¿Pena de muerte para los terroristas? Israel trabaja para facilitar la aplicación de la pena capital

¿Pena de muerte para los terroristas? Israel trabaja para facilitar la aplicación de la pena capital

Graffiti con dos soldados israelíes apuntando a una mujer palestina en Belén, Cisjordania.

(Chloé Demoulin)

El ministro de Defensa y líder del partido ultranacionalista Israel Beitenou (Israel, nuestra casa), Avigdor Liberman, cumplió su promesa. La medida está ya encarrilada.

El 3 de enero de 2018, el Parlamento israelí (Knesset) aprobó en lectura preliminar un proyecto de ley para facilitar la aplicación de la pena de muerte a los terroristas. De 120 diputados, 52 votaron a favor y 49 en contra.

La legislación israelí autoriza la pena de muerte sólo en circunstancias muy excepcionales, como los crímenes de guerra. Israel la ha aplicado una sola vez, en 1962, al criminal nazi Adolf Eichmann.

En teoría, los tribunales militares israelíes también tienen el poder de condenar a muerte a los palestinos que hayan matado a un israelí en Cisjordania.

Pero el proceso debe cumplir dos condiciones: que el fiscal militar exija dicha pena y que la decisión sea tomada por unanimidad por un panel de tres jueces. Hasta ahora, jamás se ha dado el caso.

Sin embargo, el proyecto de ley presentado por el Gobierno propone que, para solicitar la pena de muerte, no sea obligatorio el requerimiento previo del fiscal militar, ni la unanimidad. Una mayoría de dos de los tres jueces bastaría para condenar a muerte a un terrorista.

El texto cuenta con el apoyo del primer ministro, Benjamin Netanyahu:

"Creo que, en casos extremos, cuando alguien asesina y se ríe (cuando mata), no debería pasar el resto de su vida en prisión, debería ser ejecutado", fue la justificación que esgrimió ante los diputados israelíes, el 3 de enero.

"La legislación debe ser muy simple y clara: el terrorista que mate a civiles inocentes será condenado a muerte. No más condiciones (cómodas) en la prisión y no más fotos (con escenas de felicitación) para los asesinos liberados, no más títulos universitarios", explicó el pasado diciembre en la Knesset Robert Ilatov, jefe del grupo parlamentario de Israel Beitenu.

Ilatov considera que la suerte que espera a los palestinos que matan a un israelí no está a la altura del dolor que sufren cada día las familias afligidas por la pérdida de su ser querido.

"Una prática bárbara, injusta, discriminatoria"

Al tiempo que recordaba su condena de los atentados terroristas perpetrados por los palestinos, el embajador de la UE en Israel, Emanuele Giaufret, denunció de inmediato este proyecto de ley como contrario a la dignidad humana y a los derechos humanos. "No creemos que la pena de muerte propicie el progreso", dijo en una entrevista con el periódico israelí Ynet.

Contactado por Equal Times, el director de la asociación francesa Ensemble contre la peine de mort, Raphaël Chenuil-Hazan, también deplora la iniciativa israelí.

"Hasta ahora Israel ha sido considerado un país abolicionista para los crímenes comunes. Estaba colocado en el bando correcto. Pero con este proyecto de ley se sale del consenso diplomático. Resulta muy preocupante", dice.

"Hay una confusión terminológica", agrega. "Debemos dejar de pensar que los delitos terroristas, por muy horribles que sean, quedan fuera de la categoría de delitos comunes. Los únicos crímenes extraordinarios son los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad".

Más allá del debate sobre el carácter inhumano de la pena de muerte, el texto presentado por el Gobierno israelí plantea interrogantes sobre su aplicación.

¿Podría un extremista judío que mata a un palestino en Cisjordania ser condenado a muerte? Preguntado al respecto en el Parlamento por un diputado árabe, el primer ministro respondió: "En principio, sí".

Pero según Gil Naveh, director de comunicaciones de Amnistía Internacional, el proyecto de ley "está dirigido específicamente contra los palestinos y, por lo tanto, es discriminatorio".

Algo en lo que coincide la Asociación Addameer por los derechos y el apoyo a los prisioneros palestinos. Este texto "perpetúa la política de discriminación sistemática [de Israel] contra el pueblo palestino", denunció en un comunicado publicado el 4 de enero.

Cabe señalar que la aplicación de la pena de muerte contra los judíos sería contraria a la ley judía (Halaka). El rabino principal sefardí de Israel, Yitzhak Yosef, se manifestó en contra del proyecto de ley por temor a que también se dirigiera contra los judíos. "Esto nada tiene que ver con la derecha o la izquierda, es [una cuestión] opinable", declaró públicamente el 7 de enero.

El rabino Yitzhak Yosef también expresó su preocupación por el hecho de que la sentencia de muerte de los palestinos pudiera alentar los ataques contra la diáspora judía. "A la espera del veredicto, habrá una gran agitación en el mundo y los judíos estarán en peligro", advirtió.

Según los medios de comunicación israelíes, el jefe de los servicios de inteligencia interna israelíes (Shin Bet) también aconsejó al Gobierno no aprobar el proyecto de ley, por creer que contribuirá a convertir en héroes a los terroristas palestinos.

Sin embargo, el texto defendido por Avigdor Liberman goza de un amplio apoyo entre la opinión pública israelí. Según una encuesta publicada en agosto de 2017 por el instituto israelí The Israel Democracy Institute, más de dos tercios (70%) de los israelíes encuestados apoya la pena de muerte para los palestinos que han matado civiles.

Esta radicalidad se explica por la serie de brutales atentados palestinos perpetrados contra colonos israelíes en Cisjordania en los últimos meses, como el del pasado mes de julio en Halamish.

A esto se añade que miles de prisioneros palestinos, algunos de los cuales han matado a israelíes, han sido liberados en virtud de los Acuerdos de Oslo o mediante el intercambio de rehenes. En 2011, Israel liberó a mil prisioneros palestinos para recuperar al soldado franco-israelí Gilad Shalit, retenido por Hamás.

Para Raphaël Chenuil-Hazan, la opinión pública no debería dictar a los Gobiernos las "grandes cuestiones humanísticas". Debemos educar a la opinión pública, informarla de que la justicia no se logra a través de la venganza. Sobre todo no se alcanza aplicando la pena de muerte, que es una práctica bárbara, injusta y discriminatoria, que abre el camino a errores judiciales de consecuencias irreversibles", explica.

El proyecto de ley israelí todavía deberá superar tres votaciones en el Knesset antes de ser aprobado definitivamente. Llegado el caso, sus oponentes podrían impugnar su legalidad ante el Tribunal Supremo de Israel.

Este artículo ha sido traducido del francés.