Bienvenidos a Redcliff: la ciudad siderúrgica de Zimbabue hoy convertida en ciudad fantasma

A unos 220 kilómetros al suroeste de Harare, la capital de Zimbabue, se encuentra la localidad de Redcliffe. Esta ciudad, que antaño fue el centro neurálgico de la industria siderúrgica zimbabuense, hoy se asemeja a una ciudad fantasma.

Equal Times llegó a Redcliffe un miércoles de febrero a las 09.00 de una calurosa mañana. Años atrás, a esta hora, la habríamos encontrado bullendo de actividad, cuando la cercana fábrica producía toneladas de acero cada hora. Hoy la envuelve una calma inquietante.

Hombres en traje de faena juegan a las damas frente a una tienda cerrada. Se ven edificios en ruinas, algunos con los cristales de las ventanas hechos añicos. Un día sirvieron como almacenes y alojamientos de los contratistas chinos, hoy, éstos se han esfumado, como los beneficios de la compañía.

Zimbabue Iron and Steel Company (ZISCO, antes llamada RISCO) fue fundada en 1942 en la entonces Rodesia del Sur. En su apogeo, Ziscosteel, como también se la conoce, llegó a ser la mayor siderurgia integrada de África. Propiedad al cien por cien del gobierno, producía hasta un millón de toneladas al año y empleaba a unas 8.000 personas.

Ziscosteel exportaba a Europa, Asia y a sus países vecinos africanos antes de su desaparición en 2008, debido a las presiones de la maltrecha economía zimbabuense, la mala gestión y la flagrante corrupción. Cuando el gobierno intentó vender la compañía en 2011, la deuda de Ziscosteel ascendía a aproximadamente 372 millones de USD.

Finalmente, luego de años de disputas y producción raquítica, la siderurgia fue adquirida por la compañía India Essar Holdings. Pero el cambio de propietario no ha supuesto diferencia alguna para la vida del resto de los habitantes de la ciudad.

Asombrosamente, la compañía sigue adeudando a sus empleados salarios por valor de 100 millones de USD. Las facturas sin pagar de médicos y colegios continúan acumulándose porque las familias, después de más de cinco años luchando por sobrevivir, sin salario ni pensión alguna, ya no pueden permitirse abonarlas. Según el comité de trabajadores de Ziscosteel, más de 200 trabajadores de la firma han fallecido desde 2011 por la imposibilidad de costearse medicinas o tratamientos hospitalarios.

Han cerrado tiendas y negocios subsidiarios, las basuras se acumulan sin recoger, porque los residentes no pueden pagar este servicio, y hay cortes de agua debido a las inmensas deudas que acumulan los habitantes de Redcliff.

Los hombres que juegan a las damas son algunos de los aproximadamente 1.500 trabajadores restantes, enviados a casa en febrero de 2016 con una licencia no retribuida de seis meses, que desencadenó las protestas. Los trabajadores han continuado presentándose cada día a su puesto de trabajo, a pesar de que el Ministro de Economía, Patrick Chinamasa, anunció que sus contratos fueron rescindidos con un preaviso de tres meses, en diciembre de 2015.

La compañía lleva ofreciendo a los trabajadores desde enero de 2015 una asignación a tanto alzado de apenas 50 USD, aunque muchos trabajadores recibieron tan solo 100 USD para todo el año.

“La dirección sólo nos dice que continúan buscando el dinero para pagarnos, pero no estamos seguros de dónde están buscándolo porque la compañía no tiene en venta nada de valor en estos momentos”, explicó uno de los representantes del comité de trabajadores, que nos pide que preservemos su anonimato.

“Los hijos e hijas de algunos trabajadores aún no han recibido los resultados de sus exámenes porque tienen una deuda enorme con las escuelas”, dice a Equal Times. “Los colegios reclaman el pago o al menos que les paguen a plazos, algo imposible porque no tenemos ni idea de cuándo nos volverán a pagar”.

El representante de los trabajadores afirma que la compañía no les ha comunicado nada, incluso cuando asistieron a las reuniones en Harare.

“No nos informan de nada. La mayor parte de lo que sabemos nos llega a través de la prensa. Nadie sale a explicarnos qué está sucediendo. Incluso el gobierno guarda silencio”, afirma.

Otro trabajador, que también nos pide permanecer en el anonimato, fue obligado a una baja forzosa en febrero y confiesa a Equal Times: “No tengo esperanza de que volvamos a trabajar. Pienso que esto [la baja forzosa] ha sido su forma de librarse de nosotros.

“La cuestión de los salarios se llevó a arbitraje y, aunque la empresa llegó a un acuerdo sobre la cantidad que nos adeuda, lo que no está tan claro es si tiene capacidad para pagar. Nosotros podemos ver que no se está produciendo nada, que la única gente que queda en la compañía son los guardas de seguridad que protegen los equipos”, afirma.

 

Miles de millones perdidos

Ziscosteel, que en su día fue el mayor empleador de la provincia de Midlands, era el corazón que hacía latir las ciudades de Redcliff y Torwood, ya que sus empleados suponían la mayoría de los clientes de los negocios de ambos municipios.

Los infortunios de la compañía han tenido también un enorme impacto sobre la economía de Zimbabue al completo. Según la Unidad de Análisis e Investigación de la Política Económica de Zimbabue (Zeparu), se han perdido más de 20.000 millones de USD en ingresos potenciales desde que Ziscosteel cerró en 2008.

El principal sindicato del país, la National Union of Metal and Allied Workers Union of Zimbabwe (NUMAIZ), tampoco ha salido indemne, ya que ha perdido a miles de miembros cotizantes que trabajaban en Ziscosteel y en su compañías subsidiarias.

“Disponíamos de más de dos tercios de nuestros miembros en Ziscosteel, que desde hace cinco años no pueden pagar sus cuotas, lo cual tiene graves consecuencias para la liquidez de nuestro sindicato”, explica a Equal Times Henry Tarumbira, Secretario General de NUMAIZ.

Su adjunto, Stephen Dhliwayo, afirma que el gobierno no tiene intención en serio de reavivar Ziscosteel y que no es sincero en sus tratos con inversores potenciales.

“El gobierno se debería haber comprometido a reavivar Ziscosteel, porque contribuiría a su programa ZimAsset”, explica a Equal Times, haciendo referencia al plan 2013-2018 llamado oficialmente Agenda para la Transformación Socioeconómica Sostenible de Zimbabue.

“Hay, además, entidades paraestatales y compañías como la ferroviaria National Railways of Zimbabwe o Hwange Colliery Company cuya reanudación depende, también, de la supervivencia de Ziscosteel,” afirma.

Además, Zimbabue tiene una enorme demanda de acero, prueba de ello es que muchas compañías están importando en la actualidad este producto de Sudáfrica, afirma Dhliwayo.

Pero la crisis siderúrgica no se circunscribe a Zimbabue. La siderurgia es una industria en declive en todo el mundo, debido a un exceso de oferta y la reducción de la demanda. En el Reino Unido se han destruido recientemente 5.000 empleos en la industria siderúrgica y unos 9.000 penden de un hilo en los Estados Unidos.

No obstante, esta crisis está teniendo repercusiones muy profundas en Sudáfrica, donde entre 2012 y el primer trimestre de 2015 se destruyeron 47 000 empleos en el sector y los analistas prevén la desaparición de otros 50.000 empleos más.