Refugiados emprendedores se abren paso en la escena "start-up" alemana

Desde que puso un pie en Alemania a comienzos de 2015, Hussein Shaker lo tenía claro: reconstruiría su vida. Lo que quizá no sabía es que acabaría ayudando a reconstruir la de otros refugiados que, como él, cuentan con una valiosa formación y buscan empleo en la creciente industria tecnológica en Berlín.

“En Alepo (Siria) había creado mi propia empresa, era profesor de informática y cursaba mi último año de tecnología de la información en la universidad; estaba ocupado de nueve a nueve”, asegura el joven emprendedor a Equal Times.

Shaker se vio forzado a dejar su vida atrás pero no estaba dispuesto a renunciar a su profesión. Su primer contacto con el mundo laboral de Berlín tuvo lugar el año pasado. Trabajó como operador de habla árabe a media jornada en un centro de llamadas (call center). La otra mitad del día la dedicaba a acudir a sus clases obligatorias de alemán.

“Pero (toda esta actividad) no era suficiente para mí”, explica. Shaker quería aportar un cambio y estaba en el lugar idóneo para aprovechar su perfil. “Berlín es la capital europea de la tecnología, es aquí donde se mueve todo”. El ecosistema start-up de la ciudad alemana crece a pasos agigantados y en el escenario post Brexit se postula como centro europeo de la innovación por excelencia, aseguran expertos del sector.

Con este telón de fondo, un encuentro con el emprendedor con sede en Berlín Remi Elias Mekki, seguido de numerosas conversaciones entre ambos, dieron lugar a la plataforma de empleo y emprendimiento MigrantHire (migrante para emplear), de la que este noruego es cofundador.

Ésta no es una web, como muchas otras, a la que subir el curriculum y esperar una llamada. MigrantHire “acompaña a los aspirantes en todo el proceso, desde ayudar con la burocracia, hasta prepararles para las entrevistas", subraya su cofundador. También organizan seminarios en los que guiar a aquellos que están decididos a crear sus propias empresas. Un ejemplo del mismo es el Refugee Business Accelerator. Sus planes son ambiciosos: “nuestro objetivo es emplear a 10.000 refugiados hasta 2017”, afirma Shaker.

La plataforma acoge a profesionales de diferentes disciplinas, pero se han centrado en el sector tecnológico. ¿Las razones? Por un lado, en Alemania hay más de 43.000 vacantes en el sector de IT y telecomunicaciones. Por otro, tal y como señala Shaker: "estamos ante una industria muy internacional que no requiere necesariamente un alto dominio del alemán".

Según datos de 2015 del Deutscher Startup Monitor, alrededor del 33% de los empleados de start-ups de Berlín son extranjeros. A este dato se une el hecho de que muchos profesionales, procedentes sobre todo de Siria, cuentan con una gran cualificación. “Gran parte de nuestros candidatos cuentan con un perfil senior, con una media de diez años de experiencia en el campo del high-tech y han trabajado en capitales como Dubái", subraya el emprendedor sirio.

 

Fomentar la innovación y el networking

Con un total de 1,1 millón de solicitantes de asilo desde el año pasado, en su mayoría procedentes de Siria (un 40%), seguidos de Afganistán e Irak, Alemania es el país de la Unión Europea que más refugiados acoge. Algo que, según los expertos, puede beneficiar, y mucho, a su mercado laboral cada vez más envejecido.

“Nuestros vecinos son un gran recurso, su entereza y resiliencia, además de sus ganas de aprender, son exactamente lo que el país necesita”, señala a Equal Times Anne Kjaer Riechert, licenciada en innovación social. Se lamenta, sin embargo, de que en demasiadas ocasiones el talento de muchos jóvenes preparados se va apagando en campamentos de refugiados.

De media, el tiempo de espera de los solicitantes de asilo, hasta que consiguen regular su situación, va de 12 a 16 meses. “Durante este periodo no pueden continuar con sus estudios y tampoco integrarse en el mercado de trabajo. Imagina cuál es el coste humano de esa inactividad”, expone.

