Francia acoge a sus primeros refugiados

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El centro de ocio de Cergy-Pontoise, situado en el departamento del Valle del Oise, al norte de Francia, se ha convertido en un refugio. En su jardín se respira un momento de relajación. Una joven aprende a patinar. Dentro del edificio, varios hombres discuten mientras otros comen un plato de comida caliente. Son rostros visiblemente fatigados, pero sonrientes. Para todos supone el fin de una huida espeluznante.

Estos 96 refugiados, 15 de ellos niños, forman parte de los 1.000 refugiados, originarios de Siria, Irak y Eritrea exclusivamente, que deben ir abandonando Munich (Alemania) en las próximas semanas y trasladándose a Francia.

Son los primeros que acoge Francia con carácter de urgencia, desde que François Hollande anunció la acogida de 24.000 refugiados en los próximos dos años, que se añaden a la promesa, hecha en julio, de recibir 7.000.

“Es una crisis, dramática, grave; pero se puede controlar” declaró el Jefe del Estado en su respuesta a la solicitud de la Comisión Europea. La instancia comunitaria, que va a conceder una ayuda de 6.000 EUR (6.800 USD) por refugiado, apeló a los Estados miembros de la Unión para llegar un acuerdo y repartirse los 120.000 exiliados.

Serhan, Guali y sus tres hijas proceden de la ciudad siria de Homs. Huyeron de la guerra hace tres semanas y ahora viven en una habitación del centro de ocio.

Aunque la amargura de la huida y de la travesía va desvaneciéndose, los recuerdos se aferran tenaces. “Anduvimos durante días, explica Serhan, anestesista. El viaje fue peligroso, sobre todo las tres horas que permanecimos en el mar con 45 personas a bordo de un barco”.

En este centro, han podido iniciar los primeros trámites administrativos para solicitar asilo.

Mientras esperan la respuesta de OFPRA, la oficina francesa de protección de personas refugiadas y apátridas —que según les prometió el Jefe del Estado llegará rápidamente— han recibido un certificado que autoriza su presencia en territorio francés. “La gente es amable aquí, espero que podamos quedarnos y disfrutar de días mejores”, confía Serhan, que va desgranando sus esperanzas: una escuela para sus hijas, un empleo para él y aprender pronto francés.

« Todo ha sido muy rápido, explica Sylvain de Smet, presidente del centro de ocio. El Estado se puso en contacto con nosotros y, cuatro días más tarde, llegaban los refugiados”. Estos refugiados debían permanecer en Cergy un máximo de ocho semanas: “Poco a poco, las cosas se colocan en su lugar. La idea es que no tengan que desplazarse para realizar sus trámites administrativos, para inscribir a sus hijos en la escuela. Tienen comida y pronto van a comenzar las clases de francés”.

Rami, estudiante de literatura, de 18 años, soñaba con Alemania o Suecia: “En Munich me propusieron venir a Francia y dije que sí, es una oportunidad”. Originario de Damasco, llegó a Cergy con su hermano mayor. Nos muestra la galería de fotos de su Smartphone. Imágenes tomadas justo antes de abandonar Siria: Rami abrazando por última vez a su hermana pequeña; su madre sollozando, rodeada de sus dos hijos. Como el resto de los refugiados, al llegar a Cergy telefoneó a su familia para tranquilizarla. “Estoy triste, pero debíamos huir de la guerra, quiero terminar mis estudios y vivir en paz, dice con los ojos enrojecidos. Tuve miedo durante el viaje pero debía marcharme, por mi futuro”.

 
Una red de ciudades solidarias

A la espera de que se abran plataformas regionales, los miles de refugiados que llegarán en los próximos meses al país pasarán por la Isla de Francia. En total, se han identificado 26 emplazamientos. Además de Cergy, les acogerán las ciudades de Champagne-sur-Seine y Bonnelles.

