Veladero: Una historia que se repite

Veladero: Una historia que se repite

Barrick Gold is the world’s biggest gold mine and the owner of Veladero. This open-cast mine (pictured, from the air) is located in a periglacial zone, and is dedicated principally to the extraction of gold and silver.

(Martin Katz/Greenpeace)

El domingo 13 de septiembre del 2015, los vecinos de Jáchal, un pueblo al norte de la provincia de San Juan, Argentina, recibieron un mensaje a través de la aplicación WhatsApp alertando sobre un accidente. El mensaje provenía de uno de los operarios de la mina Veladero, ubicada 230 kilómetros río arriba, y en él advertía a sus familiares sobre un derrame en la mina.

“Se armó un revuelo en el pueblo porque la única información que teníamos era ese mensaje, había una desesperación por no tener información certera”, recuerda Virginia Carpo, residente de Jáchal y parte de la organización de vecinos Jáchal No Se Toca. “Fue particularmente grave para las madres, que no sabían si le podían dar agua a sus niños o bañarlos. Todo era incertidumbre”.

Una semana luego del incidente, Barrick Gold, la minera de oro más grande del mundo y dueña de Veladero, informó que el total de la solución de cianuro derramada ascendía a 1 millón de litros —el mayor accidente minero en la historia de Argentina—.

Una historia que se repite

Este derrame fue uno de los cuatro que han ocurrido desde 2015 en Veladero, una mina a cielo abierto que se encuentra en zona periglaciar y se dedica principalmente a la extracción de oro y plata. La frecuencia y dimensión de los derrames en Veladero ha alertado a comunidades locales y agrupaciones ambientales, quienes han reclamado al Gobierno nacional que cierre la mina.

“Veladero tiene un tremendo impacto sobre el terreno, desaparecen montañas enteras por la práctica de minería a cielo abierto. Todas las rocas se trituran, generando un polvo que se asienta sobre glaciares y otros ecosistemas, y para desprender el oro de la piedra se utilizan grandes cantidades de químicos como el cianuro”, explica Gonzalo Strano, coordinador de la campaña de glaciares de Greenpeace.

Según un informe del Centro de Derechos Humanos y Ambiente, el envenenamiento por cianuro puede causar paro respiratorio y afectar órganos como el corazón. Un estudio de la Policía Federal Argentina conducido luego del derrame de septiembre de 2015 reveló que el cianuro llegó a contaminar 5 ríos, dejando una “excesiva concentración” de sales y cobalto en el agua de red domiciliaria.

“La mina está contaminando la zona glaciar donde nacen los ríos, que son nuestros tanques de agua”, dice Carpo. “Esta fue siempre una zona agrícola y ganadera. Imagínate cómo nos afecta esto. Ya no se pueden vender nuestros productos por la contaminación”.

A pesar de la constante presión de parte de los vecinos de Jáchal y de organizaciones ambientales como Greenpeace, los Gobiernos provinciales y nacionales han hecho poco para dar respuesta al llamado al cierre de la mina. Según aquellos involucrados en la causa, esto se debe a intereses políticos y económicos.

“El Gobierno de Cristina Kirchner tenía un funcionario que tenía su propia explotación, y otro que compartía la misma dirección que Barrick Gold”, dice Mariano Aguilar, presidente de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas de la Patagonia. “Por eso hicimos una denuncia respecto a la responsabilidad de los funcionarios nacionales y de San Juan, porque no tomaron las debidas medidas de control que debieron haber tomado en su momento para que las situaciones de crisis y derrame no ocurrieran”.

En 2010, el Congreso Nacional sancionó la “Ley de presupuestos mínimos para la protección de los glaciares y del ambiente periglacial”. Entre otras regulaciones, la ley establecía una prohibición de la exploración y explotación minera en áreas protegidas, la cual inhabilitaba la operación de Veladero. Tras la presentación de varias asociaciones mineras, el juez federal de San Juan, Miguel Ángel Gálvez, suspendió la aplicación de la norma en todo el territorio de la provincia.

A pesar de que la Corte Suprema luego haya dictaminado que el Gobierno de San Juan debe cumplir con la ley, otras demoras en su implementación han permitido la continua operación de Veladero.

“Todos los gobiernos le han dado la derecha a las mineras y nunca han escuchado los reclamos de las organizaciones ambientales. El gobierno anterior se juntó 4 veces con el CEO de Barrick y nunca recibió a un asambleísta”, dice Strano. “Claramente hay intereses económicos muy importantes en juego que hacen que, pese a todas las alertas, las actividades se sigan dando, hasta en zonas prohibidas por la ley”.

Una tendencia internacional

El caso de Veladero no es único en el mundo. Barrick Gold también cuenta con proyectos mineros en Chile, Perú, República Dominicana, Papúa Nueva Guinea, Canadá, Estados Unidos, Zambia y Arabia Saudita. Muchas de estas minas cuentan con historias similares a las de Veladero.

Una investigación conducida por Human Rights Watch reveló casos de violencia, abuso sexual, y hasta asesinatos dentro de la mina de Barrick Gold en Papúa Nueva Guinea. Asimismo, la investigación calculó que la mina derrama un promedio de 16.000 toneladas de desperdicio líquido por día en el cercano río Porgera, en violación de estándares internacionales.

En Tanzania, la compañía fue acusada de pagar coimas (sobornos) en efectivo a autoridades locales, y en la República Dominicana de causar pérdidas millonarias a productores locales por la contaminación del agua. Mientras tanto, en Chile, el Gobierno decidió frenar el proyecto Pascua-Lama, una mina de Barrick ubicada en territorio chileno y argentino, por preocupaciones ambientales.

“Cuando evaluamos las operaciones de Barrick en 10 países distintos, fue fácil descartar la teoría de las manzanas podridas. Uno puede ver los problemas sistémicos de la industria”, dice Sakura Saunders, editora de Protest Barrick, un sitio que investiga temas de minería alrededor del mundo.

“Estas compañías mienten regularmente y no hay leyes internacionales para hacerlas responsables de sus violaciones. Alrededor del mundo, vemos a Barrick cubriendo desastres y llevando a cabo minería irresponsable”.

Según Saunders, una de las razones por las cuales Barrick Gold ha podido continuar operando en estos países es su estrategia de comunicación.

“Barrick pone mucho dinero en su estrategia de encanto, convenciendo a la gente de que son una compañía responsable. Invierten mucho en su imagen, y gran parte de sus encubrimientos han sido exitosos”, dice Saunders.

En Argentina, la lucha contra Barrick Gold continúa. Luego del último derrame de Veladero en marzo de este año, el gobierno argentino ordenó suspender las actividades en la mina hasta que ésta tomara las medidas de seguridad apropiadas. Dos meses después, el Gobierno de San Juan aprobó el plan de mejoras de la mina, de modo que ésta podría restablecer sus operaciones completas a principios de junio.

“Es una vergüenza que se le sigan dando oportunidades a una empresa que ya demostró en reiteradas ocasiones que no cumple con las leyes y que no respeta el ambiente”, dice Aguilar.

Por su parte, los vecinos de Jáchal están determinados a continuar luchando hasta que las puertas de Veladero se cierren permanentemente.

“Ellos obviamente van a seguir peleando para que la actividad siga, pero la población dice que ‘no’. No podemos estar siempre con el corazón en la boca por si viene otro derrame o no”, dice Carpo. “Nosotros seguimos y vamos a seguir luchando hasta que esto tenga un fin”.

This article has been translated from Spanish.