¿Un mundo sostenible para 2030?

¿Un mundo sostenible para 2030?

The Sustainable Development Goals, 17 in total, were set out in the 2030 Agenda. They include ending hunger, decent work for all, and peace, justice and solid institutions. To meet the SDGs, 169 specific targets were agreed on, detailing the financing, the means of implementation and the commitments made by the signatories. Picture from June 22, 2011 (Sapa, Vietnam).

(UN/Kibae Park)

Despedimos nuestros especiales de verano, que comenzamos el pasado mes de julio con la cuestión del cambio climático –y que continuamos con las cadenas de suministro, el futuro del trabajo, el reto de las migraciones, la organización sindical, los movimientos ciudadanos, la salud de nuestras democracias, la explotación laboral y los derechos de las mujeres–, para cerrar, digo, con una reflexión sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Estas propuestas, presentadas todos los viernes, durante 10 semanas, por el equipo editorial de Equal Times –que conformamos Tamara Gausi (sección en inglés), Mathilde Dorcadie (sección en francés) y yo misma (sección en español)–, han tenido como objetivo ofrecer un marco de referencia de buena parte de las temáticas que tratamos en este medio y, al mismo tiempo, nos ha permitido rescatar de nuestros archivos alrededor de medio centenar de artículos imprescindibles, sin ser excluyentes, producidos por nuestra red de corresponsales y colaboradores en todos los continentes.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), temática, pues, con la que cerramos esta serie de especiales, son un pilar fundamental en nuestra sección de Desarrollo, si bien no se encuentran analizados y ejemplificados exclusivamente en ésta.

Los ODS –definidos en la Agenda 2030, y que incluyen el “hambre cero”, el “trabajo decente y crecimiento económico” y la “paz, justicia e instituciones sólidas”, entre un total de 17–, también conocidos como Objetivos Mundiales, son una versión mejorada y ampliada de los Objetivos de Desarrollo del Milenio del año 2000. Con sus 169 metas específicas, los Objetivos de Desarrollo Sostenible iniciaron su andadura en 2016, bajo el auspicio de Naciones Unidas, y, concretamente, el Programa de las NNUU para el Desarrollo (PNUD), tras su adopción por la Asamblea General.

¿El objetivo, valga la redundancia? Simple y llanamente alcanzar un “mundo sostenible para el año 2030”. Ambicioso. Y justo. ¿Pero realista?

En una pieza de opinión reciente, los expertos Nerea Craviotto y Theo Morrissey se plantean justamente esta cuestión. En su escrito Los Objetivos de Desarrollo Sostenible: ¿estamos avanzando?, si bien se muestran críticos con el avance y la dirección de la puesta en práctica, concluyen en tono positivo, concretamente al hacer referencia a la cuestión del trabajo decente:

“Hace varios años habría sido difícil prever la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y, sin embargo, ocurrió. Ahora tenemos algunos indicios de que es posible que el año que viene los astros se alineen a nuestro favor. Gracias al énfasis que pone el FPANDS en ‘empoderar a la gente y garantizar la inclusión y la igualdad’ (con el objetivo 8 sobre el trabajo decente como su pieza clave), así como al Centenario de la OIT, existe la posibilidad de lograr una verdadera repercusión. Por tanto, los sindicatos deben aprovechar esta oportunidad para contrarrestar la reducción de sus espacios de participación a nivel nacional e internacional”.

Paola Simonetti, directora de la Red Sindical de Cooperación al Desarrollo de la CSI, en su columna editorial Agenda 2030 y desarrollo sostenible, ¿salen en la foto los sindicatos?, ya planteaba un problema básico, si no exclusivo, para el logro de estos objetivos:

“Aunque representa un avance significativo en comparación con los ODM, la Agenda 2030 sigue careciendo de suficiente garra en lo que respecta a su implementación. De hecho, el éxito de la Agenda 2030 depende exclusivamente de los países que se han comprometido a aplicarla, es decir, si cumplen o no sus promesas”.

Nuestro colaborador Chukwu-Emeka Chikezie advierte en su pieza La transformación de los contextos de fragilidad depende de todos nosotros del descarrilamiento actual de objetivos que puede terminar en 2030 con más de un 80% de la población más pobre del mundo viviendo en “contextos frágiles”.

Aunque son numerosos los artículos con la etiqueta de desarrollo sostenible en nuestro haber, os recomendamos los siguientes, aunque solo sea para ponerle “rostro” a algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y, concretamente, a los relativos a salud y bienestar; paz, justicia e instituciones sólidas; y acción por el clima.

