Si los trabajadores son un activo para las empresas, ¿cómo los protegen éstas?

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Para muchos trabajadores y trabajadoras del comercio minorista, un salario digno, horarios predecibles, la garantía de un número mínimo de horas y la participación en los beneficios parecen sueños imposibles.

La tensión que representa hacer malabarismos con las responsabilidades familiares y tratar de llegar a fin de mes todos los meses del año está pasando factura a numerosos trabajadores y a sus familias.

Para aquellos de nosotros que nos ocupamos de analizar los informes anuales de las empresas, nos encontramos inevitablemente con la frase “nuestros trabajadores son nuestro activo más valioso”. Sin embargo, al seguir leyendo no deja de sorprendernos la constatación de que es poca la información adicional que se proporciona sobre la forma en que estas empresas realmente protegen e invierten en este importante activo.

En una época en la que los niveles de desigualdad económica son una amenaza para el crecimiento económico y la equidad social a escala mundial, al igual que para las actividades de la empresa en su conjunto, los trabajadores afrontan una situación de bajos salarios, la inseguridad del empleo, la pobreza de los que trabajan y otras situaciones de trabajo precario, cabe esperar que las empresas arrojen más luz sobre su enfoque en relación con las normas del trabajo y los derechos de los trabajadores.

Asimismo, deberían demostrar el papel que desempeñan en la contribución a los resultados del trabajo decente para todos los trabajadores y las trabajadoras.

Se impone la pregunta: ¿Por qué las empresas guardan todavía tanto silencio acerca de la gran mayoría de los trabajadores que participan en sus actividades?

Una de las razones es que nadie exige una información de mejor calidad. Si no preguntamos, las empresas no van a soltar prenda. Mientras que la divulgación de los paquetes salariales de los ejecutivos ha mejorado notablemente a resultas de las protestas por la elevada remuneración de los ejecutivos, es muy poca la atención que se ha prestado a las prácticas de remuneración de la fuerza de trabajo.

Esta falta de atención puede interpretarse como la aceptación del discurso que suele escucharse en las salas de juntas corporativas, según el cual para atraer a los mejores candidatos a puestos ejecutivos se requiere de paquetes salariales competitivos (es decir, exorbitantes) y que esta compensación representa una inversión en la empresa. Los trabajadores, por el contrario, son considerados como un costo para la empresa y, por lo tanto, un lastre para las ganancias.

Sin embargo, un número creciente de inversores institucionales está tratando de cambiar este discurso al pedir en todo el mundo una mayor transparencia y divulgación por parte de las empresas sobre las prácticas y políticas que se ejercen en el lugar de trabajo.

Aquí en Canadá, yo participo en el proyecto denominado Valuing Decent Work (Valorizar el trabajo decente). Con el apoyo de la Fundación Atkinson estamos movilizando la voz de los inversores en Canadá para amplificar la demanda de una información de mejor calidad por parte de las empresas sobre sus planteamientos en lo que se refiere al trabajo decente.

Justo hoy publicamos un informe que analiza las prácticas laborales y la información que divulgan sobre sus trabajadores de cinco empresas canadienses y siete empresas mundiales del comercio al por menor, tales como Carrefour, Tesco, Wal-Mart y Loblaw, entre otras. De acuerdo con los resultados que obtuvimos, las empresas canadienses del comercio minorista no suministran, en sus planteamientos relativos al trabajo decente, el mismo nivel de transparencia que las empresas mundiales del mismo ramo.

Nuestro informe concluye que los inversores tienen una oportunidad excepcional para conseguir que las empresas rindan cuentas y mejoren la calidad de la información disponible acerca de las prácticas corporativas en materia de trabajo decente.

Las empresas deben esta transparencia a sus inversores para demostrar de qué forma protegen, invierten y cultivan este activo fundamental: sus trabajadores.