Samsung bajo presión por la muerte de varios trabajadores expuestos a sustancias químicas

Hace casi 10 años, la muerte por leucemia de una joven estudiante surcoreana, empleada en una fábrica de chips informáticos de Samsung, desató la indignación generalizada. Desde entonces y hasta hoy las leyes de secretos industriales han permitido al gigante de la electrónica seguir con sus negocios como siempre, a pesar del creciente número de víctimas registrado en su plantilla.

Sin embargo, las recientes acciones de organizaciones no gubernamentales y organismos sindicales, combinadas con las últimas noticias de los medios de comunicación, han conseguido aumentar la presión que se ejerce sobre el gobierno coreano para que suprima la excusa de los secretos industriales y permita el avance de las investigaciones sobre las numerosas víctimas mortales parecidas a las registradas en otras empresas de EE.UU. y Europa.

“Llevamos años arrastrando este asunto. Un buen número de organizaciones y sindicatos ha estado presionando para exigir que la industria lo resuelva, pues la salud de los trabajadores sigue estando en riesgo debido a las sustancias químicas peligrosas que utilizan”, declaró Chih An Lee, activista de Greenpeace en Asia oriental.

“La empresas, en especial las multinacionales, deberían dejar de evitar el problema, pues los trabajadores se tienen que enfrentar a las consecuencias solos”, explicó An Lee a Equal Times.

Al parecer, alegando la protección de secretos comerciales, el gobierno de Corea del Sur se ha negado a facilitar información sobre el tipo de sustancias químicas a las cuales estaban expuestos los trabajadores en las fábricas de chips informáticos y pantallas de cristal líquido, algo que hubiera podido abrir la vía para que las familias de los trabajadores afectados recibieran una indemnización.

La semana pasada, la corte suprema de Corea del Sur emitió sentencia no favorable, por falta de pruebas, para las familias de antiguos empleados de Samsung. Estas familias habían pedido compensaciones por daños a la salud en el trabajo.

Samsung, que constituye la mayor fuente de empleo en Corea del Sur, pero cuenta con un amplio historial de violaciones de los derechos de los trabajadores, niega las acusaciones, si bien se ha disculpado por las últimas muertes y ha prometido indemnizaciones.

El grupo Banolim, que se encarga de la seguridad de los trabajadores y es más conocido como SHARPS, por sus siglas en inglés: Supporters for the Health and Rights of People in the Semi-Conductor Industry (Defensores de la Salud y los Derechos de los Trabajadores en la Industria de los Semiconductores), registró 76 muertes (la mayoría de entre veinte y treinta años) y más de 200 casos de “enfermedades graves, incluidas leucemia, lupus, linfoma y esclerosis múltiple, entre antiguos trabajadores de Samsung en fábricas de semiconductores y pantallas de cristal líquido”.

 

Una víctima mortal de 22 años

Desde 2008, 56 trabajadores han solicitado al gobierno indemnizaciones por temas de inseguridad en el trabajo. Tan solo 10 han logrado obtenerlas, la mayoría tras largos años de batalla en los tribunales. Según una investigación de la Associated Press, la mitad de las otras 46 demandas fueron rechazadas y la otra mitad sigue en proceso de revisión.

Entre las familias que reclaman una indemnización se encuentra la de Hwang Yu-mi, una estudiante de secundaria que sumergía obleas de silicio en sustancias químicas en una fábrica de Samsung. Murió cuatro años más tarde, en 2007, de leucemia, con tan solo 22 años. Su padre, Hwang Sang-gi, que trabaja de taxista, inició un movimiento para exigir al gobierno que investigue los riesgos para la salud existentes en las fábricas de Samsung Electronics Co.

En su investigación, la Associated Press descubrió que en al menos seis casos que afectaban a 10 trabajadores, el gobierno alegó secretos comerciales como el motivo por el cual retenía la información. Asimismo, gracias a entrevistas con trabajadores, se descubrió que la empresa utilizaba trabajo infantil y ofreció sobornos para que la gente no dijera nada al respecto.

