Pakistán: las mujeres y las niñas que no dejarán de ir a la escuela

Chand Bibi, de 38 años, lleva una escuela informal para niñas, de un solo aula, en una barriada pobre a las afueras de la capital de Pakistán, Islamabad.

La inmensa mayoría de las personas que viven en esta zona son de origen pakhtún, y proceden de las zonas de Afganistán y Pakistán más afectadas por la insurgencia talibán.

Chand pertenece a una familia conservadora pakhtún de Mingora – la misma ciudad en la provincia de Swat donde la activista y estudiante de 15 años Malala Yousafzai fue alcanzada por los disparos de un talibán en octubre de 2012. A Chand se le denegó la educación.

“Todavía me acuerdo de cuando mis hermanos se preparaban cada día para ir a la escuela.

A mí, por ser niña, no me dejaron ir a la escuela”, explica a Equal Times.

“Tardé 25 años en tener el valor para empezar a ir a una escuela no tradicional en Mingora, aunque mi padre nunca supo que estaba yendo la escuela.”

Chand accedió finalmente a la universidad a la edad de 35 años y empezó a dar clase a sus sobrinos y sobrinas.

En 2009 dejó su ciudad natal y se fue a vivir a Islamabad después de que las operaciones militares contra los talibanes la obligaran a abandonar Swat.

Desde entonces, Chand ha estado tratando, lo mejor que ha podido, de asegurarse de que las niñas pobres que viven en los suburbios no se vean privadas de una educación.

“Dispongo de escasos recursos y no puedo dar clase a más de 25 niñas al mismo tiempo. Eso no es nada en una barriada donde viven miles de familias.

“En la localidad no hay ninguna escuela pública. He tenido que enfrentarme a la dura oposición de los hombres, pero no estoy dispuesta a ceder a las presiones. Algunos han llegado a amenazarme, pero si abandonara a estas niñas perdería toda esperanza.”

Dice que al convertirse en un símbolo mundial del derecho de las niñas a recibir una educación, Malala es un modelo importante para las niñas paquistaníes, sobre todo para las que proceden de familias pakhtunes.

“Ahora hay más familias que envían a sus hijas a la escuela. No me cabe la menor duda de que llegará el día en que el hecho de que una niña pakhtún reciba una educación será un honor, no una deshonra”, añade.

 

Brecha de género

En Pakistán, un país donde cerca de las tres cuartas partes de las niñas no están matriculadas en la escuela primaria, las intervenciones de personas como Chand son una bendición.

La Mesa redonda ministerial sobre la iniciativa Aprendizaje para Todos de la semana pasada – celebrada como parte de las reuniones de primavera del FMI/Banco Mundial en Washtington DC – puso de relieve algunos de los progresos que se están realizando en pos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio sobre Educación, pero sigue quedando un largo camino por recorrer.

En el mundo hay 32 millones de niñas que siguen sin ir a la escuela.

En Pakistán, según él 10º Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo de la UNESCO (publicado en octubre de 2012), no se está haciendo lo suficiente para reducir la brecha de género en la educación.

El informe establece que, en 1991, el 78% de las personas más pobres de Pakistán no iban a la escuela, una cifra que en 2012 sólo se ha conseguido reducir al 62%.

En Pakistán hay 5 millones de niños que no están matriculados en la escuela, de los cuales 3 millones son niñas.

Dilsahd Begum, funcionaria de educación del distrito de Swat, dice que la proporción de niñas matriculadas en las escuelas primarias del distrito no alcanza ni el 30%.

Sin embargo, la cultura no es el único factor.

“La militancia también juega un papel importante a la hora de mantener a las niñas sin escolarizar en Swat y en otras partes de la conflictiva provincia de Khyber Pakhtunkhwa”, añade.

“En Swat, los talibanes han destruido 124 escuelas de niñas y otras 93 sufrieron desperfectos.”

No obstante, Begum dice que las cosas están cambiando poco a poco en la zona.

“El número de niñas estudiantes registradas en Swat aumentó de 74.904 en 2009 a 118.594 en 2011.”