Para el seguimiento de su viaje se ha constituido "una red de ciudades solidarias"a iniciativa del Partido Socialista. París, Rennes, Estrasburgo, Grenoble, Nantes, un total de 622 ayuntamientos han expresado su disposición a acoger a refugiados.

Para ayudarles, el Primer Ministro, Manuel Valls, se ha comprometido a crear nuevas plazas de alojamiento para los refugiados. “Debemos gestionar simultáneamente tres eventualidades, explica el Prefecto Kléber Arouh, designado coordinador nacional de la operación refugiados. Además de su acogida inmediata, debemos prever el siguiente paso, la instalación en alojamientos permanentes de los migrantes convertidos rápidamente en refugiados”.

El ayuntamiento de Lille ha anunciado, por su parte, la creación de una página web que permite ofrecer camas, mantas y poner a su disposición un apartamento o habitación. “El valor de la solidaridad había caído en el olvido, explica a Equal Times Olivier Bianchi, Alcalde de Clermont-Ferrand, en Auvernia, que en breve recibirá a siete familias sirias. Hemos verificado la disponibilidad de alojamientos vacantes y ya hemos reservado plaza en las escuelas. Estamos listos”.

En cuanto a si el gobierno tardó demasiado en reaccionar ante esta situación, Olivier Bianchi, lo niega: “Me contactaron ya en julio; el Estado había anticipado las cosas, pero el fenómeno se intensificó, de ahí esta toma de conciencia colectiva”. El alcalde subraya la tradición solidaria de la región, que se dispone a alojar a 200 familias y que “en el pasado ya acogió a refugiados kurdos y kosovares”.

 
Salvada una escuela y creados cuatro empleos

Algunas comunidades francesas no han esperado a recibir esa llamada para dar el salto. Joigny, Pouilly-en-Auxois, Eymoutiers y Peyrelevade alojan desde hace meses a demandantes de asilo.

Peyrelevade transformó su antigua residencia de ancianos en un centro de acogida de los demandantes de asilo. Sesenta personas de 11 nacionalidades están allí albergadas desde el 1 de abril.

“Es muy positivo: además de encontrarle una utilidad al edificio, creamos cuatro empleos y salvamos una clase de la escuela, explica con satisfacción a Equal Times Pierre Coutaud, alcalde de este pueblo correzino de 800 habitantes. Para los pueblos pequeños que agonizan supone una oportunidad, porque los refugiados dinamizan la comunidad y con los habitantes todo marcha muy bien”.

Para hacer frente a la urgencia, además de involucrarse los ayuntamientos, se han multiplicado las iniciativas ciudadanas que ofrecen alojamiento, alimentos y ayuda administrativa.

El dispositivo CALM (acrónimo francés de ‘como en casa’), montado por la asociación Singa, pone en contacto a refugiados —es decir personas cuya solicitud de asilo ya fue aceptada— con particulares que desean alojarles. Singa ha recibido en pocos días 1300 propuestas de ayuda. “Vemos un auténtico despertar en la sociedad, cuenta entusiasmado Nathanaël Molle, creador del proyecto. Porque no se trata tan sólo de alojarles, sino una oportunidad de integración, de desarrollar una red social y profesional”.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), cerca de dos millones de refugiados sirios viven en la actualidad en Turquía; 1,1 millones, en el Líbano, y 630.000, en Jordania: en total, cuatro millones de sirios han huido de su país.

En la cumbre especial de la UE, el pasado miércoles 23 de septiembre,los líderes acordaron proporcionar "al menos" una ayuda adicional de mil millones de EUR para los programa s de refugiados y alimentos de la ONU en Siria. Aprobado por una mayoría de votos, con algunos países de Europa del Este en contra, los líderes adoptaron un plan obligatorio para reubicar a 120.000 refugiados entre los 28 Estados miembros de la UE. Pero también acordaron reforzar las fronteras exteriores de la UE, anticipando que la crisis está lejos de terminar.