De nuestra corresponsal en Argentina, Nazaret Castro, América Latina en disputa: se recrudece la represión de la protesta social. Desde Asia Contaminación en China: cielos apocalípticos y malestar social, firmado por Jose A. Díaz y Tania Romero y, desde el continente africano: La ciudadanía senegalesa se implica directamente para poner coto al paludismo, del periodista Brun’s Morgan, establecido en Senegal.

Esperamos que buena parte –si no todas– las propuestas de este verano (invierno en el hemisferio sur) hayan sido de vuestro interés, y, para cualquier comentario o propuesta, aquí estamos.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible: ¿estamos avanzando?

Por Nerea Craviotto y Theo Morrissey

Todos los años se analiza el progreso del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para identificar escollos y garantizar que se sigue avanzando por el buen camino. Los gobiernos, las instituciones, el sector privado, los sindicatos y la sociedad civil se reúnen en la sede de Naciones Unidas en Nueva York para asistir al Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible, de nombre rimbombante y más conocido entre los participantes como el FPANDS.

Este año, el tema principal del FPANDS fue ‘la transformación hacia unas sociedades sostenibles y resilientes’. El informe oficial de la ONU sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2018 identificó varios retos principales a los que nos enfrentamos: el cambio climático, los conflictos, la creciente desigualdad y la rápida urbanización.

Antes del gran evento, Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), hizo hincapié en lo que significaría dicha transformación para la clase trabajadora: la oportunidad de aplicar un enfoque que se base en las personas y se desarrolle centrándose en la promoción del modelo de ‘transición justa’, oponiéndose al riesgo latente de marginar aún más a las personas más expuestas a las consecuencias derivadas de unas medidas inadecuadas contra el cambio climático, con sus nefastos resultados para la estabilidad de las sociedades a largo plazo.

Pulse aquí para ver el artículo completo

Agenda 2030 y desarrollo sostenible, ¿salen en la foto los sindicatos?

Por Paola Simonetti

Trade union engagement has been key to the inclusion of priorities such as decent work in the 2030 Agenda.

Photo: Solidarity Center

En 2015, las Naciones Unidas adoptaron un nuevo marco para el desarrollo sostenible conocido como la Agenda 2030. Este marco contiene una serie de objetivos, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que todos los países se comprometen a alcanzar. La Agenda 2030 se apoya en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM, 2000-2015), aunque tiene un ámbito de cobertura más amplio. Los ODM se enmarcaban esencialmente en una lógica Norte-Sur, mientras que la Agenda 2030 resulta relevante para todos los países –tanto desarrollados como en vías de desarrollo– y va más allá del simple objetivo de la erradicación de la pobreza.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, junto con sus 169 metas y muchos más indicadores, constituyen por tanto un primer intento de establecer un marco exhaustivo, incluyendo disposiciones sociales, económicas y medioambientales, para promover el progreso universal.

Aunque representa un avance significativo en comparación con los ODM, la Agenda 2030 sigue careciendo de suficiente garra en lo que respecta a su implementación. De hecho, el éxito de la Agenda 2030 depende exclusivamente de los países que se han comprometido a aplicarla, es decir, si cumplen o no sus promesas.

Pulse aquí para ver el artículo completo

La transformación de los contextos de fragilidad depende de todos nosotros

Por Chukwu-Emeka Chikezie

Both the leaders, and the ordinary people, of countries in fragile contexts are responsible for breaking the fragility trap.

Photo: World Bank/Stephan Gladieu

Tres años después de la puesta en marcha de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advierte de que ya desviamos el rumbo. Peor aún, sin la acción necesaria, más del 80% de las personas más pobres del mundo vivirán en contextos frágiles para 2030. La OCDE considera que la fragilidad plantea una gran amenaza mundial a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La OCDE utiliza el término “contextos frágiles” porque es difícil definir la fragilidad y nuestra comprensión evoluciona constantemente.

Gran número de países se oponen a la etiqueta de “Estado frágil”, porque dicen que los estigmatiza. Por lo tanto, en su informe States of Fragility 2018 (Estados de Fragilidad), la OCDE identifica 58 contextos clasificados como frágiles en un marco que ha desarrollado desde 2016. La fragilidad abarca dimensiones políticas, económicas, sociales, ambientales y de seguridad. Entre estos 58 “contextos” se cuentan Siria, la República Democrática del Congo, Venezuela, Yemen, Laos, Islas Salomón, Ruanda, Tanzania y Sierra Leona.

La fragilidad puede causar estragos, incluso en países que tienen instituciones sólidas, países de ingresos medianos y que no están en guerra. Todas las formas de fragilidad son importantes, ya sea una fragilidad crónica o una “fragilidad ligera”. Cualquiera que sea la forma en que se manifieste, la fragilidad es una pendiente resbaladiza.

