¿Puede el nuevo portal web nórdico proteger a los trabajadores de la economía digital?

¿Puede el nuevo portal web nórdico proteger a los trabajadores de la economía digital?

Economist Fredrik Söderqvist at the Swedish union Unionen.

(Edwin Van Der Graaf)
Q&A

Pueden llamarla “economía colaborativa”, “economía de plataformas” “capitalismo colectivo” o como quieran, pero hay un número creciente de trabajadores autónomos que, para evitar su explotación, necesitan representación y un sistema normativo más ordenado a través de una web.

El sindicato sueco Unionen está adaptándose a los cambios del mercado laboral mediante un portal web que podría servir como modelo para otros.

El economista Fredrik Söderqvist, de Unionen, después de advertir sobre las crecientes desigualdades que padece la mano de obra que trabaja para las plataformas digitales, ha elaborado un estudio, de próxima publicación en la revista europea Transfer: European Review of Labour and Research, desde el que insta a los sindicatos a adaptarse e incorporar a estos trabajadores, si no quieren perder la oportunidad de tener un papel protagonista en la revolución digital.

“Proponemos crear una plataforma encargada de establecer una normativa y unas directrices digitales, dirigidas a las empresas que deseen acatar las normas establecidas por la sociedad”, afirma el estudio.

Trabajadores y empleadores pueden beneficiarse de la negociación colectiva y de la reglamentación en la medida en que lo necesiten, dice el estudio. Dicha plataforma no debería otorgar una ventaja competitiva a las compañías “analógicas” a través del dumping social y “descargando los riesgos” sobre las espaldas de los autónomos. Esto justificaría una intervención normativa, explica el estudio.

A continuación les ofrecemos la entrevista concedida por Söderqvist a Equal Times acerca del Modelo Nórdico y su aplicación en otros ámbitos.

Su estudio afirma que “dado que las plataformas permiten a las empresas gestionar una mano de obra descentralizada en un entorno digital, las tácticas de los sindicatos deben evolucionar”. ¿Cómo puede un portal web contribuir a ello?

Nosotros partimos de la premisa de que la plataforma es el futuro ¿Cómo podemos hacerla funcionar en el contexto nórdico? Necesitamos adaptar las normas. El gobierno [sueco] cuenta con una nueva estrategia de digitalización que vagamente afirma que las organizaciones sociales tienen una responsabilidad en el desarrollo de la economía de plataformas. Queremos alejarnos de la economía “colaborativa”.

¿Y cómo evoluciona?

Avanza a buen ritmo. Aún se está diseñando el concepto de institución autoregulada. La normativa no es muy digital aún. Nosotros creemos que si una empresa se inscribe en esta plataforma, le resultará más fácil adaptar las normas a su software y algoritmos. Los órganos normativos deberían desarrollar estas normas de reglamentación con las entidades participantes. Es algo tripartito [entre el Estado, los empleadores y los trabajadores]. No nos parece un obstáculo insalvable. Tengo la impresión de que la gente, tanto de izquierda como de derechas, es receptiva.

Usted dice en su estudio que si los sindicatos no adoptan plataformas laborales online, los trabajadores precarios crearán sus propias organizaciones. ¿Puede explicarnos esto con más detalle?

Ya lo han hecho. El verano pasado sucedió en Deliveroo [el servicio online de entregas a domicilio], que cambió las condiciones en el Reino Unido de la noche a la mañana, reduciendo los salarios, lo cual condujo a una huelga espontánea. Sus empleados organizaron un cierto tipo de sindicato y establecieron un fondo para la huelga a través de un crowdfunding, aumentando el resentimiento contra la plataforma Deliveroo.

En Suecia, los sindicatos de transporte están trabajando en ello. Los consumidores han reaccionado en contra y los restaurantes que utilizan Deliveroo están diciendo que no quieren utilizar servicios que pagan 39 coronas la hora (4,45USD). Es una ocasión estupenda para que los sindicatos organicen a trabajadores atípicos. Nuestras organizaciones están creadas para funcionar en un centro de trabajo y la plataforma web nos permite organizar a una mano de obra más fragmentada.

¿Qué sectores tienen más probabilidad de trabajar a través del portal conjunto?

Conozco a un puñado de compañías, de cuello azul y de cuello blanco. Cada vez más plataformas están firmando convenios colectivos en los sectores del transporte y la distribución. Bzzt es un servicio de taxis de Estocolmo con pequeños tuktuks motorizados. Sus conductores cuentan con convenios colectivos. En el sector del cuello blanco encontramos medios de comunicación independientes, redactores y traductores. A largo plazo, esta herramienta será cada vez más útil para los empleadores.

Todo el mundo se ha quedado obnubilado con Uber, pero no es sostenible. La esperanza de incluir automóviles sin conductor se está desmoronando y los costes de su elevada rotación de conductores son enormes, lo cual requiere más capacitación.

¿Cómo evitaría este sistema la explotación y los abusos?

Hemos recibido algunas consultas de gobiernos. Han tardado un año y medio en percatarse del fenómeno de las plataformas y ahora está evolucionando con mucha rapidez. En Foodora [otro servicio de distribución de comida a domicilio], hay una atmósfera hostil hacia los sindicatos y la Autoridad de Salud y Seguridad en el Trabajo ha iniciado una gran investigación a raíz de una lesión de la que no se dio parte hasta un año más tarde, algo totalmente ilegal. En la parte sindical, el nivel de crecimiento económico de Suecia es elevado y el empleo ronda el 89%. Hay numerosas oportunidades de encontrar empleos mejores, pero hay también muchos antiguos refugiados. ¿Cómo logramos que entren en un mercado laboral que exige gran capacitación? Tal vez una plataforma laboral online es un primer paso adecuado para quienes reciben salarios deficientes y están muy expuestos.

¿Cuáles son los obstáculos? Usted dice que el 90% de la mano de obra sueca está cubierta por convenios colectivos y por acuerdos que regulan sus prestaciones, un índice muy superior al de otros países. ¿En qué medida podría ello impedir que el modelo se exporte a otros países?

Depende. Los sindicatos tienen que mirarse críticamente a sí mismos. ¿Están utilizando hoy tácticas de finales del siglo XX? En los Estados Unidos existe una legislación sobre el “derecho a trabajar” y los sindicatos, sobre todo en ese país, necesitan pensar cómo pueden representar a sus miembros y a otros miembros que trabajan en el nuevo modelo de empleo. También los legisladores tienen un papel que desempeñar aquí.

¿No es demasiado optimista pensar que los Uber del mundo querrán colaborar con los sindicatos para crear una plataforma laboral?

Un negocio floreciente implica una creciente porción del pastel. Lo veo como un pretexto para la renovación sindical. Se trata de una autorregulación legítima, con una negociación equitativa.