Lee Cheuk-yan, de la HKCTU: “Cuando se golpea, se arresta, se procesa y se dispara a los manifestantes, el diálogo social es muy difícil”

Lee Cheuk-yan, de la HKCTU: “Cuando se golpea, se arresta, se procesa y se dispara a los manifestantes, el diálogo social es muy difícil”

On the left, Carol Ng, chairperson of the Hong Kong Confederation of Trade Unions, at the union’s headquarters in Hong Kong. On the right, Lee Cheuk-yan, general secretary of the same organisation, photographed during a working visit to Brussels, Belgium.

(Victoria Pascual Ferreruela (Hong Kong)/Marta Checa (Brussels))

Actualización, 4/10/2021 | Lee Cheuk Yan cumple dos penas de prisión, de 18 meses cada una, hechas públicas en abril y mayo de 2021, por “incitar, organizar y participar” en demostraciones no autorizadas en 2019. También ha sido acusado de “subversión” en tanto que organizador de la vigilia anual que recuerda la masacre china de Tiananmén. Aún tiene causas pendientes por su participación en otros eventos prodemocráticos en 2019 y 2020.

Carol Ng fue arrestada en enero y acusada de subversión por participar en unas elecciones primarias no oficiales (organizadas por el bando demócrata en julio de 2020) de cara a los comicios de septiembre de 2020 (que finalmente se suspendieron). Su causa sigue abierta.

El 3 de octubre de 2021 los miembros de la HKCTU votaron por la disolución de esta unión sindical independiente, y esto a raíz de la apertura de causas judiciales a varios líderes y a la organización misma. Numerosos miembros han denunciado amenazas a su seguridad personal.

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En junio, el Gobierno de Hong Kong –región autónoma de China que funciona según el principio de “un país, dos sistemas” – trató de aprobar una ley de extradición que hubiera permitido entregar a los tribunales chinos (controlados por el Partido Comunista de China, y carentes de garantías, a diferencia de lo que ocurre en el sistema judicial hongkonés) a, entre otros, “fugitivos” refugiados en la excolonia británica.

El 9 de junio, un millón de ciudadanos, de los siete que pueblan Hong Kong, se rebeló contra el proyecto y salió a la calle para paralizarlo. Con el paso de los meses, el conflicto se ha enquistado y las marchas pacíficas han dado lugar a violentos enfrentamientos entre policía y manifestantes. La ley de extradición fue finalmente retirada el 4 de septiembre (un paso más a su “suspensión” –el 15 de junio–), pero las demandas de los manifestantes han aumentado.

El movimiento de protesta aglutina a ciudadanos de todos los sectores y edades (a diferencia de lo que ocurrió durante la Revolución de los Paraguas de 2014) y tiene objetivos muy definidos, concretamente una profundización democrática y una investigación independiente sobre la violencia policial. El Ejecutivo de Carrie Lam –máxima líder del territorio–, por su parte, no logra pacificar la calle; a lo que no ayudan las crecientes cifras de arrestos, de encausados y de heridos en las protestas, ni el empleo de una medida desempolvada de la era colonial –considerada como incendiaria– con la que se ha prohibido en Hong Kong el uso de máscaras en las manifestaciones.

En este contexto, Equal Times se encontró con Carol Ng en la sede de la Confederación de Sindicatos de Hong Kong (HKCTU, según sus siglas en inglés). Y esta misma semana en Bruselas con Lee Cheuk-yan, secretario general de la confederación, y diputado del parlamento local desde 1995 hasta 2016.

La HKCTU ha asumido un papel fundamental como aglutinador en el mayor conflicto político que vive la economía más libre del mundo desde que este territorio volviese a soberanía china en 1997. Hasta la fecha, la HKCTU ha convocado a petición del movimiento dos huelgas generales, algo que no se había visto en Hong Kong en los últimos 50 años. “Si vuelven a pedir[nos] ayuda, volveremos a convocar una huelga”, admitió Ng.

Siendo la única organización sindical independiente en China*, ¿cuál es la función y la visión política de la HKCTU en el movimiento ciudadano actual?

Ng: Somos la única voz -de este tipo- en China; en la China continental, cualquier voz similar -a la nuestra- se expondría a ser detenida o expulsada. Por un lado, consagramos enteramente nuestro trabajo a las cuestiones laborales y luchamos por mejores condiciones de trabajo; pero, por otro, también nos ocupan los derechos políticos. Este reciente movimiento y su vertiente política es una muy buena oportunidad, quizás la mejor oportunidad en la historia de Hong Kong, de movilizar a la población. El 5 de agosto, 350.000 personas ejercieron su derecho político a la huelga. Con este movimiento, pienso que los trabajadores deberíamos poder pronunciarnos, y ya lo han hecho, expresando cuán insatisfactoria les parece la situación actual y la forma en la que el Gobierno la ha manejado.

¿Cuáles son sus reivindicaciones concretas al Gobierno de Hong Kong?

