México necesita (más) vacaciones

México necesita (más) vacaciones

Mexico has the least holiday time of the OECD’s 38 member states. While the United States has no laws establishing minimum paid leave, companies there make independent agreements with employees that generally exceed Mexico’s six days.

(Consuelo Pagaza)
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Tomar vacaciones es un privilegio al alcance de pocos trabajadores en México.

La Ley Federal del Trabajo, que data de 1970, establece que los trabajadores mexicanos tienen seis días de vacaciones pagadas después del primer año de trabajo. Después se incrementan dos por año hasta llegar a doce días.

Estos seis días iniciales de descanso sitúan a México como uno de los países con menos vacaciones en el mundo, según estadísticas del World Policy Center. Pero algo está cambiando. El auge del teletrabajo provocado por la pandemia de la covid-19 ha puesto de relieve la importancia de la salud mental en el ámbito laboral y se están dando unos tímidos primeros pasos para modificar una cultura del trabajo caracterizada por jornadas eternas en la oficina y baja productividad.

En los últimos años, el Senado mexicano ha recibido un par de proyectos para incrementar los días de vacaciones obligatorias. Pero fue una tercera iniciativa, presentada en febrero pasado por la senadora de Movimiento Ciudadano (MC) Patricia Mercado la que ha dado el empujón definitivo a la propuesta.

Con el nombre de “Vacaciones Dignas Ya”, la iniciativa de la legisladora propone aumentar de seis a doce los días de vacaciones iniciales de los empleados y después sumar dos días cada año hasta llegar a los veinte. Para lograrlo, será necesario modificar el artículo 76 de la Ley Federal del Trabajo.

“Es la expresión de un cambio cultural que se está gestando desde hace algunos años y la pandemia aceleró el darnos cuenta de la importancia de la salud física y mental”, explica la senadora a Equal Times.

Según Mercado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que el 75% de los trabajadores mexicanos sufren burnout o estrés laboral y en 2030 la depresión será la principal causa de las incapacidades en el trabajo, por lo que atacar las causas del problema es un imperativo.

La senadora reconoce que el aumento de las vacaciones debería haberse discutido en serio hace mucho tiempo, aunque varios factores han confluido ahora para generar un consenso bastante amplio entre los actores del mercado laboral.

Por un lado, señala, la irrupción de empleados jóvenes, los llamados mileniales (generación Y) y la siguiente generación Z (centeniales), que tienen otras prioridades y valoran los beneficios laborales más allá del sueldo, y por otro el teletrabajo que trajo la pandemia y que en muchos casos extendió la jornada laboral e impidió la desconexión.

Luz verde de los empresarios

Una reforma de este calado requiere el beneplácito de los empresarios y el respaldo mayoritario de las fuerzas políticas. Por ello a fines de marzo se realizó en el Senado una sesión de parlamento abierto a la que asistieron autoridades del Gobierno, diputados y senadores, líderes sindicales, representantes de las principales asociaciones de empresarios y miembros de organismos internacionales.

La idea era presentar y discutir la iniciativa para que su tramitación en la Cámara de Diputados y el Senado sea limpia y sin sobresaltos. Y según la senadora Mercado, el objetivo se logró. “Todo lo que se discutió fue que sí, que vamos a cambiar. Solo tenemos que ponernos de acuerdo para ver cómo lo vamos a hacer”, explica la impulsora del proyecto.

José Medina Mora Icaza, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), se mostró a favor de duplicar los días de vacaciones de los trabajadores de grandes compañías pero pidió que se haga de modo progresivo en las micro, pequeñas y medianas empresas.

“En atención a las micro y pequeñas empresas, que este aumento en los días de vacaciones se haga con gradualidad, es decir que pase primero a nueve días, luego a 12 días y luego siga aumentando en dos días por año”, dijo el empresario durante su intervención en el parlamento abierto.

Ricardo Barbosa, presidente de la comisión laboral de la Coparmex, afirmó que la iniciativa es un primer paso para mejorar otros asuntos pendientes, como el 56% de la informalidad en el mercado laboral mexicano, y para migrar de una perspectiva de “trabajo digno” a una de “vida digna para los trabajadores”.