Pulse aquí para ver el artículo completo

América Latina en disputa: se recrudece la represión de la protesta social

Por Nazaret Castro

Mounted police keeping guard on University students protesting against corruption in the education sector, in front of the National Congress in Asuncion (Paraguay).

Photo: Santi Carneri

El 17 de octubre, día en que cada año se conmemora la figura de Juan Domingo Perón en Argentina, apareció en el río Chubut el cuerpo sin vida de Santiago Maldonado, el joven artesano que había desaparecido 80 días antes, visto por última vez en medio de una confrontación entre la población mapuche y las fuerzas de seguridad del Estado, en el contexto de una larga disputa por sus territorios frente a la multinacional Benetton.

El paradero de Maldonado tuvo en vilo a una sociedad para la que la palabra “desaparecido” evoca las 30.000 víctimas de la dictadura cívico-militar de 1976-1983, y convocó a cientos de miles de personas en la misma Plaza de Mayo porteña donde, cuarenta años atrás, las Madres de Plaza de Mayo comenzaron a hacer su ronda semanal preguntando por el paradero de sus familiares.

“No tengo ni idea de si fueron 9.000 o 30.000” los desaparecidos, había declarado, en noviembre del año pasado, el presidente Mauricio Macri. Sus declaraciones y, en el mismo sentido, las de destacados miembros de su Gobierno, marcaban una ruptura con los gobiernos kirchneristas que habían hecho de los derechos humanos su bandera, aunque ésta no cubriese de la misma forma los derechos de los pueblos indígenas.

Pulse aquí para ver el artículo completo

Contaminación en China: cielos apocalípticos y malestar social

Por Jose A. Díaz y Tania Romero

The term “APEC blue” is a neologism reflecting the resignation and indignation of the average citizen, mixed with the keen sense of humour in China. It emerged during an APEC summit in 2014, during which spectacular skies and the best air quality indicators possible were achieved after having brought Beijing to a standstill for days. The rest of the time, it is pollution grey.

Photo: José A. Díaz

Un día despejado en las grandes ciudades del gigante asiático, con cielos azules y nubes blancas, en el que se pueden ver con claridad los edificios cercanos tiene nombre en China: es un día azul APEC.

Los habitantes de las mega ciudades chinas, acostumbrados a cielos grises, neblinas constantes y contornos difuminados, bautizaron así hace ya unos años la anomalía de tener un buen día sin niveles críticos de contaminación.

La sociedad china ha pasado décadas soportando con resignación el deterioro de su medio ambiente, como dramático peaje en el camino a su impresionante desarrollo económico. Ahora, convertida en la segunda economía mundial, la primera exportadora, y con una clase media cada vez más amplia y acomodada, la preocupación por los efectos de la contaminación ha crecido hasta ser uno de los problemas primordiales para la opinión pública del país.

Pulse aquí para ver el artículo completo

La ciudadanía senegalesa se implica directamente para poner coto al paludismo

Por Brun’s Morgan

Women carry impregnated mosquito nets on their heads for distribution in the surrounding villages.

Photo: Brun’s Morgan

El Hadj Diop, de 64 años, ejerció como fotógrafo profesional para el servicio de información de UNICEF hasta el 10 de octubre de 1999. Ese día, su hija mayor, Ami Diop, de 12 años, falleció al cabo de dos días de fiebre intensa. Diez días después, falleció su sobrino, ambos por la misma enfermedad: paludismo. “El sábado que sepultamos a Ami, estaban enterrando al mismo tiempo a otros niños. Todos muertos por la misma causa”, recuerda El Hadj Diop.

Hace veinte años, Alou Niasse, enfermero jefe del distrito de Thiénaba, a dos horas en coche de Dakar, recuerda que el 65% de los pacientes que lo consultaban sufría de paludismo, o malaria, como también se le conoce a esta enfermedad infecciosa. “En la década de los años 1990, fallecieron decenas de personas víctimas del paludismo durante la temporada de invierno”, rememora el oficial de servicio que trabaja desde hace más de 20 años en el centro de salud comunitario.

Ante esta situación, El Hadj Diop y las mujeres de los 83 municipios circundantes fundaron la Asociación Islámica Sopey Mohamed de lucha contra el paludismo. La asociación reúne no menos de 2.600 voluntarios en las poblaciones de los alrededores del este de Thiès, la segunda ciudad más grande de Senegal.

Pulse aquí para ver el artículo completo

This article has been translated from Spanish.