Ng: Estamos pidiendo las mismas cinco demandas que todos los manifestantes [la retirada total del proyecto de ley de extradición; una comisión de investigación independiente sobre la presunta brutalidad policial; retirar el calificativo de “agitadores” a los manifestantes; amnistía para todos los manifestantes arrestados; y sufragio universal], porque lo que están pidiendo los manifestantes de primera línea es cómo mantener y proteger su futuro, que también es nuestro futuro. La confederación HKCTU desempeña un papel importante y somos parte del movimiento, por lo que al apoyar a los jóvenes manifestantes también nos apoyamos a nosotros mismos.

¿Se está intentando un diálogo social tripartito entre el Gobierno, los agentes sociales y los empleadores?

Lee: El Gobierno no se muestra sincero cuando se trata de diálogo social. Cuando se sigue golpeando, arrestando, procesando e incluso disparando a los manifestantes, con balas reales... es muy difícil entablar un diálogo. Hemos estado exigiendo la creación de una comisión de investigación independiente para examinar la brutalidad policial, pero el Gobierno se niega a crearla.

La atmósfera política en su globalidad no propicia el diálogo; y el Gobierno no propone ninguna solución política a la crisis. Incluso en el Consejo Legislativo [el parlamento de Hong Kong], los pandemócratas [los partidos políticos prodemocráticos, que tienen una minoría de escaños en la legislatura] han pedido un diálogo con Carrie Lam; y Lam se ha negado a hablar con ellos sobre las cinco demandas de la población.

[Además, se produjo un] evento reciente: Carrie Lam agravó el problema de forma inesperada al invocar un reglamento de excepción para aplicar una prohibición, la ley antimáscaras. Esta ley no se utiliza desde la época colonial, y muestra que Lam no quiere pasar por el Consejo Legislativo, sino que pretende forzar la situación por su cuenta sin ningún control.

¿Qué piensa sobre la deriva violenta de la crisis actual?

Ng: Nosotros no fomentamos la violencia y jamás ordenaríamos ni sugeriríamos ningún tipo de violencia. Pero esta violencia existe porque el Gobierno sigue sin dar respuesta y sin dar satisfacción a las cinco demandas. El Gobierno solo ha retirado la ley de extradición, pero ¿qué hay de la comisión de investigación independiente? ¿y qué de la brutalidad de la policía? Es preciso que el Gobierno aborde estas cuestiones. Cuanto más haga por evitarlas, menos probabilidades existen de que los jóvenes dejen de hacer lo que están haciendo. Desde el punto de vista de la confederación HKCTU, en la medida en que actuamos conforme a la razón, lo que podemos hacer es movilizar el derecho de los trabajadores a la huelga.

Pero también se ha utilizado la violencia contra los trabajadores de la MTR [red ferroviaria pública], el personal del aeropuerto e incluso periodistas.

Ng: Sí, pero después de lo ocurrido, [los manifestantes] vinieron a disculparse. Me parece muy positivo que tengan la capacidad de cuestionarse a sí mismos y que estén dispuestos a disculparse con los afectados, pero el Gobierno viene actuando erróneamente desde hace mucho tiempo. Carrie Lam se disculpó una vez, pero una disculpa genuina significa responder por lo menos a la segunda demanda de la lista, es decir, la creación de una comisión de investigación independiente.

Hong Kong es uno de los lugares más seguros, transparentes y menos corruptos del mundo, con una fuerza policial muy respetada hasta ahora. ¿Qué hay detrás de este cambio radical?

Lee: Es algo totalmente nuevo también para nosotros. En ocasiones anteriores, la policía pudo haber tenido algunos enfrentamientos en nuestras manifestaciones... pero no hasta el punto de golpear a la población. Pienso que el Gobierno chino dijo al de Hong Kong [algo así como] “tienes que acabar con el movimiento de protesta por tus propios medios. Nosotros no vamos a enviar al Ejército Popular de Liberación”. Carrie Lam se vio entonces en la necesidad de poner fin a las manifestaciones. Parece que solamente puede recurrir a la policía. Es así como la utiliza todos los días sin tan siquiera enfrentarse al problema, es decir, las demandas de los manifestantes.

Además, hay dos incidentes que han causado gran ira en Hong Kong. El 21 de julio, se dio carta blanca a las tríadas [pandillas chinas] para que golpearan no solamente a los manifestantes, sino a toda persona que se encontrara en la estación de Yuen Long, y la policía no movió un dedo. El 31 de agosto, después de una manifestación, la policía entró en la estación de metro y golpeó a cuanta persona encontró allí. También en esta ocasión, no golpearon únicamente a los manifestantes.

Incluso se ha señalado un caso de violación en el interior de una comisaría. Y con todos estos informes, la policía sigue impune. El resultado es que no podemos hacer nada para poner alto a esta brutalidad policial, por lo que la población se pregunta “¿Cómo podemos seguir teniendo confianza en la policía?”.

Realmente no sabemos si el Gobierno chino está detrás de todo esto. Hay policías que hablan chino mandarín entre ellos, lo que de cierta manera resulta muy sospechoso [el idioma más hablado en Hong Kong es el chino cantonés], pero no tenemos pruebas de dónde provienen estos individuos.

