¿Por qué hay tan pocos monumentos públicos de mujeres en el Reino Unido?

¿Por qué hay tan pocos monumentos públicos de mujeres en el Reino Unido?

A statue of the World War Two special operations heroine Noor Inayat Khan in Gordon Square, London. Khan is the only Muslim woman to be honoured with a public statue in the UK.

(Alamy/Jeffrey Blackler)

Este verano, una de las escenas más sorprendentes capturaba a manifestantes en contra del racismo derribando una estatua de hace un siglo de un soldado confederado. Todo ello en respuesta a una marcha de supremacistas blancos en Estados Unidos.

Sin embargo, derribar, desfigurar o destrozar monumentos y estatuas públicos no es una nueva manera de cuestionar a qué personas y eventos la sociedad decide venerar y por qué.

En 2015, los estudiantes de Sudáfrica restregaron excrementos en una estatua del imperialista británico Cecil Rhodes antes de que la estatua fuera por fin retirada. Este incidente animó a los estudiantes de la Universidad de Oxford en el Reino Unido a protestar para que se retirase la estatua de Rhodes en una de sus facultades ese mismo año.

A principios de año en Bristol (Gran Bretaña), la cara de una estatua en bronce de Edward Colston –un comerciante de esclavos, diputado al Parlamento y mercader inglés– fue pintada de blanco por vándalos.

Los monumentos tienen el poder de representar la historia pública. Y mientras algunos cuestionan ideas aceptadas y plantean si se deberían derribar las estatuas que conmemoran valores obsoletos y ofensivos, otros preguntan: ¿a quién más se debería recordar?

Bee Rowlatt, escritora y presidenta de una campaña para rendir homenaje a la feminista Mary Wollstonecraft, dice que constatación del pequeño número de estatuas de mujeres es el primer paso para empezar a abordar esta cuestión.

“Seamos francos, la historia está escrita por hombres", dijo Rowlatt a Equal Times. "No es que las mujeres no hayan hecho nada, se trata de quién lo escribió, quién decidió lo que se conmemoraba y lo que no. Los logros de las mujeres se han vuelto invisibles aunque hayan hecho cosas increíbles, pero la mayoría de la gente no lo sabe”.

Terri Bell-Halliwell, fundadora de inVISIBLEwomen, un proyecto que hace campaña a favor de la igualdad de género en las estatuas públicas en el Reino Unido, va más allá y dice que "se trata de la campaña publicitaria más antigua del Reino Unido a favor del patriarcado que trata de convencernos a todos de que los hombres son los únicos que merecen ser admirados". Añade que la falta de representación de modelos femeninos encomiables deja a las mujeres y las niñas “sintiéndose marginadas y poco reconocidas".

Según datos de la activista defensora de los derechos de la mujer y periodista Caroline Criado-Perez, extraídos de la base de datos de la Asociación de Monumentos y Esculturas Públicos (PMSA, por sus siglas en inglés), en el Reino Unido se erigen 925 estatuas, de las cuales, únicamente 158 son estatuas de mujeres, lo que supone un 15% del total nacional.

La investigación de Criado-Perez revela que la mayoría de estas 158 estatuas que existen son miembros de la familia real (contó 19 estatuas de la reina Victoria), personajes míticos o alegóricos, la virgen María (que tiene 14) o desnudos genéricos. Solo encontró 25 estatuas de mujeres específicas no pertenecientes a la realeza. En febrero, Lord Finkelstein, periodista de Times y miembro conservador de la Cámara de los Lores, describió estas cifras como "una vergüenza nacional".

Hacer frente a la disparidad con apoyo público

Algunas de las mujeres más conocidas que tienen estatuas en el Reino Unido incluyen a la enfermera de la guerra de Crimea Florence Nightingale, las sufragistas Emmeline y Christabel Pankhurst, y la antigua primera ministra británica Margaret Thatcher.

Sin embargo, la base de datos de la PMSA no es exhaustiva (algunas de las estatuas erigidas durante los últimos años ni siquiera están incluidas) y todavía no es posible realizar una búsqueda por género del artista o tema (de ahí que Criado-Perez repasara los registros manualmente). Además, no hay un desglose de las estatuas de mujeres de color o de mujeres con discapacidades.

Anecdóticamente, solo existen unas cuantas estatuas de mujeres de color, como Mary Seacole, otra enfermera de la guerra de Crimea, la princesa indígena americana Pocahontas y la presentadora pionera de programas infantiles de televisión Floella Benjamin. Una de las pocas estatuas de una mujer discapacitada en el Reino Unido es la de la artista Alison Lapper, situada en el cuarto pedestal de Trafalgar Square hasta que fue retirada en 2007. La estatua es propiedad de la artista y actualmente necesita un hogar permanente.

La asociación benéfica Art UK ha puesto en marcha recientemente un proyecto para catalogar más de 170.000 esculturas, incluidas las aproximadamente 16.000 obras que ocupan espacios públicos al aire libre. Se supone que la base de datos, que se completará en cuatro años, es la primera del mundo y cuenta con la financiación de 2,8 millones de libras esterlinas (unos 3,2 millones de euros o 3,8 millones de dólares USD) procedentes de la Lotería. Podría contribuir a elaborar una lista más completa de estatuas de mujeres.

