Hablemos del aumento salarial de los marineros hasta una nueva cota máxima

[Nota del editor: Mark Dickinson fue el principal negociador de los marineros en nombre de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte en las negociaciones sobre el salario mínimo que tuvieron lugar el pasado mes de noviembre en la sede de la OIT].

Participar en la mayor negociación salarial del mundo conlleva una gran responsabilidad. Esa era nuestra tarea el mes pasado al entrar en la sede de Ginebra de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Estábamos allí con el objetivo de representar a los marineros en las negociaciones para fijar su nuevo salario mínimo.

Estos 1,6 millones de marineros mercantes tripulan los 52.000 buques del mundo y constituyen el único grupo de trabajadores cubierto por un salario mínimo a nivel mundial. Sin embargo, al inicio de las conversaciones no habían disfrutado de un aumento salarial desde hacía cuatro años y medio.

Para nuestra industria es un honor poder contar con un salario mínimo desde principios de la década de 1970. Sin embargo, la suma que percibimos es mucho menos progresista, ya que asciende a tan solo 614 dólares USD al mes (539 euros). Para percibir dicho salario, muchos marineros trabajan 90 horas a la semana lejos de sus hogares durante períodos de casi un año y desempeñan uno de los trabajos más peligrosos del planeta. Por supuesto, muchos marineros cobran una cantidad superior al salario mínimo, pero el mínimo constituye el límite inferior para toda la industria.

Nos costó dos días, pero finalmente logramos un acuerdo. El salario mínimo para un marino competente aumentará en 27 USD durante los próximos tres años. Los salarios supondrán un incremento total del 4,5% con respecto a la cifra actual, con un aumento de 4 USD mensuales a partir del 1 de julio de 2019, seguido de un incremento de 7 USD a partir del 1 de enero de 2020 y un último aumento de 16 USD a partir del 1 de enero de 2021.

Claramente queda muy lejos de lo que merecen los marineros, pero aun así constituye un avance.

El formato de dichas negociaciones fue inusual. El Comité Tripartito Marítimo está formado por empleadores y sindicatos y está asesorado por la OIT. Para determinar cómo han funcionado los salarios de los marineros desde las últimas negociaciones se utiliza una fórmula compleja. La Secretaría de la OIT elabora un documento en el que se detallan dichos cálculos antes de que comiencen las conversaciones.

El objetivo de la fórmula consiste en revelar comparativamente cómo ha cambiado el poder adquisitivo de los marineros desde las últimas negociaciones. Como los marineros provienen de 55 países diferentes, hay muchos datos que procesar. La mayoría tienen sus propias monedas, por lo que las fluctuaciones con respecto al dólar estadounidense constituyen un factor importante. El otro factor a tener en cuenta es la variación de los precios en cada país.

Al contrario de lo que ocurrió la última vez que se celebraron estas negociaciones en 2016, la fórmula demostró una clara necesidad de aumento salarial. El poder adquisitivo del salario mínimo había disminuido en todos los países, excepto en siete. En algunos casos, dicha disminución ha sido dramática: para los marineros de varios países el valor del salario mínimo había descendido en más del 15%.

Asimismo, el bando sindical hizo hincapié en los informes redactados por respetadas autoridades económicas de todo el mundo que prevén un crecimiento del comercio mundial dependiente del transporte marítimo.

Sin duda, anticipándose a la efectiva defensa del punto de vista de los trabajadores, los empleadores iniciaron su argumentación de un modo dramático. Su postura argumentaba que, por primera vez en la historia, el salario mínimo de los marineros debía reducirse a 587 USD al mes. Quizá fuera una táctica que surgió de la falta de argumentos sólidos, pero revelaba una postura sumamente combativa.

Los empleadores y los trabajadores iniciaron las conversaciones en polos opuestos. Y mientras defendíamos nuestra postura, al principio tuve dudas sobre si lograríamos un acuerdo. El trayecto para alcanzar el acuerdo fue tortuoso y la institución de la OIT merece reconocimiento porque fue la responsable de gran parte del mérito, pues se aseguró en todo momento de que siguiéramos presionando. Este prestigioso organismo lleva cien años promoviendo el trabajo decente y la justicia para los trabajadores con una astucia y tenacidad que resultan excepcionales. Su edificio refleja su historia y tradiciones y creo que dichos factores nos ayudaron a enfocarnos de un modo que facilitó el acuerdo.

Este acuerdo ha sido mucho más complejo que en casos anteriores. Se aplicarán tres aumentos salariales diferentes y hemos acordado volver a iniciar las conversaciones para debatir sobre la eficacia de la fórmula en sí. Dichos compromisos representan un hito importante para el futuro. El bando de los marineros está dispuesto a seguir presionando a los armadores. No solo porque creemos que hay que pagar más a los trabajadores, sino porque las altas cualificaciones y unos salarios más elevados ofrecen a nuestra industria un futuro mejor que la otra alternativa.

Resulta bastante alentador saber que, gracias a nuestro trabajo, tantas familias tendrán algo más de dinero para vivir. Sin embargo, al reflexionar sobre el impacto mundial que tendrán estas negociaciones, ante todo me siento impulsado a hacerlo mucho mejor y con mayor empeño la próxima vez.