Queremos una vivienda: las personas sin hogar de Manchester luchan contra los recortes

Tras ser desalojados de su acampada de protesta frente al ayuntamiento de Manchester, los ciudadanos sin hogar han seguido resistiendo moviéndose de calle en calle.

Se enfrentan a un gobierno municipal que este año decidió recortar en 2 millones de libras (3 millones USD) las ayudas a las personas sin hogar, a pesar de que la cifra de gente que duerme a la intemperie se ha multiplicado por seis desde 2010.

Desde que el primer ministro conservador David Cameron fue elegido por primera vez ese mismo año, dicha cifra ha aumentado en un 55% en toda Inglaterra.

Asimismo, los últimos datos oficiales revelan que la cifra de unidades familiares que viven en alojamientos temporales ha llegado a 65.000, la cifra más alta desde la crisis financiera de 2008.

“¿Por qué no podemos tener las llaves de nuestras casas?”, pregunta Paddy Riley, uno de los miembros más comunicativos de la acampada. “Nos ningunean como si fuéramos unos don nadies, pero todo el mundo es importante ante los ojos de Dios”.

La artista y activista Jen Wu lleva seis semanas conviviendo con los miembros de la acampada y ha detallado sus vivencias en su página web. “La primera noche llegué, me acomodé en una tienda y estuve hablando con la gente hasta alrededor de las ocho de la mañana”, asegura.

“Al vivir en la calle, la salud mental y física de la gente se ve gravemente afectada. Ya he llevado a varias personas al hospital y he alojado a algunos en mi piso”.

 

Símbolo nacional

La acampada ha adquirido el reconocimiento a nivel nacional como símbolo de la lucha de la gente sin hogar en Reino Unido.

Asimismo, se ha ganado el apoyo de activistas de todo el país y su página de Facebook ha recibido más de 3.000 “Me gusta”.

Varios representantes de UNISON (el mayor sindicato de Gran Bretaña) visitaron la acampada y contribuyeron con un donativo.

Gran Bretaña se enfrenta a una crisis de personas sin hogar a una escala sin precedentes.

Las principales ONG advierten de que es probable que la situación empeore en los próximos años a menos que el gobierno tome medidas drásticas para evitar el desastre.

Aunque dicho aumento se ha atribuido a diversos factores, un informe publicado a principios de este año por la ONG Crisis reveló que entre 2010 y 2014 tres cuartas partes de todas las causas que dejaron a personas sin hogar se debieron a desahucios de viviendas de alquiler en el sector privado.

Sin embargo, aunque los precios del alquiler son cada vez más prohibitivos para millones de personas, el gobierno conservador prometió reducir en miles de millones de libras el gasto público en los próximos cinco años.

Las ONG temen que, junto a la falta de inversión en viviendas de protección oficial, esta medida solo sirva para agravar el problema.

“La principal causa es la falta de oferta de viviendas en términos generales, ya que en total no hay suficientes viviendas.

Sin embargo, también existe una falta de viviendas asequibles”, asegura Francesca Albanese, la directora de investigaciones de Homeless Link, una ONG con sede en Londres.

“Hemos sido testigos de una disminución constante en el número de viviendas de protección oficial asequibles que se han construido y no ha habido una respuesta suficiente a este hecho”.

Al parecer, la ciudad de Londres se ha visto más afectada que otras zonas de Reino Unido, ya que la cifra de personas que duermen a la intemperie en sus calles ha aumentado en un 37% entre 2013 y 2014, un número espectacular si se compara con la media nacional del 7%.

“El mercado del alquiler de viviendas en Londres está fuera del alcance de bastante gente por sus elevados precios”, explica Albanese. “Existe una enorme diferencia entre las ayudas a la vivienda que se otorgan a la gente en el sector privado del alquiler y el precio real de dichos alquileres”.

El propio informe del gobierno sobre las causas por las que los ciudadanos se quedan sin hogar refleja un panorama inquietante.

