Sizwe Pamla, portavoz de la central sindical COSATU: “Con el trabajo decente, todo el mundo –trabajadores, empleadores y economía– puede salir ganando”

Sizwe Pamla, portavoz de la central sindical COSATU: “Con el trabajo decente, todo el mundo –trabajadores, empleadores y economía– puede salir ganando”

Alrededor del 27% de los trabajadores de Sudáfrica son informales y trabajan en sectores tan variados como la peluquería, el empleo del hogar y la minería.

(Alamy/Brendan Bishop)

El sector informal representa una parte importante de la economía sudafricana; se calcula que abarca entre el 6 y el 18%, dependiendo del sector. Alrededor del 27% de los trabajadores de Sudáfrica son informales, es decir, un total de más de tres millones de personas, según la central sindical Congress of South African Trade Unions (COSATU). En el ámbito laboral fuera del sector agrícola, el 36,84% de todas las mujeres trabajadoras están empleadas en el sector informal, 1,3 millones de las mismas como trabajadoras del hogar. Asimismo, se ha demostrado que los trabajadores informales han sido los que más afectados se han visto por la pandemia de la covid-19 debido a la pérdida de empleos e ingresos y a la falta de acceso a la protección social.

En este país con una de las mayores tasas de desempleo del mundo, una cifra oficial habla del 34,4% en 2021, la transición del sector informal al formal constituye una tarea fundamental pero monumental al mismo tiempo. La legislación laboral progresista que los sindicatos ayudaron a negociar al final del apartheid tan solo ampara a los trabajadores a tiempo completo y excluye de las protecciones laborales a la amplia mayoría de los trabajadores. Por tanto, la aplicación de la recomendación 204 (R204) de la Organización Internacional del Trabajo sobre la transición de la economía informal a la formal establece un marco fundamental para ayudar a los gobiernos, los empleadores y las organizaciones sindicales a abordar el déficit de trabajo decente en Sudáfrica.

Equal Times habló con Sizwe Pamla, el portavoz nacional de la COSATU, sobre la aplicación de la R204 en Sudáfrica mientras el planeta lucha para superar la creciente desigualdad y la inestabilidad socioeconómica provocadas por la pandemia de coronavirus.

 

¿Puede resumir brevemente la cuestión de la economía informal en Sudáfrica?

La economía informal en Sudáfrica abarca a los puestos de comida, los vendedores ambulantes, las barberías y cantinas, las tiendas de muebles, los puestos de golosinas, las trabajadoras del hogar y los mineros, entre otros muchos ejemplos. Sin embargo, nos sigue preocupando el hecho de que, a pesar de los esfuerzos de los sindicatos para organizar el sector, este sigue estando, en gran medida, desorganizado y cuenta con una protección estatal limitada. También contamos con una elevada tasa de discriminación de género, ya que el mercado laboral nacional es más favorable a los hombres que a las mujeres.

 

La OIT adoptó la R204 en 2015. ¿Cómo ha hecho la COSATU para aplicarla en el país?

La COSATU entiende el importante papel que desempeñan los legisladores en la aplicación de la R204. Por tanto, tuvimos que asegurarnos de que el gobierno interviniera, lo cual nos otorgó la confianza necesaria para presionar con el objetivo de que se aprobaran políticas a favor del programa. Sin embargo, no fue nada fácil: algunos de estos legisladores no tenían ni idea de lo que trataba la R204, mientras que otros no entendían su importancia. Por eso la COSATU ha estado haciendo una campaña tan intensa a favor de una nueva vía de desarrollo que nos sacara de la economía que heredamos del colonialismo y del apartheid y para construir una economía basada en la producción y el desarrollo de una fuerza laboral capacitada y bien remunerada.

Hemos logrado varios avances. Algunos trabajadores informales de varios sectores ya se han organizado más, con estructuras y representantes en el lugar que les corresponde. Entre ellos se encuentran la South Africa Informal Traders Alliance (SAITA), la South African Waste Pickers Association (SAWPA) y el South African Domestic Service and Allied Workers Union (SADSAWU), por mencionar a unos pocos. La creación de dichas organizaciones ha ayudado a garantizar una mejor coordinación y colaboración. Sin embargo, la amplia mayoría de los trabajadores informales no están organizados en sindicatos, por lo que quedan vulnerables ante las diferentes formas de explotación y opresión. Conseguir que los trabajadores del sector informal se organicen constituye el primer paso fundamental para lograr que se aplique con éxito la R204. Sin embargo, es un reto para la COSATU empezar a organizar a unos trabajadores que a menudo no tienen un empleador ni un lugar de trabajo fijos, incluidos los que en teoría son ‘autónomos’, pero que en la práctica suelen ser igual de pobres y estar igual de explotados [Nota de la redacción: aquí puede encontrar más información sobre el trabajo que está haciendo la COSATU para defender los derechos de los trabajadores vulnerables]. Se trata de una tarea que hemos llevado a cabo en estrecha colaboración con las organizaciones de la sociedad civil.

 

¿Qué papel ha desempeñado el diálogo social?

