarrollando una Política Nacional sobre la Infancia que responderá a las necesidades de los niños y las niñas por medio de una legislación armonizada. Afirma que esta política permitirá cambiar la manera de diseñar los programas de desarrollo infantil y que los niños y las niñas puedan disfrutar de los derechos que les corresponden, reconocidos por el derecho internacional.

Nota de la redacción: El 14 de febrero de 2017 el Gobierno de Malawi pasó una enmienda constitucional elevando la edad mínima para casarse a los 18 años.

Este artículo ha sido traducido del inglés.