Crece un frente judicial y sindical a Uber en todo el mundo

De San Francisco a Tokio, de Río de Janeiro a París, de Santiago de Chile a Hong Kong, en todos los lugares en los que Uber se ha establecido, los taxistas han respondido con protestas e incluso demandas judiciales. El motivo es que la aplicación para móviles que conecta a los clientes con chóferes particulares que dan servicio con su propio coche, a veces sin contar con la más mínima experiencia, compite directamente con los taxistas profesionales. Los servicios Uber eluden todas las reglamentaciones existentes, trátese del trabajo asalariado, las cotizaciones, la seguridad social, la seguridad vial o la formación, que se exigen a los taxistas.

Son muchas las ciudades y países donde la justicia o las autoridades políticas han decidido prohibir la totalidad o parte de los servicios Uber. A finales de 2016, la megalópolis brasileña de Río de Janeiro aprobó una ley que prohíbe todas las plataformas de transporte de este tipo. En Bruselas, la capital belga, la justicia prohibió Uberpop, la aplicación que conecta a chóferes particulares con las personas que van a transportar. En Francia, el caso Uberpop fue llevado hasta el Consejo Constitucional, el cual confirmó en septiembre de 2015 la prohibición de este servicio, introducido en el país un año antes. En Italia, Uberpop fue prohibida en 2015. Todos los demás servicios de chófer de la empresa también fueron prohibidos por los tribunales italianos en abril de 2017, a raíz de una demanda interpuesta por los taxistas italianos.

“Sin embargo, Uber ha apelado la decisión, por lo que aún no ha podido aplicarse. Así que se encuentra pendiente”, lamenta Mac Utara, secretario de transporte interior de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (International Transports Workers’ Federation).

La federación ha identificado demandas judiciales o prohibiciones contra Uber en 49 países del mundo, en todos los continentes. No obstante, no todas las medidas conducen necesariamente a una prohibición total, y los procedimientos suelen ser largos.

“En muchos países se oponen a Uber los gobiernos, los taxistas y empresas de taxis. A menudo, Uber pierde en los tribunales. Y a veces, la aplicación de las decisiones judiciales es estricta”, explica Mac Utara. “Está bien, pero es preferible que se adopten leyes reales para luchar contra Uber”.

Esta es la medida tomada por Dinamarca y Bulgaria. Dinamarca ha aprobado una nueva ley sobre los taxis en marzo de 2017, que obliga a todos los vehículos a llevar a bordo cámaras de videovigilancia y taxímetros para tener derecho a ofrecer el servicio de transporte. “Esta medida excluye en la práctica a los chóferes Uber que conducen sus vehículos personales”, subraya Mac Utara.

Tras la adopción de esta nueva reglamentación, Uber anunció la supresión de sus servicios en Dinamarca. Por su parte, Bulgaria también aprobó una ley especial en octubre de 2015, cuya consecuencia fue la salida de Uber del país. Según el texto de ley, solamente pueden trabajar en el país las empresas registradas que cumplan con las reglamentaciones correspondientes a los taxis.

En Alemania, un grupo de empresas de taxis interpuso una demanda contra Uber desde que se implantó en el país, en 2014. Fueron necesarios dos años para que, en junio de 2016, la justicia alemana prohibiera, en segunda instancia, el uso de la aplicación por los particulares. Desde entonces, solo los verdaderos taxis, pueden utilizar Uberpop para ponerse en contacto con sus clientes.

“Además de estos procedimientos legales, las ciudades alemanas han decidido a su vez prohibir Uber, ya que sus servicios no respetan las normas que se imponen a las empresas de transporte. Uber no se opuso a estas prohibiciones”, señala Mira Ball, responsable de la sección de transporte de la federación sindical alemana de servicios Verdi (Vereinte Dienstleistungsgewerkschaft).