Como movimiento sindical, la COSATU se aseguró de que existiera un importante foro para el diálogo social (a través del NEDLAC, el Consejo Nacional para el Desarrollo Económico y del Trabajo) entre el gobierno, el movimiento sindical, las empresas y la comunidad. Además, incluimos a todas esas voces en los foros de consulta sobre la R204. Intentábamos ponernos de acuerdo al interactuar, comparar y conciliar nuestras notas. Eso nos sirvió de orientación y nos ayudó a entender el tema desde la perspectiva de todos los interesados. Después pudimos intentar aplicar el programa desde un punto de vista colectivo. Como sindicato, la COSATU hace hincapié en la importancia del trabajo decente como un contexto donde todo el mundo –incluidos los trabajadores, las empresas y la economía– puede salir ganando. Siempre hemos luchado para conseguir que el gobierno entienda que el trabajo decente constituye la única manera sostenible de acelerar el crecimiento de la producción y el empleo, aumentar el ritmo de la reducción de la pobreza y generar una verdadera democracia y cohesión social en Sudáfrica.

 

¿Con qué otras organizaciones trabajaron y qué valor aportaron al proceso?

¡Nada para el pueblo sin el pueblo! Hay organizaciones civiles que trabajan con algunos de estos comerciantes informales, además de los dirigentes de los consejos locales, así que también las incluimos en las conversaciones para conocer las verdaderas luchas y necesidades de los trabajadores informales. Esto nos ayudó cuando abordamos a los legisladores, pues pudimos debatir desde un punto de vista con fundamentos sólidos. Puedo afirmar que en todas las provincias involucramos a los consejos locales y las organizaciones de la sociedad civil, así como a otros líderes comunitarios.

 

¿Qué cambios específicos ha logrado la R204 para los trabajadores informales vulnerables?

La aplicación de la R204 en Sudáfrica es un proceso lento y a largo plazo, pero si analizamos el marco jurídico que hemos desarrollado, estamos obteniendo buenos resultados. Por ejemplo, estamos trabajando para que se apruebe una ley del salario mínimo nacional que proteja de la explotación a todos los trabajadores –independientemente de sus sectores o categorías profesionales–. Además, se supone que la Ley de Condiciones Básicas de Empleo debe amparar a todos los empleados, tanto si trabajan en la economía formal como en la informal. Por desgracia, el Ministerio de Trabajo tiene poca capacidad para supervisar su cumplimiento. Pero siempre hemos advertido al gobierno de que no tiene ninguna legitimidad moral para exigir a los trabajadores informales que respeten las leyes nacionales si sigue menospreciándoles.

Otro de los logros más notables hasta la fecha fue que presionamos al Ministerio de Minas para que llevara a cabo la transición de la minería artesanal de la economía informal a la formal, gracias a lo cual ha empezado a apoyar dichos proyectos, garantizando que las viejas minas no acaben en manos de bandas criminales. Creemos que un salario constante en el empleo formal supondría una mejora considerable en la calidad de vida de dichos mineros. La COSATU también espera que el Parlamento apruebe la enmienda al Proyecto de ley sobre indemnizaciones por lesiones laborales que ampliará la cobertura a más de 800.000 trabajadoras del hogar e incluirá las enfermedades laborales y el estrés postraumático. Esto también beneficiará a los mineros, el personal de seguridad y las trabajadoras en especial. Se trata de un enorme paso para ofrecer protección social a los trabajadores informales y vulnerables.

 

¿Qué están haciendo para garantizar que no se deje de lado a las mujeres, en general, y a las mujeres jóvenes, en particular?

El cumplimiento sigue siendo un problema en el ámbito de la inclusión de género. La COSATU cuestiona el orden establecido que ha dejado a la mayoría de las mujeres empleadas en los puestos de trabajo más vulnerables y peor remunerados. Incluso en el sector formal luchamos para asegurarnos de que las mujeres y las jóvenes estén representadas. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer, si tenemos en cuenta que en el sector informal sudafricano hay muchas más mujeres que hombres. También conviene destacar que es mucho más probable que las mujeres y no los hombres acaben trabajando en empleos no remunerados.

 

¿Cómo ha afectado la pandemia de la covid-19 a la aplicación de la R204 en Sudáfrica?

La pandemia ha supuesto un enorme retroceso en general. En concreto, esta crisis ha evidenciado la vulnerabilidad de millones de trabajadores en el sector informal y la falta de protección social que sufren. Las mujeres y los trabajadores de la economía informal se han visto más expuestos a los duros reveses socioeconómicos que ha provocado esta crisis sanitaria mundial. En el continente africano, antes de la pandemia, casi la mitad de la población vivía por debajo del umbral de la pobreza y más de 140 millones de personas eran trabajadores de bajos ingresos que no disponían de los medios necesarios para cubrir las necesidades de sus familias. Esta situación no ha hecho más que empeorar y los trabajadores y sus familias siguen sufriendo dificultades.

Por tanto, la crisis de la covid-19 ha revelado el enorme déficit de trabajo decente que sigue imperando en 2021. El programa de la R204 en Sudáfrica también se vio afectado por las dificultades a las que se tuvieron que enfrentar los comerciantes informales. Los vendedores en las paradas de taxi y estaciones de trenes perdieron a la mayoría de sus clientes, ya que menos gente se desplazaba a sus puestos de trabajo. Los peluqueros a los que prohibieron trabajar se quedaron sin ingresos durante meses. Los empresarios que solo podían percibir una pequeña parte de las ganancias anteriores a la pandemia de la covid-19 sufrieron una grave disminución de su clientela y un aumento de los costes. Todo esto derivó en un sector informal en crisis y nos ha dificultado mucho las cosas.

Este artículo ha sido traducido del inglés por Iñigo Rodríguez-Villa