¿Por qué los sindicatos se están movilizando para la acción sobre el clima de este domingo?

Opinions

Desde las calles de Nueva York hasta las avenidas de París, los trabajadores/as, sus familias y sus sindicatos se sumarán a la acción sobre el clima del próximo domingo 21 de septiembre.

El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, ha convocado a los líderes mundiales a una cumbre sobre el clima en la sede de la organización. Todas las miradas estarán puestas en Nueva York, donde ondeara la bandera de la Confederación Sindical Internacional (CSI) junto a la de muchas otras organizaciones sindicales.

Desde Calcuta a Jartum, desde Roma a Río de Janeiro, numerosas ciudades de todo el mundo planean unirse a la acción. Si usted quiere participar, deberá informarse en cualquier sindicato sobre una manifestación cercana.

No habrá empleos en un planeta muerto y si nos vamos a enfrentar al reto de eliminar las emisiones de carbono del mundo, exigimos tanto un liderazgo de los gobiernos como la responsabilidad de las empresas.

La ciencia es clara. La temperatura del planeta está aumentando. Si las actuales tendencias siguen como hasta ahora, provocarán un aumento medio de 4°C o más en este siglo y si no emprendemos una acción urgente y ambiciosa nos enfrentaremos a cambios irreversibles en nuestro clima.

Contamos con políticas. La CSI quiere que los gobiernos de todo el mundo se pongan de acuerdo en lo referente a las medidas relacionadas con el clima y nos den la oportunidad de limitar el aumento de la temperatura a 2°C o menos.

Se nos está acabando el tiempo. Las catástrofes relacionadas con el clima (como los ciclones, las inundaciones, las sequías, los incendios, la desaparición de los glaciares, los cambios de las estaciones, etc.) son cada vez más numerosas y están afectando a los trabajadores/as hoy en día.

En los próximos 15 años, sus repercusiones serán aún más graves, pues destruirán más comunidades y puestos de trabajo.

Exigimos que se lleve a cabo una transformación industrial. La ciencia nos advierte que necesitamos estabilizar urgentemente las emisiones de carbono a 44 gigatoneladas. Si la actividad empresarial sigue como hasta ahora, para 2020 emitiremos 59 gigatoneladas. Las cifras no cuadran. Todos nuestros sectores económicos deben cambiar.

Los trabajadores/as y sus sindicatos exigen formar parte de un diálogo estructurado que garantice la transformación industrial. Todas las naciones e individuos deben disponer de un acceso universal a las tecnologías de vanguardia que harán que nuestras industrias y empleos sean sostenibles para los trabajadores/as de todo el mundo.

Exigimos una transición justa. No dejaremos fuera a nadie. Hemos desempeñado un importante papel en las negociaciones en la ONU y luchado y logrado compromisos para que se lleve a cabo una ‘transición justa’. Ahora queremos ver la transición en la práctica, a través de inversiones en medidas para fomentar nuevos empleos ecológicos, reforzar habilidades y empleos ecológicos ya existentes, así como de inversiones fundamentales en la investigación, el desarrollo y la innovación, en la protección de los ingresos, en medidas de apoyo a la comunidad, etc.

Asimismo, debe existir una financiación adecuada de las naciones más pobres y vulnerables del planeta.

Para ello, los líderes del mundo deben llegar a un acuerdo mundial el año que viene en París, un acuerdo que debe ser inclusivo. Los sindicatos se movilizarán por una justicia climática.

 

Un futuro con cero emisiones de carbono

El Nuevo Informe sobre la Economía y el Clima publicado esta semana hace más imperiosa la necesidad de un cambio y presenta las posibilidades para un futuro con cero emisiones de carbono.

La tarificación de las emisiones de carbono, las nuevas tecnologías y la reducción de las emisiones son tendencias al alza. Actualmente, 40 países y más de 20 regiones tienen algún tipo de tarificación de las emisiones de carbono.

Asimismo, más de 4.000 empresas mundiales publican sus emisiones de gases de efecto invernadero, intentando dejar claro a los inversores que están comprometidos con la reducción de su contaminación provocada por el carbono.

Simplemente se trata del hecho de que el crecimiento con altas emisiones de carbono está demostrando ser cada vez más caro.

Se calcula que en los 15 países con las mayores emisiones de gases de efecto invernadero, los daños a la salud debidos a la mala calidad del aire ascienden a una media de más del 4% del PIB. En China, dicha cifra alcanza el 10% del PIB.

Para alimentar a toda la población del mundo será necesario un aumento del 2% en la productividad agrícola mundial. Tres mil millones de personas viven en zonas rurales o forestales.

Si tan solo el 12% de las tierras degradadas del planeta se recuperaran para la producción, podríamos alimentar a otros 200 millones de personas y los ingresos de los agricultores aumentarían en 40 mil millones USD al año.

Las medidas de reducción de los desechos de alimentos en los países desarrollados podrían suponer un ahorro de 200 mil millones USD al año para 2030 y reducirían las emisiones de dióxido de carbono.

Es probable que en los próximos 15 años las energías renovables representen alrededor de la mitad de todas las nuevas inversiones relacionadas con la producción de electricidad. La mayor parte de las economías de rápido crecimiento ya pueden satisfacer más del 25% de sus nuevas necesidades energéticas a partir de fuentes de energía renovables.

Las medidas que aumentan la eficiencia pueden impulsar el crecimiento económico y reducir las emisiones. La mayor parte de las economías tienen la oportunidad de duplicar su tasa de mejora de la eficiencia energética del 1% al 2 % al año.

Se calcula que las subvenciones para los combustibles fósiles y los insumos agrícolas y los incentivos para la expansión urbana ascienden a un total de más de 1 billón USD al año en todo el mundo.

Si se suprimen totalmente mientras se garantiza el apoyo a las familias trabajadoras para una transición justa, se lograrían beneficios económicos y emisiones más bajas.

Los nuevos instrumentos financieros (inversiones a largo plazo y financiación común) pueden marcar la diferencia y el capital de los trabajadores/as desempeñará un papel importante.

La transición puede resultar dura, pero se trata de nuestro futuro y los trabajadores/as y sus sindicatos quieren intervenir en las decisiones.

Queremos ver cómo se traduce en puestos de trabajo; en ciudades sin contaminación y en una oportunidad para el planeta. ¡Y eso es algo por lo que merece la pena luchar!

 

Para inscribirse en el movimiento a favor de la acción sobre el clima, visite los siguientes enlaces:

http://act.equaltimes.org/es/unions4climate