Que los trabajadores del transporte tengan acceso a instalaciones sanitarias tiene que ver tanto con frenar la covid-19 como con respetar su dignidad

Hoy, 19 de noviembre, se celebra el Día Mundial del Retrete. No es el día más glamuroso del calendario, pero es un día fundamental que nos recuerda que hay miles de millones de personas en todo el mundo que continúan sin poder ejercer su derecho a la salud y al saneamiento.

Este año, en medio de la pandemia de covid-19, el Día Mundial del Retrete adquiere un mayor significado. Mientras que algunos de nosotros aún conservamos nuestros empleos y hemos podido trabajar desde casa, la mayoría de los trabajadores del transporte no han podido permitirse ese lujo. Han trabajado día y noche para mantener al mundo en movimiento, trasportando medicamentos, personal clave, alimentos y otros productos esenciales, para garantizar la continuidad de las cadenas de suministro mundiales.

Al mismo tiempo, la pandemia está exacerbando y dejando al descubierto la falta de acceso a instalaciones sanitarias de los trabajadores. Los baños públicos y los cafés han estado cerrados, y los empleadores han eludido su responsabilidad de proveer servicios adecuados a su personal. Los conductores de camiones que transportan mercaderías por toda Europa ya no pueden utilizar las instalaciones de las paradas de camiones, por lo que han recurrido a la opción de orinar en botellas o en los arbustos. En toda nuestra red mundial, los trabajadores denuncian que se están viendo obligados a “aguantarse” o a deshidratarse intencionalmente para evitar tener que usar un baño. Algunos, incluso, han optado por usar pañales para adultos o hacerse sus necesidades encima en sus puestos de trabajo, por lo que las infecciones urinarias son moneda corriente. Cuando están menstruando, las marinas, que no pueden bajar de los buques de carga debido a las medidas de confinamiento, deben seguir trabajando sin poder acceder a productos de higiene femenina. Entonces, ¿es correcto dar las gracias a nuestros trabajadores esenciales negándoles los servicios esenciales?

Además de ser una ofensa a su dignidad personal, las condiciones insalubres de instalaciones sanitarias inadecuadas hacen que el personal del transporte y el público queden expuestos a un riesgo mayor de contraer enfermedades contagiosas como la covid-19.

Está demostrado que el personal del transporte en todo el mundo, junto con el personal esencial de otros sectores, ha pagado un precio desproporcionadamente alto durante la pandemia, con tasas de contagio y mortalidad considerablemente más elevadas que las de la población general. Solo en Londres, 45 trabajadores del transporte fallecieron a causa de la covid-19. Junto con otras medidas de protección, garantizar el acceso regular de los trabajadores a instalaciones sanitarias privadas, limpias y seguras puede salvar vidas.

Las mujeres y las personas transgénero y no binarias se han visto particularmente afectadas, dado que la falta de aseos neutros o exclusivos para mujeres las deja expuestas a la violencia de género. Asimismo, esto crea una barrera adicional al empleo para las mujeres en una industria que de por sí está dominada por los hombres y que tiene un gran componente de segregación por motivos de género. Y ni hablar de los efectos de la falta de instalaciones sobre la salud mental.

Llamamiento mundial a la acción

Como representante de casi 20 millones de trabajadores del transporte, la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF) está exigiendo que se tomen medidas para garantizar que los trabajadores puedan acceder a las instalaciones sanitarias que les corresponden. En el Día Mundial del Retrete del año pasado, la ITF publicó la Carta por el derecho de los trabajadores y las trabajadoras del transporte al saneamiento, en la que hacía un llamado mundial a la acción dirigido a los Gobiernos, los empleadores y los organismos internacionales respecto del acceso seguro a instalaciones sanitarias decentes en el trabajo. La carta ha cobrado aún más urgencia ahora como instrumento para ayudar a contener la propagación del virus.

El Día Mundial del Retrete constituye una oportunidad para que la ITF les recuerde a las empresas transportistas, los inversores y los Gobiernos la necesidad urgente de contar con instalaciones sanitarias adecuadas para las personas que trabajan en el transporte, las necesidades específicas de las mujeres y del personal transgénero y no binario, y la Carta de la ITF por el derecho de los trabajadores del transporte al saneamiento, que describe en forma resumida las medidas que se necesitan para resguardar su salud y seguridad. Sus recomendaciones son especialmente pertinentes a la luz de la revisión técnica que en este momento está llevando a cabo el Gobierno británico en relación con la ampliación de la accesibilidad y la provisión de baños públicos.

Entre las acciones clave identificadas, tanto los empleadores como los Gobiernos deben desarrollar, con una perspectiva de género, políticas y guías para la prevención de la covid-19 en los lugares de trabajo, con especial atención al acceso por parte de los trabajadores a instalaciones de aseo y sanitarias adecuadas cuando lo necesiten durante la jornada laboral.

Los inversores del sector del transporte deberían, mientras tanto, incorporar el derecho al agua y el derecho a un saneamiento adecuado en los proyectos y los programas de préstamos que están implementando en respuesta a la crisis.

Instamos a los empleadores y a las autoridades competentes a tener en cuenta estas recomendaciones, respetar la dignidad de los trabajadores, y ayudar a reducir la propagación del coronavirus. Los empleadores del sector del transporte —incluidas las empresas de almacenes y logística— deben hacer lo que es correcto para su personal y asegurarse de que, de aquí en adelante, todos sus trabajadores tengan acceso a aseos e instalaciones sanitarias. Con o sin pandemia, el personal del transporte, que mantiene nuestras comunidades en funcionamiento, merece acceder a aseos e instalaciones sanitarias decentes.

Este Día Mundial del Retrete, pensemos un momento en los conductores, el personal de almacenes, los trabajadores de la aviación, los portuarios y la gente de mar que son tan fundamentales para afrontar con éxito la covid-19. Es hora de que sea tomada en serio su necesidad de ir al aseo, su dignidad y su salud.