¿Hacia un comité de empresa “a la europea” en Estados Unidos?

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La creación en la región de Estados Unidos de un comité de empresa “a la europea”, hostil a los representantes de los trabajadores, lleva dos años dando problemas en la fábrica de Volkswagen de Chattanooga, en Tennessee.

Tras bastantes desengaños, los partidarios del diálogo social en esta empresa – la única del grupo en el mundo que no tiene comité de empresa – parecen a punto de lograr lo que se habían propuesto.

Un comité de empresa en Estados Unidos sería algo inédito.

En un país donde amplios segmentos de la economía no están cubiertos por la Ley federal sobre el diálogo social y donde existe una fuerte actitud antisindical, incluso en las filiales de grupos europeos como Deutsche Telekom, la participación de los trabajadores en la gestión de la empresa depende en última instancia de la buena voluntad de los empleadores.

Jonathan Walden, empleado de la fábrica, tiene por tanto la sensación de “disponer de la oportunidad de hacer algo nuevo e innovador”, declara en una entrevista de Equal Times.

Tan pronto como el sindicato de los trabajadores del automóvil United Automobile Workers (UAW), ansioso de establecerse en las fábricas extranjeras para compensar las pérdidas de afiliados en las fábricas americanas, anunció a principios de julio la creación de una sección sindical para los trabajadores de Volkswagen en Chattanooga, Jonathan se afilió al mismo.

En el sur de Estados Unidos “los sindicatos son la excepción más que la norma”, reconoce el nuevo afiliado, que nunca se había unido a un sindicato.

 

Un debate polémico

De hecho, los sindicatos están tan mal vistos en esta región que las tentativas del UAW para tratar de obtener el apoyo de los trabajadores de Volkswagen en Chattanooga, y posteriormente el inicio de las negociaciones sobre el tema de un comité de empresa el año pasado, han desencadenado una fuerte oposición por parte de las autoridades locales.

Así pues, el gobernador de Tennessee, el republicano Bill Haslam, ha reiterado sus inquietudes con respecto a la continuidad de la empresa en caso de que ésta llegue a estar sindicalizada.

Por su parte, el senador Bob Corker ha expresado que la ciudad no sería una opción para el establecimiento de una nueva línea de montaje de un vehículo industrial deportivo complementaria a la de la fabricación de la Passat, que ya se fabrica en Tennessee.

En la mente de estos dos antiguos dirigentes de empresas, el UAW sería en parte responsable de la quiebra de Détroit, la capital americana del automóvil.

En ese contexto, “afiliarse al sindicato no era fácil”, declara Jonathan.

“Antes de apoyar la creación de una sección sindical, tuve que formarme, comprender cómo funcionan las secciones, qué es lo que hacen”, explica esta joven de 40 años, contratado por Volkswagen en el taller de pintura poco después de la apertura de la fábrica en primavera de 2011.

Más que la posibilidad de hacer huelga o de obtener mejores salarios, lo que parece animar a ciertos trabajadores de Volkswagen de Tennessee a sindicalizarse es la perspectiva de participar en la vida económica de la empresa a través de un comité de empresa.

“No era nada fácil, porque el debate es muy polémico”, añade.

Tan polémico que, cuando el UAW no resultó elegido representante de los trabajadores de las cadenas de producción de la fábrica, con 712 votos en contra frente a 626 a favor en la votación organizada a principios de año, el sindicato atribuyó su derrota a “una tormenta de injerencias y de amenazas de diversos grupos de interés”.

El presidente del comité de empresa mundial de Volkswagen, Bernd Osterloh, miembro del potente sindicato alemán del automóvil y de la metalurgia IG Metall, afirmó por su parte que si los representantes de Tennessee no dejaban de inmiscuirse en el debate interno de la empresa, la producción del nuevo modelo corría el riesgo de terminar atribuyéndose a la fábrica de Volkswagen en México.

“La gestión es un factor decisivo de nuestro éxito”, declaró al diario económico alemán Handelsblatt en una entrevista ampliamenteretransmitida por los medios de comunicación americanos hace un año.

Y aunque la filial americana de Volkswagen se abstenga de hacer comentarios respecto a la creación de una sección sindical para los trabajadores de la fábrica de Chattanooga – “eso incumbe al sindicato en cuestión”, nos dice – la empresa parece decidida a solucionar la carencia de un comité de empresa.

Paralelamente a la creación de una sección sindical para los trabajadores de la empresa en Tennessee por parte del UAW, el Volkswagen Group of America anunció a mediados de julio que el lugar de producción elegido para el montaje del vehículo industrial deportivo destinado al mercado internacional era efectivamente Chattanooga.

Y en ese mismo comunicado, Volkswagen anunciaba la nominación de Osterloh en el consejo de administración de la filial.

Los representantes republicanos de Tennessee están contrariados.

Tras estos últimos acontecimientos, “hay compañeros que hasta entonces se habían opuesto al comité de empresa, y que ahora se han unido al sindicato “, afirma Jonathan.