Esto es lo que pueden hacer los sindicatos para abordar el VIH/SIDA

Esto es lo que pueden hacer los sindicatos para abordar el VIH/SIDA

Members of the South African Health Ministery chat on 8 April 2013 during the launch of the new single dose anti-AIDs drug at the Phedisong clinic in Ga-Rankuwa, 100 kilometres north of Johannesburg.

(AFP/Stephane De Sakutin)
Opinions

 

*Lindiwe Dlamini trabaja en una fábrica de confección en Gauteng (Sudáfrica).

También forma parte de la Junta Directiva Nacional del sindicato de trabajadores del textil y la confección Southern African Clothing and Textile Workers Union (SACTWU), que cuenta con más de 90.000 obreros, de los cuales aproximadamente el 70% son mujeres en edad fértil.

 

 A nivel mundial, con unos índices de VIH que duplican la media registrada entre los hombres jóvenes, las mujeres jóvenes son mucho más vulnerables al VIH/SIDA.

No sólo sigue siendo una de las principales causas de muerte en el mundo para las mujeres con edades comprendidas entre los 15 y los 49 años, sino que en los países de renta media-baja casi dos de cada tres mujeres embarazadas desconocen su estado serológico.

En nuestro sindicato, un gran porcentaje de nuestros miembros forman parte de la población trabajadora más afectada por la epidemia del VIH/SIDA en el sur de África.

Y Lindiwe, que es miembro del SACTWU desde hace más de 30 años, es una de estas personas.

En 2003, la única hija de Lindiwe, Sibongile, enfermó de gravedad y murió en cuestión de semanas, dejando a Lindiwe al cuidado de su bebé Nolwazi.

Sibongile no reveló que era seropositiva hasta poco antes de morir, confesando al mismo tiempo que Nolwazi también estaba infectada por el virus.

Si la hija de Lindiwe hubiera recibido la asistencia adecuada en el momento de dar a luz; si le hubieran asesorado y aconsejado hacerse una prueba del VIH; y si hubiera recibido el tratamiento para la Prevención de la Transmisión Materno-Infantil (PTMI), entonces Nolwazi no sería hoy seropositiva.

Aunque la PTMI es altamente efectiva y asequible, en 2011 sólo el 57% de las mujeres embarazadas seropositivas en países de renta media-baja recibieron tratamiento antirretroviral (ARV) para evitar nuevas infecciones de VIH entre los niños.

Durante varios años, siendo el único sostén de su familia, Lindiwe luchó para mantener a sus hijos sobrevivientes y a su nieta enferma.

Pasó muchas horas haciendo la fila para obtener asistencia y rellenando solicitudes de subsidios sociales, pero en vano.

Sin embargo, después de exponer su difícil situación al Secretario General del SACTWU, Andre Kriel, éste le habló acerca del Programa para la Salud de los Trabajadores del SACTWU (SWHP) y la animó a que confiara su situación a uno de sus asistentes sociales, quien inmediatamente la ayudó a presentar solicitudes de subvenciones.

En cuestión de semanas Lindiwe empezó a recibir ayuda financiera, y poco después Nolwazi pudo empezar a recibir tratamiento.

 

Asistencia médica de calidad para los trabajadores

Desde su lanzamiento en 1998, el SWHP se ha convertido en uno de los principales programas para la salud de los trabajadores y trabajadoras dentro del movimiento sindical sudafricano, proporcionando servicios de atención médica de calidad a miles de obreros.

A presente, el SWHP ofrece un programa exitoso y plenamente integrado de lucha contra el VIH/SIDA y la tuberculosis, brindando apoyo a los trabajadores y a las personas que éstos tengan a su cargo en la zona del África meridional. Nuestro trabajo llega a más de 200.000 personas cada año.

Las intervenciones del SWHP abordan las áreas prioritarias clave de la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo, así como un seguimiento y evaluación.

Se hace especial hincapié en la infección primaria y secundaria y en la detección precoz.

Para ello se adopta un enfoque integral con el objetivo de gestionar el impacto del VIH/SIDA en los miembros y las personas que éstos tengan a su cargo, a través de cursos de educación y formación en el lugar de trabajo; asesoramiento y pruebas de VIH; circuncisión médica de varones; tratamiento; y atención y apoyo para las personas infectadas y afectadas por el VIH/SIDA y la TB.

Pero una parte importante de nuestro trabajo se centra en los derechos humanos y el acceso a la justicia, incluyendo la lucha contra el estigma y la discriminación.

Lindiwe estaba muy preocupada por cómo iba a hablarle a Nolwazi de su estado serológico y prepararla para el estigma al que se iba a ver expuesta ante sus compañeros de clase, maestros y demás personas.

