Los sindicatos de Uganda incorporan a los trabajadores del transporte al trabajo decente

Los sindicatos de Uganda incorporan a los trabajadores del transporte al trabajo decente

According to estimates there are anything between 100,000 and 250,000 boda-boda drivers in Kampala alone.

(Nicholas Bamulanzeki)

Hace tres años, Samuel Mugisha estuvo a punto de dejar su trabajo como chófer de mototaxi (lo que localmente se denomina boda-boda) en la capital ugandesa de Kampala. El acoso policial generalizado estaba teniendo grandes repercusiones negativas en sus ingresos diarios. Pero ahora Samuel está prosperando como miembro de la Kampala Metropolitan Boda-Boda Association (KAMBA), que cuenta con 38.000 miembros.

Esta asociación, que se estableció en enero de 2014, es uno de los miembros más recientes del sindicato más antiguo de Uganda, el Amalgamated Transport and General Workers’ Union (ATGWU), que a día de hoy encabeza la iniciativa para representar a los trabajadores del transporte del sector de la economía informal y contribuir a garantizar un trabajo decente para todos sus miembros.

Tras décadas de cifras cada vez bajas de trabajadores del transporte del sector formal, el ATGWU se encuentra en pleno auge. Actualmente cuenta con cerca de 60.000 miembros, y el significativo cupo de trabajadores del transporte del sector informal -como son los chóferes de taxi minibus, los chóferes de bicitaxi y los chóferes de boda-boda- está resucitando al sindicato.

"No ha sido fácil. Durante el proceso hacia esta formalización surgieron muchos obstáculos, pero la verdad es que hemos conseguido cubrir bastante terreno", afirma Usher Wilson Owere, presidente nacional del ATGWU. "Sigue habiendo un largo camino por recorrer, pero nosotros vamos paso a paso".

Desde su fundación en 1938 con el nombre de Uganda Motor Drivers Association, el ATGWU se ha enfrentado a diversos obstáculos, aunque la mayor amenaza para su supervivencia quizás haya sido el desplome de las cifras de afiliados que se produjo tras el colapso de los servicios públicos de transporte de pasajeros por carretera.

Al igual que en otras regiones de África, la imposición de los programas de ajuste estructural en Uganda a mediados de los años 1980 provocó la pérdida de muchos puestos de trabajo, sobre todo en el sector público.

Los despidos masivos en las empresas públicas de autobuses, cuyos trabajadores constituían el grueso de sus afiliados, diezmaron el sindicato. Para 2006 las cosas iban tan mal que el número de afiliados alcanzó el mínimo histórico de aproximadamente 2.000 miembros (en su mayoría trabajadores de aeropuertos).

"Tras los programas de ajuste estructural y el proceso de privatización, Uganda se enfrentaba a una nueva forma de capitalismo salvaje en el que, o espabilabas o te eliminaban", explica Owere en un informe de la fundación alemana Friedrich-Ebert-Stiftung (FES) sobre la transformación de los sindicatos del transporte a través de la organización masiva de los trabajadores del sector informal (Transforming transport unions through mass organisation of informal workers: a case study of the Amalgamated Transport and General Workers’ Union (ATGWU), Uganda).

Reagrupación y reforma

En aquel momento, a mediados de los años 2000, el ATGWU decidió reagruparse y reformarse, para lo cual fue clave incluir a los trabajadores del sector informal. Aunque la Organización Internacional del Trabajo (OIT) no aprobó hasta 2015 la histórica Recomendación 204 para facilitar la formalización del 50% de los trabajadores del mundo pertenecientes al sector de la economía informal, en 2006 el nuevo secretario general del ATGWU, Aziz Kiirya, hizo justamente eso.

Kiirya sabía que, para conseguir regenerar el ATGWU, su sindicato tendría que organizar y representar a los trabajadores del sector informal. Se calcula que, solo en Kampala, hay entre 100.000 y 250.000 chóferes de boda-boda, además de los 50.000 chóferes de minibus de la capital. Así pues, Kiirya procedió a modificar los estatutos del sindicato para poder incluir a estos trabajadores.

"La estrategia del ATGWU para organizar a los trabajadores del sector de la economía informal se basaba en asumir que, en muchos casos, estos trabajadores ya están organizados, no en el seno del movimiento sindical sino a través de cooperativas de ahorro y crédito, grupos informales de autoayuda, organizaciones comunitarias, y, sobre todo, asociaciones", indica el informe.

La Airport Taxi Operators Association fue la primera asociación de este tipo que se afilió al ATGWU en 2008, y enseguida siguieron varias organizaciones nacionales y regionales como la Long Distance Heavy Truck Drivers Association y la Entebbe Stages and Conductors Association.

Según el informe, la sindicalización ha "tenido un impacto tremendo" para los trabajadores del transporte del sector de la economía informal de Uganda, como por ejemplo "una disminución del acoso policial, logros sustanciales por medio de la negociación colectiva, menos conflictos internos en el seno de las asociaciones, y una mejora de la presencia y condición de las trabajadoras del transporte del sector informal".

Así pues, gracias a la negociación colectiva, los chóferes de taxi del aeropuerto de Kampala han conseguido una marca homologada para sus taxis, una oficina y un mostrador de ventas en la zona de llegadas del aeropuerto, aparcamientos adecuados y zonas de descanso, entre otros logros. Por otra parte, a algunos miembros les ha beneficiado tener una tarjeta de afiliación sindical, en particular a la hora de cruzar fronteras.

