¿Cómo solucionar los desajustes del mercado laboral finlandés?

¿Cómo solucionar los desajustes del mercado laboral finlandés?

Jobs in more traditional sectors such as logistics and transport have been declining in Finland, however, more than 40,000 jobs in the service sector have been created in recent years.

(OECD/ITF/Marco Urban, Marc-Steffen Unger, Simone Neumann)
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Aunque a Finlandia le haya costado superar su recesión poscrisis, el año pasado su PIB creció un 1,6% y está previsto que la tendencia continúe este año. Con estos datos, sería lógico interpretar que la escasez de mano de obra que hay en Finlandia es señal de una saludable economía en crecimiento.

Según el Ministerio de Empleo y Asuntos Económicos, falta personal cualificado para trabajar en 24 profesiones —desde audiólogos y logopedas a dentistas, ingenieros civiles o personal de ventas—. El año pasado sólo 12 profesiones tenían este problema.

En abril, en el Ministerio tenía registradas 102.300 vacantes pero, paralelamente, más de 300.000 personas estaban buscando trabajo —aproximadamente un 11,6% de la población activa—.

Este desajuste en el mercado laboral finlandés no es nuevo. Finlandia sufrió una profunda crisis a principios de los noventa, luego del colapso de la vecina Unión Soviética y la liberalización de una economía posbélica relativamente proteccionista.

Cuando, por fin, el crecimiento y el empleo se recuperaron —hacia la última mitad de la década—, las cada vez más numerosas vacantes permanecieron sin cubrirse. Esta tendencia se agudizó tras la crisis financiera de 2008: durante la última recesión desaparecieron unos 60.000 empleos en el sector industrial, al tiempo que se crearon unos 40.000 empleos en el sector servicios.

Arja Haapakorpi, profesora adjunta en la Universidad de Helsinki, ofrece varias razones para explicar este problema. En primer lugar, un cambio en la naturaleza del trabajo: “El mercado de trabajo universal ha desaparecido. En los ochenta aún quedaban empleos que sólo requerían un nivel mínimo de formación, como la limpieza o los empleos en logística y en los muelles”. Hoy, ese tipo de trabajo suele ser a tiempo parcial y cada vez más precario.

Finlandia arrastra, también, el legado del desempleo de larga duración que colea desde la crisis de los noventa. Quienes siguen sin trabajar desde hace tanto tiempo suelen tener competencias que el mercado laboral actual no demanda, explica Haapakorpi.

Además, menciona la geografía como un elemento que contribuye a este desajuste. En Finlandia viven algo más de cinco millones de personas en un área casi del mismo tamaño que Alemania. Esto hace que las ofertas de empleo suelan estar alejadas de la demanda. “En parte se trata de un problema de escasez de población. Pero quienes buscan trabajo están dispuestos a trasladarse si se lo permiten sus circunstancias vitales. Más de 4.000 personas solicitaron un empleo en la industria del automóvil al suroeste de Finlandia, muchas de ellas procedentes de zonas alejadas del área inmediata”, explica refiriéndose a la fábrica de Valmet Automotive, en Uusikaupunki, que el pasado mes de marzo y abril contrató a 1.060 nuevos empleados.

La necesidad de soluciones políticas

En su revisión política de mitad de mandato, el Gobierno finlandés prometió aumentar los incentivos para la gente que trabaje lejos de su zona de residencia. Acaba de introducir un plan de subvenciones para las personas que dedican tres horas al día en llegar a su trabajo —o dos horas si su empleo es a tiempo parcial—. El Gobierno prevé ampliar este plan y cubrir también la contratación y la capacitación, y podría reducir el número mínimo de horas semanales que debe trabajar un empleado para acceder a dicha ayuda. Además, se difundirá mejor el plan entre los buscadores de empleo a quienes pueda beneficiar. El Gobierno está estudiando un plan de incentivos fiscales para el alquiler de apartamentos en el lugar donde trabaje el empleado.

Pero la Central de Organizaciones Sindicales (SAK) considera que el Gobierno no está haciendo lo suficiente. Pirjo Väänänen, responsable de Empleo de SAK, explica a Equal Times que: “los trabajadores en paro necesitan apoyo individual y servicios que les ayuden a encontrar trabajo. El Gobierno está haciendo más entrevistas y planificación personal para ayudar a los desempleados a encontrar vías de empleo posibles. Apoyamos esta medida porque los niveles de personal en los centros de trabajo se han reducido en los últimos años y los desempleados se han quedado sin apoyo con demasiada frecuencia”.

A Väänänen le preocupa la batería de medidas nuevas que, en su opinión, perjudicarán a los desempleados. “El Gobierno ha reducido la prestación por desempleo y aumentado las condiciones para acceder a ella; y tiene previsto avanzar en esta línea, por ejemplo, a través de un modelo que obliga al desempleado a demostrar que está activo, si quiere mantener todas sus prestaciones.

“Estamos convencidos de que esto no crea empleo sino que empeora la subsistencia de la población y aumenta el riesgo de marginalización”. SAK reclama al Gobierno, además, que flexibilice el permiso parental, para ayudar sobre todo a las mujeres jóvenes a encontrar trabajo.

