La construcción de una presa próxima a una reserva de chimpancés en Guinea divide a ecologistas, potenciales ganadores y perjudicados

La construcción de una presa próxima a una reserva de chimpancés en Guinea divide a ecologistas, potenciales ganadores y perjudicados

A pirogue on the Bafing River, a tributary of the Senegal River. West Africa’s waterways are the focus of numerous dam building projects promising to supply electricity to the surrounding areas.

(wikicommons)
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La población de Tougué, ciudad situada a más de 400 km de Conakry, espera ansiosamente la construcción de la represa hidroeléctrica Koukoutamba. Además de la expectativa de los puestos de trabajo que podría generar en la región, se aspira a un suministro de electricidad más fiable para los 140.000 habitantes de esta prefectura. Para erigir esta obra se ha elegido el valle que cruza el Bafing, uno de los afluentes del río Senegal que nace en la prefectura de Tougué. El río Senegal discurre por Mauritania, Malí, Senegal y Guinea para desembocar en el océano Atlántico. En 1972, los cuatro países crearon la Organización para el Desarrollo del Río Senegal (OMVS, por sus siglas en francés) fijándose como objetivo la promoción del desarrollo económico a escala transfronteriza. La organización planea construir su presa más grande en Koukoutamba, lugar donde nace el río.

Con un costo calculado en más de 812 millones de dólares estadounidenses (664 millones de euros), la presa tendrá una capacidad de generación de electricidad de 294 megavatios, de los cuales solo una cuarta parte se destinará a la población guineana y el resto será exportado. Además de la esperada electrificación de la prefectura de Tougué, el proyecto prevé construir una carretera de 150 kilómetros que conecte Labé, la capital regional, con la presa, pasando por la ciudad de Tougué. También se espera que la presa y las estructuras conexas creen, según los promotores del proyecto, un embalse para actividades relativas a la agricultura, la ganadería, la pesca, la navegación y el suministro de agua potable.

Sin embargo, el 26 de diciembre de 2020, CECIDE e International Rivers, dos organizaciones de la sociedad civil publicaron un informe que Equal Times pudo consultar y que desaconseja rotundamente la realización de la presa. Efectivamente, la zona acoge el parque nacional de Moyen-Bafing, una de las últimas reservas para la protección de los chimpancés en África Occidental cuya población salvaje ha disminuido casi un 80% en 25 años. Una asociación ecologista con sede en Alemania, Rettet den Regen Wald e.v. (Salvemos el bosque), ha decidido alertar a la opinión internacional sobre la amenaza que pesa sobre los primates, pero también sobre los leopardos y gran número de especies vegetales. La asociación ha puesto en línea una petición dirigida al presidente guineano Alpha Condé para que cancele el proyecto. Ha obtenido casi 192.000 firmas hasta la fecha.

“En su estado actual, el proyecto planea afectar a una parte significativa del área del parque nacional de Moyen-Bafing y su ecosistema, es decir, el equivalente a 18.000 campos de fútbol”, explica Ibrahima Khalil Bamba, coordinador del proyecto de CECIDE.

“El parque alberga aproximadamente 1.500 chimpancés, una especie en peligro de extinción. Además, el embalse hará necesario el desplazamiento de poblaciones integradas por casi 8.700 personas”, añade.

No obstante, las ONG no solo defienden a los chimpancés. Después de realizar un estudio sobre sus repercusiones sociales y medioambientales, concluyeron que la presa podría hacer más mal que bien a la población guineana. CECIDE e International Rivers estiman que Guinea puede prescindir de la producción de energía de Koukoutamba. “Con la próxima finalización de la presa de Souapiti, Guinea podrá satisfacer su demanda interna de energía en los próximos años e incluso exportar el exceso de electricidad a los países vecinos. Por lo tanto, no se necesita Koukoutamba para satisfacer la demanda de energía de Guinea”, señala el comunicado conjunto.

La presa de Souapiti, una de las principales instalaciones hidroeléctricas de la región ubicada no muy lejos de Conakry, entró en servicio a finales de 2020, lo que le ha ganado las críticas de los defensores de derechos humanos, como Human Rights Watch, debido al desalojo y desarraigo de casi 16.000 personas procedentes principalmente de comunidades pequeñas, pobres y rurales. Es cierto que se ofrece a las familias una solución de realojamiento en otros municipios, aún así, la pérdida de sus tierras ancestrales, garantía de subsistencia alimentaria, afecta a estas poblaciones ya frágiles.