El ATGWU recibió un impulso importante en 2013, cuando la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) puso en marcha un proyecto con el objetivo de mejorar la capacidad de los sindicatos de África, Asia y América Latina para representar a los trabajadores del transporte del sector informal.

Entre los objetivos clave cabe destacar la formación de organizadores y la mejora de las condiciones de trabajo para las mujeres del sector. Es muy reducido el número de mujeres que trabajan en el ámbito típicamente masculino del sector del transporte de Uganda; KOSTA, por ejemplo, que cuenta con aproximadamente 36.000 afiliados, no tiene más que 45 mujeres revisoras y 13 mujeres chóferes,.

Juliet Muhebwa es una de las revisoras de KOSTA. Aunque el AGTWU ha establecido un comité de mujeres para responder a las necesidades de las trabajadoras del transporte, Juliet dice que siguen teniendo los mismos problemas que afectan a las trabajadoras del sector informal de todo el mundo, a saber, largas jornadas laborales, salarios bajos, condiciones de trabajo peligrosas y la amenaza de la violencia, el acoso y la intimidación.

Juliet califica la actitud hacia las mujeres que trabajan en este sector como "considerablemente negativa, lo cual desanima a las nuevas trabajadoras" a pesar de que el AGTWU haya organizado talleres y cursos de formación para que las trabajadoras puedan afrontar algunos de estos problemas.

Más trabajo pendiente

En febrero de 2015 el sindicato estableció un comité del sector informal del ATGWU compuesto por presidentes y secretarios de todas las asociaciones afiliadas. Esta iniciativa no solo ha permitido que los miembros se conozcan entre sí sino que también ha contribuido a mejorar los sistemas y procedimientos en el seno de sus respectivas organizaciones.

Sigue habiendo trabajo pendiente, pero el AGTWU cuenta ahora con la experiencia necesaria para superar retos importantes. En 2013 las autoridades ugandesas aprobaron una ley que prohíbe las reuniones de más de 10 personas. Los sindicatos habían quedado oficialmente exentos de la aplicación de dicha ley, y, sin embargo, en agosto de ese año la policía ocupó y posteriormente cerró las oficinas del ATGWU donde revisores y chóferes de taxi estaban celebrando una reunión que la policía calificó de ilegal por "no considerarlos" trabajadores.

El ATGWU respondió enérgicamente amenazando con convocar una huelga y paralizar por completo la ciudad de Kampala si no se reconocían expresamente los derechos legítimos de estos trabajadores. La ITF llegó incluso a escribir al presidente ugandés Yoweri Museveni. Ante el riesgo de escalada de las tensiones, la policía dio marcha atrás y el sindicato terminó por suspender la huelga.

"Esta confrontación y posterior victoria fueron para el ATWGU una momento decisivo en el proceso de organización de los trabajadores del sector informal", señala el informe.

"No solo fue una victoria contra la injerencia de la policía en los asuntos de las asociaciones, sino también contra la extorsión y el acoso que sufren diariamente a manos de la policía los trabajadores del transporte del sector informal".

Pero hasta el ATGWU reconoce que no ha hecho más que "arañar la superficie" de lo que todavía queda por hacer, desde solucionar el problema del gran número de personas que siguen estando en el sector de la economía informal hasta resolver la reticencia de los sindicatos de trabajadores de cuello blanco para aceptar a los miembros del sector de la economía informal como trabajadores en igualdad de condiciones.

Actualmente, los miembros de las asociaciones afiliadas siguen careciendo de lo que es una afiliación sindical plena, y la falta de derechos de voto priva a los trabajadores del sector informal del derecho a participar plenamente en las actividades sindicales. Hay una serie de obstáculos que lo impiden.

Por ejemplo, los miembros titulares del ATGWU tienen que pagar un 2% de su salario en concepto de cuotas de afiliación, lo cual plantea un verdadero problema para los trabajadores del sector informal que experimentan fluctuaciones diarias en sus ingresos -y muchos no tienen siquiera una cuenta bancaria-.

"Somos miembros, pero más bien parecemos intrusos", dice Juliet, la revisora de autobús. "Queremos estar más implicados. Esa es la única forma de conseguir mejores condiciones".

La reforma de los estatutos del ATGWU para garantizar la integración total de los trabajadores del sector informal en el ATGWU fue un tema clave de la Conferencia Quinquenal de Delegados de 2017 del ATGWU.

Pero para los trabajadores del sector informal como Frank, afiliarse al AGTWU ha supuesto un cambio enorme en su vida.

"Antes, casi la mitad de lo que ganaba se me iba en sobornar a los agentes de policía para que me dejaran trabajar. Esa presión ha desaparecido para mí", dice este hombre de 32 años, padre de tres hijos.

Como ahora puede ahorrar más dinero, Frank puede pagar las matrículas escolares de sus hijos. Y además ha ayudado a su mujer a abrir una pequeña tienda de comestibles para redondear los ingresos de su hogar.

"Hace tres años me sentía más pesimista con respecto al futuro", dice apoyándose en su motocicleta roja. "Ahora veo que se avecinan tiempos mejores".