Éxodo de médicos en los Balcanes

Nikica Martić y su familia están deseosos de iniciar su nueva vida en Alemania. Este médico de 33 años lleva tiempo esperando el “momento adecuado” para abandonar Croacia e intentar mejorar su salario y condiciones laborales: hay muchos como él.

Desde que Croacia se unió a la Unión Europea en 2013, el Consejo Nacional de Medicina ha recibido más de 1300 solicitudes de certificados para poder trabajar en el extranjero. Al menos 550 médicos se expatriaron en ese mismo periodo, muchos hastiados de un empleo sin proyección profesional, de las horas extra obligatorias y de pacientes agresivos.

“Escuchas a la gente que trabaja en el extranjero contar que allí tienen mejores condiciones laborales, mejor educación, mejores salarios”, explica Martić, que trabajó durante seis años en el servicio de urgencias en Istria, después de graduarse de la Facultad de Medicina de Zagreb. Es el típico ejemplo de jóven médico que permanece años atascado en urgencias.

“Mi mujer es enfermera y hemos decidido marcharnos toda la familia. Elegimos Alemania porque allí hay una amplia comunidad croata y nuestros contactos nos dicen que no les resultó difícil encontrar trabajo”, explica Martić a Equal Times.

Aunque algunos decidieron probar suerte en los Estados Unidos o en países del Golfo, la mayoría de los médicos intenta volver a empezar en países de Europa occidental, como Alemania, Austria, el Reino Unido o Suecia.

Europa, terreno abonado para médicos “gratis”

El problema del éxodo del personal médico no se circunscribe a Croacia, afecta a toda la antigua Yugoslavia. Además, Polonia, Bulgaria, Rumanía y Grecia son algunos de los Estados miembros de la UE cuyos médicos están emigrando masivamente a occidente.

En la antigua Yugoslavia socialista el Estado financiaba toda la educación universitaria. Tras la división del país, la educación continuó siendo prácticamente gratuita o, en otras palabras, con este éxodo muchos Estados balcánicos están de hecho “subsidiando” los sistemas sanitarios de los países occidentales de la UE, afirma Harun Drljević, presidente del Consejo Nacional Médico de la Federación Bosnia.

“Los países de la UE están recibiendo médicos totalmente formados, sin invertir un solo euro en su educación y capacitación. Totalmente formados y gratuitamente: ¡Qué gran regalo para los sistemas sanitarios de los países de la UE!”, lamenta.

En Bosnia y Herzegovina se expatriaron unos 300 médicos sólo el año pasado. Las cifras no incluyen los médicos en periodo de formación, que suelen abandonar el país después de graduarse.

En Eslovenia, el Consejo Nacional Médico recibe hasta 300 solicitudes de certificados anuales: estiman que alrededor del 5% de quienes las solicitan acaban viviendo en el extranjero. El Consejo Nacional Médico de Serbia viene emitiendo más de 1000 certificados al año.

A pesar de que no hay cifras concretas para Kosovo, la Federación de Trabajadores de la Salud de Kosovo afirma que el país perdió 400 médicos sólo en 2013 y que la tendencia continúa creciendo desde entonces.

También se estima que unos 300 médicos han abandonado Macedonia en 2013 y 2014.

Alemania, uno de los destinos preferidos por los facultativos de los Balcanes, cuenta con varios programas y acuerdos que facilitan la migración del personal sanitario capacitado procedente de Bosnia y Kosovo.

Drljević destaca, además, que varias agencias de contratación extranjeras se dedican a otear médicos con talento en el país. Los medios de comunicación serbios se hicieron eco de la inauguración de una agencia de contratación alemana especializada en personal médico.

Un médico serbio que trabaja en una clínica alemana afirmó en el periódico serbio Blic, que reciben una bonificación de 2.000 euros (unos 2.300 dólares USD) por cada médico o enfermera que traigan desde Serbia.

En todos los países de la antigua Yugoslavia los médicos mencionan los mejores salarios y las mayores oportunidades de desarrollo profesional como las principales razones que les animan a marcharse a vivir al extranjero.

Harun Drljević puntualiza que los médicos de su país “suelen padecer unas condiciones laborales muy duras, que no llegan a los estándares profesionales básicos. Es frecuente que los pacientes se vuelvan físicamente agresivos hacia los facultativos”.

“Contratos de esclavos’’

La media de edad de los facultativos que abandonan Croacia ronda los 37 años. Muchos de los médicos en formación que deciden expatriarse, lo hacen antes de empezar a estudiar su especialidad.

Stella Miloš, graduada en la Facultad de Medicina de Zagreb, se enfada con sólo mencionar el sistema de formación de especialistas médicos de Croacia. “Nos están haciendo firmar “contratos de esclavos”, afirma.

Los médicos croatas recien graduados que completan con éxito los seis meses de prácticas obligatorias suelen solicitar una plaza para formarse como especialistas. Pero los puestos disponibles escasean y, con frecuencia, se atribuyen de forma poco transparente, así que los jóvenes médicos en formación suelen acabar trabajando durante años en el servicio de urgencias.

Una vez que logran entrar en un hospital, se les exige trabajar en la institución donde iniciaron su formación, so pena de que les sancionen con 30.000 euros (35.000 USD) al año por incumplimiento de contrato.

“Después de seis años de educación universitaria, uno duda de qué es lo que más le coviene. No quería que me obligaran a permanecer diez años en un lugar, haciendo algo que tal vez no me guste, ni desembolsar mucho dinero para poder marcharme”, explica Miloš.

Al final optó por marcharse a Austria, donde hace año y medio logró un contrato de formación para especializarse en urología.

Arreglar el sistema

La fuga a occidente de médicos recién graduados como Miloš y Martić está dejando en una situación muy complicada a un sector que envejece.

“Lo importante es resaltar que no se trata sólo de una lucha por retener a los médicos, sino por mantener el sistema de seguridad social de Croacia. La atención sanitaria acabará siendo menos accesible y de peor calidad”, explica Trpimir Goluža, presidente del Consejo Nacional Médico de Facultativos Croatas.

Los efectos del éxodo del personal médico ya se están sintiendo en las listas de espera para pruebas médicas, que no dejan de crecer, y los médicos trabajan horas extraordinarias que “ni siquiera son legales”, explica.

Además, es previsible que la población cada vez más envejecida, ejerza una presión incluso mayor sobre los servicios de atención sanitaria.

Para abordar el problema, Croacia ha aumentado el número de admisiones en la Universidad de Medicina y elevado la edad de jubilación voluntaria. El año pasado introdujo una reforma fiscal dirigida a los empleados altamente cualificados con ingresos superiores, incluidos los médicos.

“Insuficiente”, según Goluža. “Si los médicos continúan marchándose es porque algo no funciona en el sistema. Estas son solo “medidas cosméticas”, no se ha hecho lo necesario”, señala.

En su opinión, es preciso mejorar las oportunidades de promoción de los médicos y reformar el sistema de atribución de plazas para estudiar la especialidad a los médicos recién graduados, para hacerlo más transparente. Además de mejorar las condiciones de los préstamos bancarios, para que los médicos puedan comprarse una vivienda.

Las medidas adoptadas hasta ahora no han convencido a Stella Miloš para volver.

“No tengo pensado volver en un futuro próximo… Tal vez algún día, cuando me jubile”, afirma. “Es estupendo ir a Croacia de vacaciones, con la cartera llena de monedas extranjeras”.