La comunidad LGBTI estará separada en las prisiones tailandesas

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Nachacha Kongudom fue detenida por sus actividades políticas al participar en una reunión que conmemoraba el primer aniversario del golpe de Estado de 2014. La activista estudiantil fue enviada a una prisión masculina, a pesar de su súplica de ir a una cárcel de mujeres por miedo a ser acosada en prisión por ser transexual. Las autoridades respondieron a su petición que, conforme a la ley, ella continúa siendo un hombre y ningún documento dice que las mujeres trans sean mujeres en Tailandia.

“Cuando llegué a la prisión, el personal y los prisioneros se interesaron por mí. Algunos se burlaban de mí por estar ahí”, explica esta activista a Equal Times. La joven cuenta que consiguió librarse de su doble condena horas después bajo fianza.

Más allá de protestar contra la prisión política, las organizaciones de derechos humanos llevan tiempo advirtiendo de que las personas trans, especialmente las mujeres trans, podrían ser acosadas sexualmente si seguían siendo encarceladas en las prisiones masculinas.

Es el motivo que les ha llevado a solicitar al Ministerio de Justicia la designación de una cárcel para presos LGBTI –siglas que identifican a lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales– para garantizar que no sufran acoso por parte de otros prisioneros.

Las presas transexuales, muy en particular, temen ser víctimas de abusos cuando son encarceladas en prisiones de hombres, que es lo que son consideradas en Tailandia de acuerdo con sus documentos de identidad, sin tener en cuenta su paso por una cirugía completa para que su cuerpo esté acorde con su identidad.

Las peticiones han tomado efecto y el Departamento de Correcciones separará a los prisioneros LGBTI en la prisión para prevenir abusos, según comentó el secretario permanente adjunto al Ministerio de Justicia, Kobkiat Kasiwiwat, durante una visita a la prisión de Remand (en la ciudad de Pattaya, en la costa este del golfo de Siam) a principios del mes de julio para mostrar a las ONG y a algunos medios de comunicación las condiciones de los internos LGBTI.

En las cárceles de Tailandia actualmente se encuentran 4.448 presos que han aceptado ser clasificados como LGBTI. Entre ellos, 2.258 son mujeres, 2.156 hombres y 34 personas trans, según el Departamento de Correcciones. Los presos LGBTI representan aproximadamente el 1,5% del total de 300.000 prisioneros del país.

 
Proyecto piloto

La prisión de Min Buri será utilizada como prisión LGBTI bajo un programa piloto, según avanzó Kasiwiwat. El oficial explicó a la prensa que, siguiendo la idea del proyecto piloto, cuando una persona trans sea encarcelada, un oficial de enfermería, junto con una asistente femenina, llevará a cabo un examen físico para confirmar si su género ya no coincide con la información de sus documentos de identidad.

Las prisioneras transexuales ya son separadas de los internos masculinos en la prisión de hombres de Pattaya porque a menudo han sido víctimas de abusos por parte de otros internos, no obstante, para las labores asignadas en el presidio, hombres y mujeres transexuales trabajan juntos, afirmó el funcionario tailandés.

En otros países se han adoptado iniciativas similares a la propuesta por Tailandia, como en Estados Unidos. El Gobierno de Nepal también anunció su intención de crear centros de detención separados para las personas trans, pero no se ha implementado todavía, explica a Equal Times Phil Robertson , subdirector de Human Rights Watch (HRW) para Asia, que señala un informe realizado por HRW en Estados Unidos este año donde las mujeres transexuales, aun siendo segregadas, siguen siendo abusadas por los empleados de prisión.

El activista sostiene que las medidas destinadas a proporcionar una mayor protección para las personas LGBTI detenidas son un paso positivo en la teoría, pero no necesariamente acabará con los abusos. “La correcta aplicación será clave”, concluye Robertson.

This article has been translated from Spanish.