Para sacar lo mejor de ellos y fomentar la innovación, esta emprendedora social decidió crear la escuela de integración digital ReDi School of Digital Integration, un centro de programación que organiza cursos y seminarios, a la vez que pone espacios de coworking a disposición de los alumnos y mentores. En total, más de cien estudiantes han pasado por su escuela y todo está listo para que en octubre empiece un nuevo grupo.

“La programación es sólo el 50%, el otro 50% es motivar una mentalidad emprendedora y fomentar el networking”, asegura Kjaer. Para ella, lo importante es que sus alumnos “cuenten con un espacio propio en el que desarrollar sus ideas y motivaciones. En definitiva, crear una comunidad con intereses comunes”.

 

Emprendimiento para solucionar problemas reales

Muchos de sus estudiantes han desarrollado proyectos innovadores para dar solución a los obstáculos de su día a día. Es el caso de la aplicación Bureaucrazy, que nace con el objetivo de guiar a otros refugiados en el proceso administrativo una vez llegan a Alemania.

Esta app, todavía un prototipo, proporciona traducciones en árabe e inglés, así como un mapa con las ubicaciones clave de Berlín y una larga lista de respuestas a las dudas más comunes que surgen entre los solicitantes de asilo. En un futuro, quieren ayudar en otras tareas, como alquilar un piso o hacer la solicitud de ingreso a la universidad. Y no sólo para refugiados.

“Nos hemos dado cuenta de que este problema no solo afecta a los refugiados, sino a todos los recién llegados e incluso a los propios alemanes, por eso queremos ampliarlo”, señala a Equal Times Omar Alshafai, uno de sus seis creadores. “En fín, todo el mundo odia la burocracia”, dice entre risas.

Su objetivo es que esté lista para descargarse a principios de 2017, pero todavía tienen que hacer frente a numerosos gastos de personal y atraer a inversores que financien su idea. Uno de los impedimentos añadidos para los refugiados emprendedores es acceder a créditos. Muchos de ellos cuentan con dificultades incluso para abrir cuentas bancarias. Para conseguir estos fondos, han lanzado una campaña de crowdfunding, aunque este licenciado en ingeniería electrónica destaca que “echa en falta apoyo gubernamental para impulsar su idea”.

 

Cambiando percepciones

Para Alshafai, el emprendimiento es clave, no sólo a la hora de desarrollar proyectos punteros, también para cambiar percepciones. “Existe esa idea alimentada por los medios de que los refugiados no queremos trabajar e incluso de que somos extremistas”. Sin embargo, recalca: “nosotros tenemos nuestras profesiones y queremos tener un impacto en la sociedad”.

Algo en lo que le secunda Fadi Zaim, uno de sus compañeros de la Academia de Integración Digital, procedente de Damasco. Zaim es el director ejecutivo de Jasmin, un servicio online de catering de comida siria que ha creado junto con su madre y su hermana.

Lo presentaron en Start-up Summit 2015 y, tal como señala este joven licenciado en economía y empresa, tuvieron muy buena acogida. “Nuestro servicio busca dar independencia económica a mujeres de mediana edad, y, al mismo tiempo, favorecer un intercambio cultural”, apunta a Equal Times.

Su mayor reto es darse a conocer: “al ser nuevos en el país, no tenemos una red de contactos sólida”. Por ahora, sus clientes no proceden necesariamente de su región, más bien todo lo contrario. “A la gente local le encanta nuestra gastronomía, ¡pero si incluso hemos adaptado nuestro menú a la comida vegana, que está tan de moda en Berlín!”, cuenta entusiasmado.

Para Zaim, el objetivo último es impulsar la economía de lo que denomina su segunda casa. “Mucha gente se jacta de evadir impuestos, yo pienso todo lo contrario, estoy deseando devolver a la sociedad alemana un poco de que lo nos ha dado, creando empleo y aportando un valor añadido a la sociedad”.

This article has been translated from Spanish.