“Muchas mujeres japonesas todavía tienen que elegir entre tener hijos o una carrera profesional”

“Muchas mujeres japonesas todavía tienen que elegir entre tener hijos o una carrera profesional”

Tomoko Yoshino (second from the right), vice-president of Japanese Trade Union Confederation (JTUC)-Rengo, says that Japanese women are fighting against gender discrimination on multiple fronts, from precarious work to sexual harassment.

(ITUC/Meylin Aguilera)

A pesar de ser una de las economías más avanzadas del mundo, las mujeres japonesas se enfrentan a múltiples obstáculos al intentar progresar en su carrera profesional. Según el Foro Económico Mundial, las desigualdades entre hombres y mujeres en Japón sitúan al país en el puesto 114 de 144, en comparación con el puesto 111 que ocupaba el año anterior. El problema del ‘acoso maternal’ es uno de los problemas principales, junto con las largas jornadas laborales, el acceso deficiente a servicios de cuidado infantil, la carga desigual de las labores de cuidado, la falta de oportunidades profesionales y el sexismo. Como consecuencia, casi la mitad de las mujeres japonesas deja de trabajar después de tener hijos.

Una vez que sus hijos empiezan el colegio, muchas mujeres que intentan volver al mercado de trabajo se encuentran con empleos inseguros, mal remunerados y/o temporales. Por este motivo, la cuestión de la igualdad de género en el trabajo es fundamental para los sindicatos de Japón.

En la 3ª Asamblea Mundial de Organización de Mujeres, celebrada en San José (Costa Rica) en octubre, Equal Times habló con Tomoko Yoshino, vicepresidenta de la unión sindical nipona Japanese Trade Union Confederation (JTUC)-Rengo, sobre lo que hacen los sindicatos japoneses para promover mejores empleos para las mujeres. Habló de la necesidad de formular nuevas leyes para prevenir el acoso y de cambiar urgentemente la mentalidad para hacer frente a la discriminación de género.

Para aquellos que no están familiarizados con el término, ¿en qué consiste el ‘acoso maternal’?

El acoso maternal es el acoso sufrido por mujeres que están embarazadas, disfrutando de su baja por maternidad o que han vuelto al trabajo después de dar a luz. En Japón las mujeres son discriminadas simplemente por tener hijos. Muchas mujeres todavía tienen que elegir entre tener hijos o una carrera profesional. Muchas de ellas se ven obligadas a dejar su trabajo o a veces se les asigna un puesto de trabajo diferente o se las traslada a otro departamento. No pueden continuar su carrera, simplemente porque quieren tener un hijo.

¿Por qué cree que este tipo de discriminación de género en particular está tan extendido en Japón?

Es nuestro modelo de hostigamiento de género. La mentalidad tradicional japonesa en cuanto a los roles de género sigue estando muy presente en el trabajo. La gente cree que los hombres deberían ir a trabajar mientras que las mujeres se quedan en casa atendiendo a las tareas domésticas, criando a los niños y asistiendo a los miembros de la familia que necesitan cuidados. Otro motivo es que los empleadores piensan que es positivo que una mujer se vaya de la empresa, ya que les ayudará a reducir costes.

En 2012, el primer ministro Shinzō Abe puso en marcha su iniciativa Womenomics para que más mujeres ocupen puestos de liderazgo. ¿Ha tenido éxito?

Es un desafío. El Gobierno y las empresas intentan aumentar la capacidad de liderazgo de las mujeres y el número de mujeres en puestos directivos en 30 por ciento de aquí a 2021. No sabemos si el primer ministro Abe planea continuar este programa, pero la verdadera solución a este problema no puede ser algo temporal. Como sindicalistas, abordamos esta cuestión desde una perspectiva ligeramente diferente a la del Gobierno, el cual ve el aumento de la participación de la mujer como una forma de mejorar la economía. No pensamos que las mujeres sean una herramienta para la economía. Queremos trabajo decente y buenas condiciones de trabajo para todas las mujeres.

Un número récord de mujeres japonesas va a la universidad, pero menos mujeres engrosan la fuerza laboral. ¿Hay otros obstáculos, además del acoso maternal, que contribuyan a esta situación? ¿Qué se puede hacer para que las mujeres no dejen de trabajar?

Las mujeres tienen más dificultades a la hora de encontrar trabajo porque sufren discriminación. Este es el caso sobre todo cuando han cursado estudios superiores, ya que las empresas piensan que es más caro contratarlas. Tenemos una ley de igualdad de género por lo que, por ley, las mujeres deberían disfrutar de las mismas oportunidades y condiciones de trabajo, pero no es el caso en la práctica.

La Confederación Sindical Internacional lleva a cabo en estos momentos su propia campaña para aumentar la capacidad de liderazgo de las mujeres en el movimiento sindical. ¿Qué está haciendo JTUC-Rengo al respecto?

Tenemos políticas para aumentar la capacidad de liderazgo de las mujeres, organizar a un número sin precedentes de mujeres y garantizar la conciliación de la vida profesional con la privada. Todos los sindicatos afiliados deben adoptar estas políticas. También pensamos que es importante seguir trabajando para crear más puestos de liderazgo para mujeres que les ayuden a promover sus carreras. Sin embargo, tenemos que recordar que la mayoría de los cargos sindicales tienen un mandato y que este consiste en dos períodos de cuatro años. Por lo tanto, tenemos que asegurarnos de que siempre haya mujeres cualificadas disponibles para ocupar estos puestos durante un período largo de tiempo.

Uno de los temas principales de debate en la Asamblea Mundial de Mujeres ha sido la violencia de género y la campaña para garantizar la adopción un convenio para proteger a las mujeres de la violencia en el mundo del trabajo por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). ¿Qué piensa de ello?

La erradicación de la violencia de género es una cuestión muy importante. En Japón tenemos una ley para prevenir la violencia contra las mujeres, pero no existe ninguna ley que prohíba el acoso, por lo que nos gustaría contar con un instrumento que aborde este problema. Los japoneses tienen muy presentes los roles de género y tenemos que hacer frente a este problema. El convenio de la OIT también ayudará al respecto y Rengo está muy involucrado en el desarrollo de un movimiento para apoyar la campaña.