El nivel de desocupación entre los inmigrantes de Finlandia supera entre dos y cinco veces la media nacional. El Ministerio de Economía está emparejando a los inmigrantes desempleados con empresas que necesitan mano de obra especializada, a través de un experimento que utiliza la inversión privada en forma de Bonos de Impacto Social. El proyecto pretende ofrecer servicios de educación, capacitación, aprendizaje profesional y oportunidades de empleo a 2.500 inmigrantes en los próximos tres años y recibirá diez millones de euros del Fondo Europeo de Inversiones.

Väänänen considera que se podría ayudar a más inmigrantes a entrar en el mercado laboral finlandés enseñándoles el idioma y que se debería dotar de más recursos al proceso de reconocimiento de las competencias y cualificaciones que ya poseen los inmigrantes. Su falta de redes de contacto puede dificultarles encontrar trabajo, por eso los centros de colocación deberían ofrecer más servicios individuales.

“No se debería considerar a los inmigrantes como un grupo separado al que puede contratarse en peores condiciones para remediar la falta de mano de obra”, advierte.

Otra posible solución para ayudar a cerrar la brecha laboral de Finlandia es que haya viviendas asequibles en las zonas donde están los empleos vacantes, sugieren Väänänen y Haapakorpi. Además, Haapakorpi destaca el papel de la formación y del reciclaje profesional. “Deberían destinarse más recursos a la formación profesional, de modo que no haya nadie formándose en un empleo sin futuro”.

Por otro lado, reclama una mejora de la formación ocupacional: “Me preocupa que se dependa tanto de la capacitación que ofrecen los empleadores. Según la ideología escandinava, la formación ocupacional debería también dotar a las personas de una educación superior, así que el sector público debería garantizar el derecho de todos a una buena educación. Eso redunda en interés de la sociedad”, afirma.

Soluciones locales a un problema europeo

Varias soluciones locales permitirían abordar la paradoja finlandesa de la falta de mano de obra y su nivel de desempleo, que supera la media actual de la eurozona del 9,5%. Una de ellas es el proyecto llamado YTYÄ! Ylä-Savossa on työtä, que a grosso modo significa “¡En marcha! Hay trabajo en Sajonia del Norte”. Este proyecto pretende emparejar a los trabajadores desempleados con los puestos vacantes en la mencionada subregión oriental.

El nivel de desempleo de Sajonia del Norte, un 12,4%, supera ligeramente la media nacional, pero la cifra denota un país dividido. Todas las regiones con niveles de desempleo por debajo de la media están en el sur y en el oeste del país, donde también se encuentran las mayores ciudades como Espoo, Turku, Tampere y la capital, Helsinki.

Tiina Juutinen, que encabeza el proyecto, explica: “Empleadores y emprendedores de distintos sectores llevaban tiempo expresando preocupación por la oferta de mano de obra, al igual que las autoridades públicas. El ayuntamiento de Iisalmi entabló conversaciones con ellos y constató la necesidad de un proyecto de mejora del empleo. El Instituto de Formación Profesional Sajonia del Norte también forma parte del proyecto”.

El proyecto identificará a cien personas en paro que recibirán capacitación y asesoramiento para actualizar sus competencias en función de las necesidades de las vacantes. Pero también pretende crear una imagen positiva del mercado laboral de Sajonia del Norte.

Juutinen explica que los habitantes están despoblando la región y marchándose a las grandes ciudades, un proceso exacerbado por las reformas que centralizan los servicios públicos. También está el problema de las largas distancias para trasladarse al trabajo, ya que en Sajonia del Norte apenas hay transporte público y no todo el mundo tiene automóvil.

Pero el desajuste entre la oferta y la demanda de mano de obra no se limita a Finlandia. España e Italia, por ejemplo, presentan profundos desequilibrios en el mercado laboral entre sus distintas regiones: en la región de Calabria, al sur de Italia, sólo hay un 39% de empleo, mientras que en Bolzano, cerca de la frontera suiza, alcanza el 71,5%. Durante la crisis económica, países de Europa central y oriental, como Polonia y Hungría, sufrieron un elevado nivel de emigración, sobre todo de mano de obra cualificada. A pesar de que ambas economías están recuperándose, sigue faltando mano de obra especializada.

En cambio, Alemania está remediando su escasez de mano de obra en el sector de la industria y los servicios contratando a trabajadores del extranjero. Alemania recibe unos 300.000 trabajadores estacionales al año, fundamentalmente para trabajar en el sector de la restauración y la agricultura. Pero también atrae a jóvenes de otros países de la Unión Europea para asistir a escuelas de formación ocupacional, que asegura a las empresas alemanas mano de obra capacitada.

El Gobierno alemán está, además, adoptando medidas para facilitar la entrada de inmigrantes al mercado laboral, como facilitar el reconocimiento de las titulaciones extranjeras y la normativa que permite obtener la residencia y el permiso de trabajo a los trabajadores especializados de países fuera de la UE. Esto es algo que el Gobierno finlandés estudiará detenidamente, ya que tiene previsto reformar las leyes de inmigración para atraer mano de obra de fuera de la UE.