Los líderes europeos deben resolver el desempleo juvenil – no los jóvenes

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La penosa situación de los jóvenes en toda Europa es bien conocida: cinco millones de los nuestros no tienen trabajo y, pese a la mejora de algunas economías europeas, la juventud está quedando al margen de la recuperación.

Los Gobiernos y líderes de la UE no deben, en cualquier caso, transferir la responsabilidad de resolver la crisis del desempleo juvenil a los propios jóvenes, o a las organizaciones que aportan trabajo con jóvenes – término que cubre un amplio abanico de actividades realizadas por, con y para la gente joven, combinando diversión y educación no formal.

No es su responsabilidad adecuar a los jóvenes para que se adapten al mercado laboral. Existe el riesgo de que los responsables políticos y los encargados de tomar decisiones utilicen erróneamente el trabajo con jóvenes como panacea para resolver la crisis del desempleo juvenil.

Este tema fue debatido la pasada primavera cuando cerca de 500 jóvenes, personas que trabajan con la juventud, académicos y responsables políticos se reunieron en Bruselas con ocasión de la 2ª Convención Europea sobre Trabajo con Jóvenes, para discutir y debatir políticas, prácticas y el futuro del trabajo con jóvenes en Europa.

La Convención, que congregó a los principales expertos en el campo del trabajo con jóvenes, publicó una declaración, un llamamiento a la acción que deberán atender quienes ocupan el poder, de lo contrario perderán la fe y el apoyo de la que podría llegar a convertirse en una generación perdida, devastada por la crisis económica y financiera.

Gran parte de las discusiones mantenidas durante la Convención se centraron en asegurar que el impacto del trabajo con jóvenes, tanto en relación con casos individuales como con la sociedad en general, esté reconocido, por los Gobiernos a todos los niveles, pero también por la propia sociedad. Esto conduce evidentemente a una discusión sobre cómo ‘vender’ el trabajo con jóvenes a una audiencia más amplia, y cómo garantizar que los donantes aprecien los enormes beneficios que aporta este tipo de trabajo.

Aunque se trata de una discusión importante, podría al mismo tiempo derivar en argumentos problemáticos. El Foro Europeo de la Juventud, que representa a las organizaciones de jóvenes en Europa (la mayoría de las cuales llevan a cabo trabajo con jóvenes), sabe bien que estar involucrados en el trabajo con jóvenes y organizaciones juveniles no implica simplemente que los jóvenes se diviertan y que no estén en la calle. Es mucho más: se trata de establecer relaciones, de situar en el centro de la perspectiva a los jóvenes y sus capacidades, intereses y necesidades.

Sabemos que, a través del trabajo con jóvenes, la gente joven tiene ocasión de adquirir competencias que contribuyen a su preparación para el mundo laboral. Competencias como establecer relaciones, liderazgo, confianza trabajo en equipo, que están altamente valoradas por potenciales empleadores en tanto que técnicas esenciales que ayudarán a los jóvenes a entrar en el mercado laboral.

 

Reconocimiento del impacto del trabajo con jóvenes

Durante la 2ª Convención Europea sobre Trabajo con Jóvenes, escuchamos muchas historias sobre esta labor y se desarrollaron numerosos debates sobre su propósito y cómo conseguir que su impacto esté mejor reconocido.

Algo que se quedó bien claro es que a través del trabajo realizado con los jóvenes, éstos sienten que forman parte de algo mucho más grande que sus propias vidas, adquiriendo un sentimiento de responsabilidad social, comunitaria y ciudadanía activa. Los responsables políticos deberían apoyar el trabajo con jóvenes, de manera que llegue a más gente joven y ampliar sus beneficios a gran parte de nuestra sociedad.

Por todos estos motivos, refutamos categóricamente la afirmación de que las organizaciones juveniles y las personas que trabajan con jóvenes deberían estar produciendo jóvenes preparados para el mercado laboral. Los líderes y responsables políticos deben urgentemente ver más allá de la gente joven para encontrar la solución. Deben considerar la situación económica más amplia, y la creación de puestos de trabajo.

Pese a que algunas iniciativas como la Iniciativa de Empleo Juvenil ofrecen el potencial de mejorar las cosas para la gente joven, todavía está por verse su impacto. Para marcar realmente la diferencia, debe contarse con impulso político, ambición y acciones concretas. Tenemos que cambiar la retórica de la inadecuación de las cualificaciones – que los jóvenes no encuentran trabajo porque no cuentan con la cualificación adecuada. Aunque esto podría ser cierto en cierta medida, realmente no constituye la causa profunda de la crisis de desempleo juvenil que estamos viviendo actualmente. Antes de examinar las cualificaciones que requieren los jóvenes para encontrar empleo, es necesario que exista el clima económico adecuado de crecimiento, que cree un mercado sostenible con puestos de trabajo de calidad para la gente joven.

El firme mensaje enviado por la Convención Europea sobre Trabajo con Jóvenes y por la declaración publicada al concluir la misma, es que el trabajo con jóvenes no es un lujo; resulta esencial y no invertir en él implica renunciar a nuestro deber para con la próxima generación.

Aunque el trabajo con jóvenes tiene el potencial de abordar los enormes problemas a los que se enfrenta la juventud, como el desempleo y la exclusión social, o incluso la radicalización, no constituye un parche que pueda resolver dichos problemas, que han de tratarse mediante una acción concertada. Tiene que invertirse en el trabajo con jóvenes por sus propios méritos, no como un medio de sacudirse la responsabilidad de hacer frente a las cuestiones apremiantes de nuestros tiempos.