Bell-Halliwell dice que la disparidad general también se podría abordar a través de apoyo público. “La opinión pública es bastante poderosa en este sentido”, dice. “Los votos públicos a favor de las mujeres que se ha propuesto conmemorar generan una mayor atención y ayudan a obtener respaldo político y financiación”.

Este fue el caso de la petición en línea de Criado-Perez a favor de una estatua de la defensora del sufragio femenino, Millicent Fawcett, la cual consiguió más de 85.000 firmas.

Justo esta semana, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, confirmó que la estatua de Fawcett se erigiría en Parliament Square en 2018 y que se pagará con dinero de un fondo de 5 millones de libras asignado en el presupuesto a conmemorar el centenario de la Ley de representación del pueblo de 1918, la cual dio a algunas mujeres el derecho a voto.

Es la primera estatua de una mujer esculpida por una mujer que se pondrá en Parliament Square, un lugar ocupado por 11 hombres.

El apoyo público también ayudó a la campaña de la escritora Shrabani Basu a favor de un busto de la espía británica de la II Guerra Mundial Noor Inayat Khan, situado en Gordon Square en Londres. El camino hasta erigir la única estatua de una mujer musulmana en el Reino Unido no fue fácil.

Basu, que escribió la biografía de la vida de Khan, dice que le llevó dos años obtener financiación, y escribir cartas “hasta dejar de sentir los dedos”.

Según Basu, uno de los obstáculos que nunca se articuló abiertamente fue “la sensación de que hay demasiadas estatuas de personas asiáticas”, haciendo referencia a la estatua de Rabindranath Tagore, ganador de un premio Nobel, también situada en Gordon Square y la estatua de Mahatma Gandhi, líder indio defensor de los derechos civiles, en Tavistock Square, ambas en el centro de Londres.

“La sensación era que había demasiados asiáticos haciendo solicitudes. Ese fue sin duda mi sentimiento”, dice Basu. “Fue duro porque además de ser india, Noor era una mujer y relativamente desconocida. Tuvimos que luchar mucho para conseguirlo”.

Legados ignorados

Otras campañas siguen teniendo dificultades. Rowlatt lleva luchando más de cinco años para que se erija una estatua de Mary Wollstonecraft. “Es una verdadera injusticia que su legado haya sido ignorado porque fue una pensadora ilustrada muy importante, una pionera en el campo de la educación y la antecesora del feminismo y pidió la representación política de las mujeres 100 años antes de que se concediera”, dice.

“Wollstonecraft provenía de un entorno verdaderamente de exclusión. Era madre soltera, autodidacta y se había hecho a sí misma. No era de familia acomodada y su legado consistía en la oposición al sistema, por lo que es mucho más difícil que se reconozca la labor de alguien así”.

La campaña a favor de una estatua de bronce de Sylvia Pankhurst empezó hace 18 años. Actualmente, una obra bidimensional de acero en un parque del este de Londres es el único monumento público de ella que se sepa que existe. Pankhurst era conocida por sus opiniones radicales de izquierdas, a diferencia de su madre y hermana, que eran más conservadoras y tienen estatuas en Westminster. No se le concedió una estatua cerca de la Cámara de los Lores, pero podría tener su propio monumento en Clerkenwell, Londres en 2018. Será financiado parcialmente por los ayuntamientos de la ciudad de Londres y de Islington, aunque todavía se necesitan donaciones para la campaña.

¿Y qué apoyo ofrece el Gobierno del Reino Unido? Aunque no es responsable de la creación de nuevas estatuas, el Gobierno ofrece el Plan de subvenciones para monumentos del Reino Unido, el cual permite a las organizaciones benéficas y los grupos religiosos solicitar una subvención que equivale al IVA pagado sobre los costes admisibles de erigir, mantener o reparar monumentos públicos.

Otros organismos públicos también están actuando. Historic England, que se ocupa del entorno construido histórico de Inglaterra, planea una campaña nacional sobre a quién se recuerda en monumentos y por qué en 2018, incluida una gran exposición titulada Immortalised (Inmortalizados).

Celia Richardson, directora de comunicaciones de Historic England, señaló a este medio que "la inmensa mayoría de las personas homenajeadas son blancas y hombres, y algunas de ellas tienen vínculos incómodos con el colonialismo y la esclavitud. Al mismo tiempo, las historias de muchas personas, como las mujeres y personas de distintos orígenes, siguen sin contarse ni conmemorarse”.

Dice que el objetivo de la campaña es iniciar “una conversación sobre la conmemoración pública en monumentos y hacer que la población piense sobre el tipo de historias y personas que considera que deberían estar representadas en nuestras calles”. La campaña incluirá poner de relieve y conmemorar lugares de patrimonio de la comunidad lesbiana, gay, bisexual, transgénero, queer e intersex en toda Inglaterra.

Una estatua de la escritora Jane Austen se inauguró en julio en la ciudad de Basingstoke en el sur de Inglaterra. Se están creando otras estatuas de mujeres, por ejemplo, la de Emmeline Pankhurst en Manchester, la de la difunta cómica Victoria Wood en Bury en Greater Manchester y la de la política en tiempos de guerra Ellen Wilkinson en Middlesbrough, North Yorkshire.

Hay un avance, aunque lento.