En otras zonas de Corea se han logrado algunos avances. Actualmente, Hyundai, el fabricante de automóviles, debe obtener la aprobación del sindicato antes de incorporar nuevas sustancias químicas en sus procesos de producción. Sin embargo, la fuerza laboral de Samsung no está sindicalizada y la cadena de suministro de la empresa es una de las que más críticas ha recibido de los sindicatos, los cuales exigen que se tomen medidas al respecto en varias campañas de firmas.

“El modelo de las cadenas de suministro globales se ha roto”, declaró Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), en un blog del Huffington Post.

“Si el gobierno de Corea del Sur, un país del G20 que se codea cada año con los líderes mundiales (el Presidente Obama, la Canciller Merkel, la Primera Ministra May) de las 20 mayores economías del mundo, cada vez se preocupa menos de sus trabajadores y les deniega sus derechos fundamentales, entonces el resto de los gobiernos debe tomar medidas al respecto”, afirmó Burrow.

Un artículo en la página web Environment 360 de la Universidad de Yale asegura que el tema de las cadenas de suministro es un problema persistente dentro de Samsung y en el sector más amplio de la electrónica.

“Aunque la relación directa causa-efecto resulta difícil de demostrar, la situación en Corea del Sur presenta sorprendentes similitudes con los patrones de enfermedades registrados en las últimas décadas en fábricas de semiconductores de Estados Unidos y otros puntos del planeta”, escribió Elizabeth Grossman.

“Los epidemiólogos han descubierto incidencias de cáncer superiores a lo previsto entre los trabajadores del sector de los semiconductores en base a los datos de la empresa National Semiconductor en Escocia y de IBM en EE.UU.”, explicó Grossman, autora del libro Chasing Molecules: Poisonous Products, Human Health, and the Promise of Green Chemistry.

“Las empresas implicadas y la patronal Semiconductor Industry Association mantienen que dichos estudios son científicamente defectuosos”, condenó Grossman.

La página web de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tiene una lista de países con límites de exposición a sustancias químicas, pero Corea del Sur no aparece en la misma. En cambio, el perfil de dicho país se centra en la prevención de accidentes.

 

Últimos avances

La Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), que se encarga de vigilar este tema para la UE, advirtió a Equal Times que “no está supervisando la seguridad de los trabajadores”. La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (OSHA) aseguró que era “incapaz de facilitar información específica relacionada con un Estado o empresa en particular, en especial de los ámbitos de la legislación, normativas o estadísticas”.

Sin embargo, la OSHA destacó los últimos avances, como la creación de una nueva hoja de ruta de la UE sobre los carcinógenos. Además, la Comisión Europea ha propuesto enmiendas a la Directiva sobre la Exposición a Agentes Carcinógenos y Mutágenos para limitar la exposición a 13 sustancias químicas carcinógenas en los lugares de trabajo. Asimismo, la OSHA anunció que está “preparando la campaña de Trabajos Saludables sobre sustancias peligrosas que se pondrá en marcha durante los años 2018-2019”.

Durante años, la central sindical mundial IndustriAll ha hecho sonar la alarma en repetidas ocasiones sobre las sustancias químicas mortíferas en Samsung y el año pasado firmó una carta abierta en la que exigía a la empresa que resolviera el tema de las indemnizaciones a los trabajadores afectados.

La central sindical quiere que la empresa determine “cuánta transparencia sobre las sustancias químicas es necesaria, cómo hay que definir el concepto de secreto comercial legítimo” y cómo hay que utilizar las sustancias químicas seguras “para prevenir futuras enfermedades”.

Asimismo, la carta abierta advertía: “Si Samsung insiste en controlar todas estas decisiones clave sin ayuda externa, no logrará la aceptación ni la paz laboral que asegura desear”.

SHARPS está organizando una manifestación en la sede de Samsung en Seúl para el 7 de octubre, fecha del primer aniversario del inicio de la sentada en el espacio de exposiciones D’light, propiedad de la empresa.

“Las grandes empresas deben asumir la responsabilidad para garantizar la transparencia de la información sobre el uso de sustancias químicas en toda la cadena de suministro y avanzar hacia la eliminación de las sustancias químicas más problemáticas de la cadena de producción”, explicó An Lee de Greenpeace.

“No solo necesitamos que los gobiernos elaboren políticas diseñadas para acelerar el avance, sino también la fuerza de todos nosotros como consumidores y ciudadanos”.