Anteriormente, la mayoría de los casos de personas sin hogar se registraban como el resultado de factores ‘de comportamiento’, por ejemplo la ruptura de relaciones.

Sin embargo, ahora las cifras sugieren que las principales causas pueden deberse a factores estructurales.

La principal causa registrada de la pérdida del hogar es actualmente la pérdida del contrato de arrendamiento a corto plazo seguro (el tipo de contrato más común entre los arrendadores privados) que garantiza al inquilino el derecho a que su fianza esté protegida y a que se le notifique el desahucio.

Este dato sugiere que una creciente proporción de los que viven en la calle se quedaron sin hogar debido a factores que escapaban a su control.

 

La respuesta

Mientras tanto, aunque sigue aumentando la cifra de personas que duermen a la intemperie, Manchester y otras autoridades municipales del país están recortando las ayudas a las personas sin hogar, pues se ven obligadas a hacer frente a las medidas de austeridad que les impone el gobierno central.

Muchos de los que viven en la calle han reaccionado tomando cartas en el asunto, organizando manifestaciones políticas y exigiendo a los ayuntamientos que les proporcionen una vivienda permanente.

En abril, después de una manifestación contra la austeridad, un grupo de manifestantes sin hogar organizó una acampada al estilo del movimiento de los indignados en una de las principales plazas de Manchester, justo frente al ayuntamiento.

Tras una batalla legal con el ayuntamiento, los manifestantes fueron desalojados de la plaza y se trasladaron a una vía pública cercana. Sin embargo, el ayuntamiento ha vuelto a intentar desalojarles.

Sus demandas son simples. “Quieren que a todos los miembros de la acampada se les proporcione una vivienda permanente, no un alojamiento temporal en un hostal. Asimismo, quieren que se revise la política sobre personas sin hogar del Ayuntamiento de la Ciudad de Manchester”, nos explica Ben Taylor, un abogado que representa a los manifestantes.

Dicha política se refiere a la clasificación de las personas sin hogar por parte del ayuntamiento en dos grupos: los que se han visto forzados a dejar su hogar y los que han elegido vivir en la calle.

En virtud de la Ley de la Vivienda de 1996, los ayuntamientos están obligados a proporcionar alojamiento a todos aquellos que se han visto forzados a dejar su hogar. Según Taylor, el problema es que los ayuntamientos pueden clasificar a alguien como una persona que no tiene hogar por elección propia cuando una evaluación adecuada de sus circunstancias demostraría lo contrario.

“Un ejemplo sería si a alguien le han desahuciado debido a retrasos en el pago del alquiler, debido al llamado bedroom tax (impuesto sobre habitaciones)”, explica.

“Como ya sabemos, dicho impuesto fue creado por el último gobierno. En virtud del mismo, no se abonarán las ayudas a la vivienda para la totalidad del alquiler si el inquilino dispone de una habitación libre, por lo cual se ve obligado a meter a alguien a vivir consigo o a mudarse a una vivienda más pequeña”.

“El problema es que en Manchester hay muy pocos inmuebles de una sola habitación. Sin embargo, las autoridades locales asumen que dicha persona está sin hogar voluntariamente porque no pagó su alquiler”.

A principios de este año, la organización Homeless Link publicó un manifiesto en el que identificaba cinco áreas fundamentales que el gobierno debe cambiar para superar los retos sociales derivados de la crisis de las personas sin hogar.

Entre ellas se encuentran: reforzar los derechos de los inquilinos, un mayor apoyo para la reinserción laboral, un sistema de protección social efectivo y el compromiso de acabar con la situación de la gente que duerme en la calle.

Todo eso cuesta dinero.

Wesley, un miembro de la acampada en Manchester, opina que existe un círculo vicioso entre los recortes a las ayudas y las personas sin hogar.

“La calidad de las ayudas que el gobierno ofrece a las personas sin hogar es tan baja que algunos preferimos seguir durmiendo en la calle aunque estemos en peligro”.