Son todos estos riesgos los que llevaron a ambas organizaciones a dar la voz de alarma con el fin de prevenir “una catástrofe ecológica y humana anunciada”. Lo han hecho para evitar que “los daños que han perjudicado a otras poblaciones que viven cerca de las represas hidroeléctricas en Guinea, tales como Souapiti, puedan producirse de nuevo en esta zona de Koukoutamba”, advierte el informe.

El reto de desarrollar el sector energético

En un país donde el acceso de los hogares a la electricidad alcanzaba solamente el 29% en 2017 y el 3% en las zonas rurales, según información del Banco Mundial, la construcción de presas está siendo promovida como un medio importante para el desarrollo del sector energético, particularmente por el recién reelegido presidente Alpha Condé, quien hizo muchas promesas en este sentido. Más aún cuando Guinea, conocida como el “arca de agua” de África Occidental, cuenta con una importante red fluvial que puede explotarse como una fuente de producción de energía renovable.

En la región de Tougué, el proyecto de la presa goza de un gran apoyo popular y los habitantes no apreciaron el informe conjunto de CECIDE e International Rivers. Acusan a ambas ONG de estar en contra de sus intereses. “Realmente nos sorprende el enfoque de estas dos ONG. Se valen de mentiras para tratar de impedir la realización de este megaproyecto al que aspira la población de Tougué para el desarrollo de su prefectura”, respondió por el intermediario de la prensa guineana Samba Camara, portavoz del movimiento de mujeres y jóvenes para el desarrollo de Tougué, quien a su vez condiciona la conservación del parque a la construcción de la presa. “Deben saber que sin la presa de Koukoutamba, no habrá parque”, advierte.

Ante las amenazas de la población local de desalojar del parque a animales y administradores por igual, se paralizaron las obras a la espera del resultado de las negociaciones, abiertas para calmar los ánimos.

Los ecologistas, que reconocen que Guinea debe mejorar su suministro de electricidad, advierten contra las falsas soluciones. “La presa no les será de ninguna ayuda: dos tercios de la electricidad generada por Koukoutamba serán exportados a los países vecinos y otra parte se venderá a las empresas mineras”, asegura la ONG alemana, que pide al Gobierno guineano centrarse mejor en la energía solar, que resulta mucho menos perjudicial para el medio ambiente y beneficiará más a la población rural.

Los llamamiento de las ONG han tenido repercusiones. El Banco Mundial ya se ha retirado del proyecto y canceló su participación financiera debido al impacto de la presa sobre el hábitat de los chimpancés. De hecho, el Banco contribuyó a protegerlo en 2017 financiando en parte la creación del parque nacional de Moyen-Bafing para compensar las consecuencias del desarrollo de las actividades mineras sobre la fauna salvaje.

Después de la retirada de este apoyo, el Gobierno guineano no renunció al proyecto y, en febrero de 2019, recurrió a China, país que acordó financiar la represa a través del banco Exim Bank. De hecho, es nuevamente una empresa china (la líder mundial Sinohydro) la que realizará la construcción de la presa, como lo ha hecho en la mayoría de las obras de este tipo construidas actualmente en África. Asimismo, hay que tener en cuenta que en Guinea el reto reviste igualmente una dimensión industrial: las minas de bauxita de la región son los principales consumidores de energía. Por lo demás, algunos temen que todas estas obras beneficien esencialmente a las empresas. En un reportaje de la AFP, en octubre de 2020, los residentes en las cercanías de la presa de Souapiti explicaron que seguían sufriendo cortes de electricidad en sus viviendas, pero, en cambio, las explotaciones mineras de las inmediaciones contaban con suministro eléctrico de forma permanente.

Al final de las negociaciones, se llegó a un acuerdo: el parque Moyen-Bafing deberá ser reubicado. Fue el gobernador de la región administrativa de Labé, Madifing Diane, quien anunció la noticia en la radio a mediados de enero. “El conflicto entre los defensores de la fauna y el Estado está completamente resuelto. Los chimpancés serán reubicados. Se les transferirá a zonas que ya están localizadas y que están siendo acondicionadas actualmente”, anunció el principal responsable de la región. Sin embargo, aún no se ha determinado el destino de los 8.700 habitantes que se verán afectados por la obra. Al igual que en Souapiti, temen tener que abandonar sus tierras para desplazarse a otras comunidades.

This article has been translated from French.