Por el lado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el director de la oficina de México y Cuba, Pedro Américo Furtado de Oliveira, subrayó que las vacaciones son un “descanso necesario por cuestión de salud mental y equilibrio emocional”.

El funcionario recordó que el Convenio 132 de la OIT sobre vacaciones remuneradas, ratificado por 38 países, entre los que no se encuentra México, establece que todas las personas tienen derecho a vacaciones anuales pagadas de como mínimo tres semanas laborales por un año de servicio.

México y Latinoamérica en cifras

Las cifras de vacaciones, horas trabajadas y niveles de productividad dejan mal parado a México y a otros países de América Latina, una región donde por lo general, se pasa mucho tiempo en el trabajo pero se aprovecha muy poco.

Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el país con menos vacaciones de los 38 Estados miembros del organismo. Sobre el papel solo supera a Estados Unidos, donde la ley no establece un periodo mínimo de descanso pagado y las empresas lo pactan de forma independiente con los empleados, aunque por lo general superan los seis días de México.

Chile y Colombia, ambos con quince días hábiles de vacaciones, también se encuentran en la zona baja de la lista, en la que la mayoría de países europeos supera los veinte días. Fuera de la OCDE, la comparación con otras naciones latinoamericanas, como Perú, Brasil y Panamá, donde hay treinta días de descanso, es dolorosa para México.

En cuanto a las horas trabajadas, México encabeza el listado de la OCDE con 2.124 por empleado al año, solo superado por Colombia con 2.172 horas. En el otro extremo, en Alemania trabajan 1.332 horas al año y en Dinamarca 1.346.

El problema es que las largas jornadas laborales de los empleados latinoamericanos no se traducen en una mayor productividad. Al contrario, son los trabajadores que menos producen de los países de la OCDE y ocupan lugares bajos e intermedios en el panorama internacional.

En un listado de 185 países elaborado por la OIT con estadísticas de productividad laboral, Nicaragua ocupa el lugar 140 con 6,6 dólares de producto interno bruto por hora trabajada. Por encima aparecen Perú (12,3 dólares), Colombia (14,8), Brasil (17,7), México (20,6), Argentina (29,8) o Chile (30,9) entre otros, todos a una enorme distancia de Luxemburgo (128,1) e Irlanda (122,2), los países más productivos.

Regina Espinosa Athié, jefa ejecutiva y cofundadora de Cuéntame, una plataforma personalizada de salud mental para empresas, cree que en Latinoamérica hay un “estigma” que asocia la productividad a pasar más horas que nadie en el trabajo y a suprimir el descanso y las vacaciones, una perspectiva completamente errónea.

“Las vacaciones permiten que las personas puedan estar con su familia, generar comunidad, esto da un sentido en tu vida personal de satisfacción, que eres una persona completa y cuando regresas a trabajar lo haces con un actitud y una energía diferente”, explica a Equal Times.

Es importante empezar a pensar en objetivos y no en horas trabajadas, lo que supone un giro total en la cultura laboral mexicana, donde las vacaciones aún se perciben como un beneficio del que se aprovechan los trabajadores perezosos, indica Espinosa Athié.

Esta emprendedora cree que la pandemia ha “acelerado” la conversación sobre la ansiedad, la depresión, el burnout y otros trastornos mentales en el ámbito laboral, un problema que ya existía pero del que pocos se atrevían a hablar.

Rita Castillo, docente de la Universidad Iberoamericana de México y consultora en recursos humanos, considera que el foco en la salud mental y el bienestar está llegando a las empresas mexicanas pero no será un proceso fácil ni rápido.

“No creo que sea tan rápido como en otros países porque la cultura aquí está muy orientada a la explotación y los mexicanos estamos acostumbrados a someternos a ese tipo de situaciones. Pero los patrones poco a poco empiezan a aceptar que si quieren tener resultados, necesitan gente sana mentalmente”, afirma a Equal Times.

Algunas compañías, sobre todo multinacionales o con una cultura corporativa enfocada al bienestar de los empleados, ya ofrecen más vacaciones que lo establecido en la ley y otras prestaciones, pero es más difícil implementar cambios en empresas familiares, pymes y en la administración pública. Para la consultora, el cambio de cultura organizacional debe arrancar por los líderes de las organizaciones y permear hacia los niveles inferiores.

This article has been translated from Spanish.