Ha habido casos de trabajadores que han sido despedidos después de participar en las manifestaciones o por mostrar su apoyo a los manifestantes en sus redes sociales privadas. ¿No apoyan las empresas de Hong Kong el derecho de sus trabajadores a manifestarse, o las repercusiones se deben a la presión de China?

Ng: No creo que apoyen a los manifestantes. Observe cómo Cathay Pacific y Cathay Dragon [la compañía aérea de Hong Kong y su filial regional], han abandonado a su personal e incluso lo han traicionado por completo. Cuando la Autoridad de la Aviación Civil china señala que Cathay Pacific presenta un riesgo para la seguridad y que debe evitar que los radicales [miembros de su tripulación que han mostrado su apoyo a los manifestantes, o que participaron en las manifestaciones] vuelen, esto es serio. Los miembros de la tripulación fueron evaluados, valorados y examinados por su empleador de acuerdo con las normas internacionales de la aviación. Es poco razonable y absolutamente incorrecto calificar la capacidad de una persona para pilotar un avión, o servir a los pasajeros según sus posiciones políticas.

Asimismo, creemos que el deseo del Gobierno de China continental es establecer una clara ruptura con aquellas personas que no están de acuerdo con ellos. El discurso de las empresas es similar, necesitan pensar en sus negocios en la China continental. Es bastante inquietante y decepcionante, y no creo que esta pérdida de confianza pueda recobrarse rápidamente.

Con respecto a la libertad de reunión y la libertad sindical, ¿cuál es la situación de Hong Kong en este momento?

Lee: En Hong Kong ya no existe la libertad de reunión porque la Policía ha prohibido todas las marchas. Es posible celebrar una reunión, pero solo si se permanece en el mismo lugar. No se permite ninguna manifestación legal, particularmente las marchas. No hemos tenido ni una sola marcha legal desde hace ya un mes.

En cuanto a la libertad sindical y la negociación colectiva, observamos discriminación política y la discriminación sindical. El despido de 30 trabajadores de Cathay Pacific –uno de ellos es el presidente de nuestro Sindicato de Tripulantes de Cabina de Cathay Dragon–, muestra las lagunas existentes en la legislación laboral de Hong Kong: no tenemos ninguna protección contra la discriminación política. Así, en caso de despido de un miembro tripulante de cabina [en el marco del] movimiento de protesta, los trabajadores no disponen de ningún [recurso] para obtener una indemnización o su reincorporación. Es decir, cualquier persona puede ser simplemente despedida, sin motivo alguno.

Cathay Pacific encabeza esta tendencia porque la Autoridad de la Aviación Civil china la presionó directamente. Le dijeron claramente: “Más vale que hagan una limpieza en su casa. No puede entrar en China ninguna persona que manifieste o participe en manifestaciones ilegales. Hagan lo que tengan que hacer”.

La comunidad empresarial tenía tantos motivos para temer la ley de extradición como cualquier otro grupo en Hong Kong. ¿Cuál es la posición de los empresarios respecto a las cinco demandas?

Lee: La reacción de los empresarios [locales] ha sido bastante decepcionante. Se han comportado como secuaces de Pekín al despedir a trabajadores. Solo la Cámara de Comercio de los Estados Unidos dijo algo al iniciarse esta situación.

El nuevo conflicto entre empleadores y asalariados tiene que ver ahora con la libertad política de los trabajadores. La libre empresa no debería permitir que el Partido Comunista dicte cómo llevar los negocios. Sin embargo, lo que están haciendo ahora es abrir la puerta al Partido Comunista. Cabe preguntarse si en el futuro cada empresa deberá contar con un “secretario privado” del Partido Comunista. En realidad, lo autorizan de facto al seguir las instrucciones de China.

El carácter distintivo de Hong Kong se difumina [y cada vez se parece más a China]. Es algo muy negativo para la economía de Hong Kong y para la economía mundial.

Parece que nos encontramos ante una coyuntura crítica, casi a medio camino del año 2047, cuando las libertades de las que goza actualmente Hong Kong, en virtud de la Ley Fundamental, “expirarán”. ¿Cuál es su evaluación de este momento? ¿Nos encaminamos hacia “un punto de no retorno” si no se garantizan ahora las libertades y los valores de Hong Kong?

Lee: En cierto modo, es bueno que todo esto esté sucediendo ahora. Siempre ha habido choques entre los dos sistemas, entre los dos valores. Anteriormente fue la ley antisubversión [2003], luego el movimiento de los paraguas en 2014.

Fundamentalmente, estamos atrapados en un sistema injusto, privado de futuro político... así que es positivo que explote antes de 2047. ¿Se imagina lo que puede suceder en 2047, cuando tengamos aún menos posibilidades de negociación -debido a la Ley Fundamental en su globalidad-, de no oponer resistencia ahora? Resistimos hoy con la esperanza de que la situación mejore en 2047. Es de suma urgencia que luchemos ahora para garantizar el futuro de Hong Kong, de nuestro sistema y de nuestros valores.

* En el territorio de Hong Kong, la libertad sindical está garantizada por la ley.