AAE, la UE y ACP: una asociación desigual

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Desde 2002, la UE y unos 75 países de África, el Caribe y el Pacífico (los denominados países ACP) han estado negociando “Acuerdos de Asociación Económica” (AAE).

Los AAE reemplazarían las condiciones comerciales preferentes unilaterales que la UE había ofrecido durante décadas, de conformidad con tratados de libre comercio recíprocos y compatibles de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Al mismo tiempo, los AAE serían “instrumentos para el desarrollo” que tendrían en cuenta las limitaciones y necesidades de los países ACP.

Sin embargo, a los países ACP nunca les gustó la idea de abrir sus mercados a la UE para mantener el acceso tradicional a los mercados.

La mayoría de los países ACP son países menos adelantados (PMA) con poca capacidad de competir con productos de la UE y cuyos ingresos fiscales dependen en gran medida de los aranceles de importación.

Desde el principio de las negociaciones, la UE y los países ACP han tenido expectativas y ambiciones diferentes con respecto a los AAE.

La UE aprobó directrices de negociación de acuerdos muy ambiciosos y completos que incluirían la liberalización de servicios, inversión y contratación pública y compromisos con respecto a los derechos de propiedad intelectual, competencia y protección de datos.

Los países ACP aprobaron directrices para AAE que se limitarían a garantizar el acceso a los mercados para sus productos de exportación y reforzarían sus capacidades institucionales y productivas y la integración regional a través de una mejora de la cooperación.

Las diferentes expectativas y un programa demasiado cargado fueron dos de las razones principales por las que las negociaciones no avanzaron.

A finales de 2007, la primera fecha fijada para la conclusión de los AAE, solo los 15 países caribeños habían finalizado las negociaciones de un AAE integral.

En África y el Pacífico, solo se firmaron algunos acuerdos parciales provisionales con subregiones o países individuales, lo que creó o exacerbó divisiones regionales.

 

El ultimátum de la UE

Se prosiguió con las negociaciones de acuerdos regionales que también mejorarían varias disposiciones de los AAE provisionales que los países ACP no consideraban favorables para su desarrollo. Esto incluía la congelación de los aranceles, las restricciones a los impuestos de exportación, salvaguardias débiles y niveles de entrada a los mercados, etc.

Sin embargo, como la UE continuó impulsando compromisos ambiciosos de liberalización, las negociaciones continuaron a paso de tortuga o se bloquearon completamente. Algunos países abandonaron totalmente las negociaciones.

Como consecuencia, en 2011 la Comisión Europea propuso introducir un nuevo plazo: si los países no concluían nuevos acuerdos regionales o no tomaban las medidas necesarias para ratificar los AAE provisionales de 2007, la UE retiraría definitivamente su acceso preferente al mercado.

Al final, el nuevo plazo se fijó para el 1 de octubre de 2014. Creó una gran frustración y enfado entre los países ACP y la sociedad civil pero a medida que la fecha se acercaba dos regiones africanas cedieron, así como Camerún y Fiyi.

Sin embargo, la Comunidad del África Oriental no aceptó las condiciones de la UE. Como resultado, Kenia – el único país que no es un PMA de ese grupo – hará frente a nuevos impuestos o impuestos más elevados sobre sus exportaciones a Europa a partir del 1 de octubre (de todos modos, todos los PMA disfrutan de un acceso libre de derechos y contingentes a la UE).

Con los nuevos AAE, los países ACP han asegurado el acceso a los mercados de sus exportaciones tradicionales a Europa, como materias primas, café, cacao, fruta y verdura, cuya producción a menudo se encuentra todavía en manos europeas o extranjeras.

A cambio, eliminarán los aranceles a las importaciones de la UE y congelarán los impuestos aplicados a las exportaciones a la UE.

Centro del Sur, un grupo de reflexión de países en vías de desarrollo con sede en Ginebra, ha calculado que la pérdida de ingresos fiscales ocasionada por la liberalización será mayor que el valor del aumento de aranceles al que los países ACP se enfrentarían si hubieran perdido el acceso preferente a los mercados.

Centro del Sur también ha demostrado que los mercados vecinos son mucho más importantes para las exportaciones de productos manufacturados de los países ACP que el mercado de la UE, lo que significa que los mercados y la integración regionales son importantes para el desarrollo industrial.

Sin embargo, estas exportaciones de productos manufacturados son vulnerables ante la competencia de la UE.

Los sindicatos, las organizaciones de agricultores y la sociedad civil temen que los AAE tengan un impacto socioeconómico negativo a medio plazo, ya que los productos manufacturados y agrícolas clave no han sido excluidos de la liberalización.

En otras palabras, es posible que con la firma de nuevos AAE y la ratificación de los antiguos se hayan evitado la retirada de accesos preferentes y pérdidas inmediatas, pero quizás sea a costa de pérdidas mayores a largo plazo. Al final, los AAE pueden acabar siendo más favorables para el desarrollo de la UE que para el de los países ACP.