“Sin embargo, hay que distinguir entre Uberpop y los demás servicios de Uber”, explica Herwig Kollar, el abogado que defiende a los taxis alemanes en esta batalla legal. “Los servicios UberBlack y UberX siguen existiendo en Alemania, tanto en Berlín como en Munich”.

UberBlack es un servicio de alquiler de coches de lujo con chófer, UberX es un servicio de chóferes. “Y el conflicto legal con Uber sigue todavía su curso. La empresa impugnó el fallo que dictó la prohibición en segunda instancia. Por lo tanto, el procedimiento será enviado al tribunal federal de Alemania. Este, sin embargo, espera una decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea para pronunciarse al respecto”.

Efectivamente, una asociación de taxis españoles ha solicitado a la máxima autoridad judicial europea que se pronuncie sobre la cuestión de saber si la actividad de Uber debe clasificarse como un servicio de transporte o como una simple plataforma de comercio en línea, según la formulación de la empresa californiana.

El 11 de mayo, el abogado general del Tribunal publicó sus recomendaciones sobre el asunto, las cuales son claras: Uber debe ser considerado como un servicio de transporte. Y como tal, la empresa puede verse obligada a respetar las obligaciones en materia de licencias y autorizaciones que se imponen a las empresas de transporte en diferentes países europeos.

“En el 80% de los asuntos, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sigue las recomendaciones del abogado general”, comenta satisfecho Mac Utara.

Los chóferes Uber se organizan

Además de las batallas legales libradas por taxistas y autoridades, los trabajadores del transporte han levantado un nuevo frente contra Uber: el de los propios chóferes Uber, que han empezado a organizarse para obtener mejores condiciones de trabajo y de remuneración.

“Desde que Uber disminuyó las tarifas del servicio, nos es imposible llegar a fin de mes, ni siquiera trabajando 12 o 14 horas diarias”, afirma Félix, chófer Uber en París desde hace dos años y miembro de la asociación francesa de chóferes de VTC (vehículos de transporte con chófer), Actif-VTC. “Después de la prohibición de Uberpop en Francia, Uber disminuyó sus tarifas argumentando que esa medida le había hecho perder clientes y que era preciso bajar los precios para atraerlos de nuevo. Otras plataformas de VTC han hecho lo mismo. Uber también ha aumentado sus comisiones. El trabajo ya era difícil hace dos años, ahora es una catástrofe”.

En enero, las distintas organizaciones que representan a los chóferes de Uber en Francia iniciaron, sin éxito, las negociaciones con la empresa. “Uber no ha cedido un ápice respecto a ninguna de las reivindicaciones de los conductores, ni sobre el aumento de tarifas, ni sobre dejar de captar nuevos socios conductores. Ya que, actualmente, Uber inscribe nuevos chóferes todos los días”, lamenta Félix.

“Uber nunca ha querido negociar. Cada vez que se lo hemos pedido dicen que no pueden modificar las tarifas porque de lo contrario no ganarían dinero. En resumidas cuentas, quieren decir que ellos tienen derecho a ganar dinero, pero nosotros no”.

“Desafortunadamente, hoy día la plataforma Uber considera las sesiones de negociación como meras consultas de fachada, mostrando su incapacidad (voluntaria o no) para aceptar un verdadero cambio sobre la cuestión prioritaria de las tarifas”, lamenta también la federación de transportes de la central sindical CFDT (Confédération française démocratique du travail), que ha participado en las discusiones. Ante este callejón sin salida, la intersindical de conductores Uber en Francia hizo un llamamiento a los clientes de la plataforma, pidiéndoles boicotearla hasta que la empresa acceda a negociar.

“La impotencia para plantar cara a Uber es general”, constata Félix. Sin embargo, su organización, que agrupa a cerca de 200 personas, se niega a renunciar. Los conductores están creando su propia aplicación y una cooperativa independiente para trabajar sin tener que pasar por Uber. “Ya no queremos depender de Uber”, concluye el chófer parisino.

This article has been translated from French.