 

Obstáculos estructurales

El 5 abril, Malala y la actriz americana Angelina Jolie lanzaron juntas una organización benéfica para financiar la educación de las niñas.

Anunciaron que el primer proyecto del “Fondo Malala” sería la construcción de una escuela para 40 niñas en su ciudad natal de Mingora.

“Transformemos la educación de 40 niñas en la educación de 40 millones de niñas”, dijo Malala en un mensaje grabado.

En otras zonas del país, los problemas son distintos.

En las provincias de Punjab y Sindh, la falta de infraestructura y de instalaciones básicas en las escuelas de niñas son dos de los principales factores que obstaculizan su educación.

Un funcionario de educación del distrito de Rawalpindi en la provincia de Punjab (que habló con Equal Times a condición de permanecer en el anonimato) dijo que en el distrito había un total de 619 escuelas de niñas.

 “En 488 de las escuelas no se dispone de instalaciones básicas, como por ejemplo aseos; 300 no tienen agua potable; y 165 escuelas carecen de límites geográficos”, explicó.

Abid Somro, un alto funcionario del Ministerio de Educación en la provincia de Sindh, dijo que de las 49.000 escuelas públicas de Sindh, apenas el 11% son escuelas de niñas.

“Más del 75% están cerradas. La falta de infraestructura y de instalaciones básicas son inconvenientes importantes, pero el problema principal es que los docentes no tienen ningún interés en ir a dar clase.

“La mayoría provienen de familias influyentes y sólo van a la escuela para cobrar sus sueldos”, dijo, observando que en Sindh la tasa de abandono escolar es del 60%.

“La mayor parte del presupuesto educativo se destina a pagar los salarios de los docentes”, añadió.

Zehra Arshad, coordinador nacional de la Pakistan Coalition for Education — una alianza de aproximadamente 200 ONG y otros actores que trabajan en la educación — dice que los últimos Gobiernos se esforzaron mucho para conseguir que un mayor número de niñas pudieran ir a la escuela.

“La agresión que sufrió Malala ayudó a que nuestros gobernantes se dieran cuenta de la importancia de la educación de las niñas. Después del incidente la comunidad internacional también ha empezado a prestar mayor atención a la educación de las niñas en Pakistán. La ONU ha creado un fondo especial con el nombre de Malala para promover la educación de las niñas.

El Gobierno de Pakistán también ha inscrito el derecho a la educación en la Constitución, lo cual es una medida positiva. Pero tenemos mucho por hacer.”

Cuando le preguntamos sobre las probabilidades de que Pakistán cumpla con su ODM relativo a la educación, la respuesta de Arshad fue realista: “No vamos a conseguir cumplir el Objetivo de Desarrollo del Milenio sobre educación por un margen considerable.”

Pero aún así, hay luz al final del túnel.

Tahira Khan, de 12 años, alumna de quinto en The Nation School de Karachi, fue una de las cuatro estudiantes que resultaron heridas a principios de este año, el 30 marzo, cuando varios hombres armados atacaron la escuela durante la presentación de una entrega de premios.

El director de la escuela, Abdul Rasheed Khan, y una estudiante perdieron la vida. Pero Tahira sigue yendo a la escuela. “Yo no tengo miedo a los agresores. Voy a seguir estudiando.”

Tahira todavía recuerda el día en que Malala visitó su escuela, apenas dos meses antes de que la propia Malala fuera alcanzada por los disparos de un talibán. “Ella es mi inspiración. Quiero llegar a ser como ella.”

 

  • El 28 abril, la Internacional de la Educación (IE), la federación mundial de sindicatos de docentes, lanzara un Fondo de Becas de Docentes en Karachi para rendir homenaje a todos/as los docentes y estudiantes que han perdido la vida o que han resultado heridos en el nombre de la educación de las niñas en Pakistán. Para contribuir al fondo o para obtener más información, hacer clic aquí.

  • También pueden firmar la petición del Enviado Especial que será enviada al Gobierno paquistaní, para que se ponga fin a los asesinatos y a la violencia que impiden a las niñas acceder a la educación, y para que se garantice que todas las niñas puedan ir a la escuela.