De nuevo, Lindiwe decidió pedir ayuda al asistente social del SWHP y juntos se prepararon para hablar y ayudar a Nolwazi a aceptar su situación.

A causa de su enfermedad, Nolwazi era lenta a la hora de cumplir con las pautas de desarrollo propias de su edad y tenía problemas de aprendizaje.

La escuela a la que iba no ofrecía ningún apoyo para Nolwazi ni para Lindiwe, pero el SWHP consiguió que a Nolwazi se le hiciera una evaluación adecuada a fin de determinar la gravedad de sus dificultades de aprendizaje.

Así pudieron saber qué escuelas podrían ofrecer a Nolwazi las mejores oportunidades, y pocas semanas después la enviaron a una escuela de primaria en la cual ha prosperado.

 

VIH en el lugar de trabajo

Una parte fundamental de nuestro trabajo consiste en proporcionar un apoyo indispensable en el lugar de trabajo.

Nuestros asistentes sociales observan las tareas cotidianas que realizan los trabajadores infectados, para ver cómo la enfermedad afecta a las trabajadoras y trabajadores y hasta qué punto es importante integrar la lógica del trabajo en las intervenciones médicas.

Por ejemplo, el SHWP permite a los trabajadores acceder a intervenciones médicas fuera de las horas de trabajo para que no tengan que perder días de sus vacaciones.

Y si lo desean, pueden solicitar que la información sobre su estado serológico se mantenga confidencial en el trabajo.

Al mismo tiempo, el programa presta mucha atención al desarrollo de alianzas.

Por ejemplo, el SACTWU ha negociado con organizaciones de empleadores de los sectores de la confección y el textil a fin de que los delegados del personal puedan disponer como mínimo de dos días completos remunerados al año para asistir a cursos de formación sobre el VIH.

Los empleadores también aportan una cantidad básica por miembro y por mes a un fondo para la lucha contra el VIH.

El SAWTCU invierte el fondo en intervenciones relacionadas con el VIH del Programa para la Salud de los Trabajadores.

Estas dos decisiones negociadas han sido publicadas en el boletín oficial y son vinculantes por ley.

Pero lo que es de importancia crucial es el visto bueno, la confianza y el apoyo de los trabajadores, los miembros y los líderes sindicales.

Con el tiempo, Lindiwe se ha convertido en una firme defensora de que las personas se informen sobre su estado serológico, y de la detección y la revelación precoz.

En los eventos sindicales se dirige a dirigentes, delegados del personal, miembros y sus familias, compartiendo el relato de la innecesaria muerte de su hija y la lucha de su nieta, que sigue siendo seropositiva.

Lindiwe habla abiertamente a los más de un millón de miembros del Congress of South African Trade Unions acerca de la importancia de utilizar el preservativo y del por qué las mujeres tienen el derecho a insistir en ello.

Anima a todos los miembros a que se informen sobre su estado serológico y a que se hagan pruebas con regularidad.

Habla asimismo de la importancia del PTMI, indicando que no hay absolutamente ninguna razón para que un niño o niña nazca hoy día seropositivo/a, y anima a los padres de su público a que hablen de sexo y de comportamientos de riesgo con sus hijos e hijas.

La historia de Lindiwe plasma el hecho de que la prevención, el tratamiento y la atención con respecto al VIH/SIDA no tienen que ser responsabilidad exclusiva del Ministerio de Sanidad de un país.

Los sindicatos tienen que adoptar una actitud más proactiva y enfática, y animar a sus miembros a que hagan lo mismo.

No sólo en la lucha para reducir los retos que afrontan los trabajadores infectados y afectados sino también en la promoción del lugar de trabajo como un punto de partida clave para la prevención y el tratamiento del VIH/SIDA.

El papel de la mano de obra también tiene que estar mejor reconocido en el plano de los programas y políticas nacionales, incluyendo financiación para intervenciones impulsadas por los trabajadores y los sindicatos.

El programa del SACTWU es un ejemplo importante de iniciativa sindical sobre el VIH/SIDA que está teniendo repercusiones positivas para los trabajadores y trabajadoras, sus familias y sus comunidades.

Aunque sólo podemos ayudar a un reducido número de peces en un mar enorme, nuestro trabajo demuestra el impacto de una intervención replicable y expandible en el seno del movimiento sindical.

Con ocasión de este Día Mundial de la Lucha contra el SIDA el 1 de diciembre de 2013, es importante poner de relieve el hecho de que abordar las desigualdades, promover la potenciación económica, obtener empleos decentes y apoyar las intervenciones del lugar de trabajo con una programación y financiación adecuadas, es un componente fundamental de una respuesta efectiva al VIH.

Está por lo tanto claro que la propia mano de obra tiene la obligación moral de abordar esta cuestión.

 

*Pseudónimo utilizado en este artículo para proteger la identidad de la persona.