Acuerdo EE.UU.-China contra el cambio climático: ¿avance histórico o más de lo mismo?

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El 12 de noviembre, el Presidente de EE.UU. Barack Obama y el Presidente de China Xi Jinping anunciaron un acuerdo “histórico” para luchar contra el cambio climático.

Los sindicatos y las organizaciones de la sociedad civil aplaudieron esta iniciativa como un paso en la buena dirección, pero también cuestionaron el grado de ambición de sus objetivos.

Estados Unidos y China son actualmente responsables del 45% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

El pacto prevé que para 2025 Estados Unidos haya reducido voluntariamente sus emisiones de CO2 entre un 26 y un 28% con respecto a los niveles de 2005, lo que representa casi el doble del ritmo actual de reducción.

En el caso de China, el acuerdo establece una serie de objetivos para que las emisiones alcancen su nivel máximo en torno a 2030 – o antes, si fuera posible – y para que, en ese mismo año, la proporción de fuentes limpias y renovables respecto al consumo total de energía del país haya aumentado hasta el 20%.

El anuncio puede que sitúe el cambio climático como una cuestión prioritaria para dos de las naciones más poderosas del planeta, pero, si bien existe una fuerte voluntad política para frenar al cambio climático, los objetivos sobre el clima siguen siendo poco ambiciosos.

Kim Glas, Director Ejecutivo de la BlueGreen Alliance, una asociación que agrupa a los principales sindicatos y organizaciones medioambientales de EE.UU., dijo en una declaración:

“Con este impresionante acuerdo, Estados Unidos y el Presidente Obama están predicando con el ejemplo.

“Estas medidas sientan las bases para futuras iniciativas internacionales encaminadas a reducir considerablemente las emisiones de CO2, y a que la economía y el sector manufacturero de EE.UU. se mantengan en condiciones equivalentes.”

Pero Glas afirma que queda mucho por hacer.

“Pedimos a los dirigentes del nuevo Congreso que reconozcan la realidad del cambio climático y demuestren que pueden gobernar.

“Es necesario seguir trabajando para evitar los peores efectos del cambio climático y para que nuestra economía vuelva a estar sobre tierra firme.”

En el acuerdo se ha tomado 2005 como año de referencia para comparar las reducciones de las emisiones estadounidenses, año en que se registraron los niveles más altos en términos de emisiones de CO2 en EE.UU. Eso facilita sin duda las comparaciones.

Si el año de referencia fuera en cambio 1990, el objetivo de reducción pasaría a ser de apenas un 13%.

China se ha comprometido a reducir sus emisiones de CO2, pero el plazo máximo establecido queda demasiado lejos para evitar un aumento de más de 2°C en las temperaturas.

En respuesta al comunicado, Li Shuo de Greenpeace China señaló: “Si ambos países se tomaran realmente en serio la ciencia del cambio climático, los objetivos del acuerdo anunciado hoy serían los mínimos, no los máximos, para combatir el cambio climático.”

 

Clima y empleo

El Centro de Investigación de Energía del Reino Unido público la semana pasada un informe en el cual se revelaba que los proyectos de energías renovables están creando 10 veces más de empleos que los proyectos de combustibles fósiles de magnitud similar.

El informe utilizó datos procedentes de 50 estudios distintos publicados desde el año 2000, en los que se aborda la relación entre la inversión en energías limpias y la creación de empleo en EE.UU., Europa y China.

En Estados Unidos, por ejemplo, la Oficina de Trabajo del Departamento de Estado ha pronosticado que en 2022 habrá un 24% más de instaladores solares fotovoltaicos y técnicos de turbinas eólicas que en 2012.

Aunque resulta admirable, tanto China como Estados Unidos tienen que ser más ambiciosos para lograr desencadenar una ola de creación de empleos verdes y decentes.

“Los sindicatos han dejado claro que el establecimiento de unos objetivos más ambiciosos en lo concerniente al clima contribuirá a proteger la vida de los trabajadores y trabajadoras y a promover la creación de empleo.

“Los líderes mundiales deben escuchar a sus ciudadanos y garantizar que los planes que se pongan sobre la mesa durante la conferencia de París en 2015 sean coherentes con la trayectoria de los 2°C”, ha expresado Sharan Burrow, Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional (CSI).