Etiopía: donde los periodistas independientes son encarcelados como “terroristas”

News

En abril de 2013, la periodista etiope Reeyot Alemu fue galardonada con el Premio Mundial UNESCO/Guillermo Cano de Libertad de la Prensa por su “excepcional valor, resistencia y compromiso con la libertad de expresión”.

Encarcelada en el momento de ser galardonada, un año más tarde, Reeyot Alemu sigue en prisión, condenada en virtud de las draconianas leyes antiterroristas del país.

Como periodista, docente y fundadora de la revista mensual Change, Reeyot Alemu ha cubierto numerosos temas sociales y políticos importantes en Etiopía, particularmente en torno a la pobreza y la desigualdad de género.

Sin embargo, el 21 de junio de 2011 fue detenida mientras trabajaba para el periódico semanal nacional, Feteh, que, al igual que Change, ya ha sido cerrado.

“Reeyot Alemu fue detenida poco después de publicar un artículo que comentaba en forma crítica las prácticas del partido gobernante etíope (EPRDF)”, explica un miembro de su equipo jurídico internacional, Nani Jansen.

Alemu fue condenada inicialmente por tres cargos de acuerdo con las vastas leyes nacionales de lucha contra el terrorismo.

Aun cuando su sentencia fue reducida de 14 a cinco años tras su recurso de apelación, en enero perdió el recurso introducido por esos cinco años de su condena.

“El cargo de ‘participación en una organización terrorista’ fue confirmado, pero se le absolvió por los otros tres cargos que se le imputaban”, indica Nani Jansen, Asesora Jurídica Principal de la ONG Media Legal Defence Initiative (MLDI).

“[Estos cargos] incluían el lavado de dinero y ‘gestionar los fondos producto de actividades terroristas’.”

 

El peor encarcelador de periodistas en África

Lamentablemente, Reeyot Alemu está lejos de ser la única periodista presa en Etiopía.

Según la Federación Internacional de Periodistas (FIP), en la actualidad son siete, incluyendo otro periodista galardonado Eskinder Nega, los que cumplen condenas de 18 años, siempre inculpados de conformidad con esta legislación.

En una reciente carta abierta a la Cumbre UE-África en Bruselas, el presidente de la Federación Internacional de Periodistas, Jim Boumelha afirmó: “Etiopía se sitúa solamente detrás de Eritrea como los países que encarcelan el mayor número de periodistas en África” y se refirió a las “falsas acusaciones, entre ellas, la de ‘terrorismo’”.

Los periodistas extranjeros también han sido víctimas de estas terribles leyes contra el terrorismo de Etiopía. En junio de 2011, el periodista Martin Schibbye y el fotógrafo Johan Persson, ambos suecos, fueron condenados a 11 años de prisión por “prestar apoyo al terrorismo”.

Se les encontró haciendo un reportaje en la zona de conflicto de Ogaden, cuyo acceso está prohibido, y solamente fueron indultados en septiembre de 2012 gracias a la presión internacional.

La ley contra el terrorismo de 2009 de Etiopía se utiliza regularmente para condenar a periodistas, estudiantes y opositores políticos. El Informe Mundial 2014de Human Rights Watch (HRW) explica que “el Gobierno de Etiopía ejerce un dominio absoluto en los medios de comunicación independientes, lo que se traduce en una censura directa e indirecta en el país”.

“Las páginas web y los blogs que critican al Gobierno suelen ser bloqueados, al igual que las estaciones de radio y televisión extranjeras”.

Claire Beston, investigadora de Amnistía Internacional para Etiopía y Eritrea explicó a Equal Times que “la libertad de expresión en Etiopía ha sido objeto de constantes ataques desde hace muchos años. Existen severas restricciones y el acoso a la prensa independiente es frecuente”.

Como resultado, un gran número de periodistas han huido del país, de convirtiendo a Etiopía en el tercer país en el mundo con el mayor número de periodistas en el exilio.

 

La vida en prisión

Grupos de defensa de derechos humanos dan una imagen escalofriante de la vida dentro de las prisiones de Etiopía, en las que falta el agua y una alimentación adecuada, además de carecer de instalaciones sanitarias y de tratamiento médico.

Además, en la sección dedicada a Etiopía en el Informe Mundial 2014 del HRW se señalan detenciones arbitrarias y malos tratos, y se niega regularmente a los investigadores independientes el acceso a las cárceles y centros de detención.

En el caso de Reeyot Alemu, la falta de tratamiento médico y el hecho de que tampoco tiene acceso a una atención médica independiente ha sido una gran preocupación, ya que estando en prisión se le diagnosticó un fibroadenoma (tumor benigno del tejido mamario).

“Ha recibido cierto tipo de tratamiento, pero no puede determinarse si ha sido suficiente, y parece que no ha recibido los cuidados adecuados después de su operación”, afirma Jansen.

También se le ha negado el acceso a su propio historial médico, el cual fue declarado “perdido” a raíz de una denuncia ante la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.

Solamente sus padres han sido autorizados a visitarla. Su padre, Alemu Gobebo, es su asesor jurídico, pero no puede visitarla como tal, lo que representa una violación no solamente del derecho internacional, sino también de la Constitución de Etiopía.

Al mismo tiempo, Nani Jansen considera que la situación de la libertad de prensa en Etiopía es “preocupante” y espera que la comunidad internacional continúe ejerciendo presión sobre las autoridades del país.

“El caso de Reeyot. Alemu es un ejemplo más de los numerosos juicios injustificados que tienen lugar en Etiopía bajo el pretexto de ‘la lucha contra el terrorismo’”, afirma Jansen.

“Hemos documentado otros 13 juicios de los periodistas bajo la Ley antiterrorismo de 2009. Además, hemos registrado el cierre de 14 agencias de noticias y por lo menos otros 30 actos de opresión de la libertad de prensa desde la proclamación de esta ley. Esta es solamente la punta del iceberg y demuestra que Etiopía está utilizando su lucha contra el terrorismo para reprimir la libertad de prensa y otras voces disidentes en el país.”

 
 

Haga clic aquí para firmar la petición para hacer liberar a Reeyot Alemu.