E-salud, la tecnología al servicio de la atención médica (de poblaciones vulnerables y más allá)

E-salud, la tecnología al servicio de la atención médica (de poblaciones vulnerables y más allá)

Refugees use their mobile phones as their primary means of obtaining information. Smart phones have a unique potential for sharing health information, collecting data and conducting interventions.

(AFP/Elvis Barukcic)

Cada día cobran más relevancia pública términos como e-health o e-salud que profundizan en cómo las tecnologías digitales y de comunicación están transformando los modelos de atención a la salud. Para la OMS, e-salud se define como el “el uso rentable y seguro de las tecnologías de la información y la comunicación en apoyo de los campos relacionados con la salud y la salud pública, incluida la atención médica, la vigilancia de la salud y la educación para la salud, el conocimiento y la investigación”. La Comisión Europea enriquece el concepto enfocándose en cómo la e-salud resuelve las necesidades de ciudadanos, pacientes, profesionales de la salud, proveedores de atención médica, así como de responsables políticos.

Una de las consecuencias globales de la pandemia de covid-19 ha sido la telematización de actividades cotidianas como ir a trabajar, relacionarse con la administración pública y hasta con el propio médico. “Sin duda se ha abierto un amplísimo campo de posibilidades, que ya se venían desarrollando en la última década, pero que la experiencia de la pandemia ha acelerado en términos del cambio cultural necesario para su adopción, tanto por parte de los profesionales como de los pacientes”, explica Sandra García Armesto, directora gerente del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS).

“Si pensamos los procesos asistenciales como un continuo, centrado en un paciente informado y empoderado, la clave es proporcionar la combinación adecuada de elementos presenciales, elementos no presenciales (síncronos y asíncronos), canales de información y apoyo bidireccionales que permitan al paciente obtener y proporcionar información relevante para su propia atención”, una tendencia camino de consolidarse, asegura García Armesto, doctora en Medicina y máster en Salud Pública.

“Centros líquidos” e internet de las cosas… ligados a la salud

El desarrollo del internet de las cosas, ligado a dispositivos, tanto específicos de tecnología médica (telediagnóstico, telemonitorización…), como de aplicaciones cada vez más ubicuas en dispositivos de uso cotidiano (desde teléfonos inteligentes y tabletas a objetos conectados que se pueden portar –denominados wearables–), capaces de recoger parámetros fisiológicos o de comportamiento, permiten repensar la lógica de los cuidados sanitarios y desdibujar los muros de los centros sanitarios para acercar estos al entorno del paciente.

“Es lo que en Aragón hemos llamado centros líquidos: se trata de la hibridación virtuosa de componentes que necesariamente requieren desplazamiento y encuentro físico entre personal sanitario y paciente y aquellos componentes, con frecuencia de seguimiento y monitorización, que se producen de manera mucho más adecuada mediados por tecnologías de la comunicación o digitales”, desarrolla García Armesto.

“Creo que vamos a asistir de manera inmediata (ya se está produciendo) al florecimiento de una cartera de servicios digitales de salud que acabará naturalizada e integrada en la cartera de servicios de cualquier sistema sanitario”, añade.

Además, la directora gerente destaca dos consecuencias positivas potenciales de esta transformación. Por un lado, la multiplicación exponencial de datos explotables e integrables para convertirlos en información clínica relevante para la atención al paciente concreto. Y, por otro, el aumento de la capacidad de generar conocimiento científico nuevo y promover innovación y nuevos enfoques en el abordaje de las enfermedades, lo que aumentará la efectividad y calidad de los cuidados, así como la eficiencia y equidad del sistema sanitario.

ROSIA, innovación para aumentar la calidad de vida del paciente

ROSIA, acrónimo de Remote RehabilitatiOn Service for Isolated Areas (Servicio de Rehabilitación a Distancia para Zonas Aisladas), es un proyecto europeo centrado en el desarrollo de un modelo de telerrehabilitación para personas que han sufrido ciertas patologías como ictus, infarto, EPOC, reemplazo articular, covid, etc. Estos pacientes viven en entornos, con frecuencia áreas rurales, en los que las distancias al centro especializado de referencia para su tratamiento constituye una barrera para su seguimiento y mejora. Se trata de personas con el perfil potencial para beneficiarse de planes de rehabilitación extensos y personalizados, los cuales les son mucho más accesibles gracias a la tecnología.

“Una de las partes más interesantes del proyecto es que en los seis enclaves que se han elegido para su desarrollo y pilotado en Aragón [España], Coimbra [Portugal] y Dublín [Irlanda], este nuevo servicio de telerrehabilitación viene a insertarse como eslabón de enlace entre los servicios sanitarios y los activos comunitarios desplegados localmente y los hospitales de referencia altamente especializados para garantizar que estos pacientes se benefician de un plan de cuidados integrados de calidad”, desarrolla García Armesto. Con ello, lo que se pretende también es que sea más fácil para el paciente cumplir con una rehabilitación, por ejemplo, gracias al apoyo que recibe de su propio entorno, que permite mantener la motivación y monitorizar estrechamente los resultados.

En un entorno en el que la tecnología evoluciona a gran velocidad, otra función clave de ROSIA, que verá la luz en 2024, es su capacidad para integrar en continuo soluciones nuevas (dispositivos, tecnologías, aplicaciones…). Una vez testadas, serían incluidas en el catálogo disponible para que los profesionales sanitarios puedan recomendarlas a sus pacientes.

Información fiable y personalizada a un clic

Se estima que en 2020, el 3,6% de la población global, unos 281 millones de personas, han tenido que dejar atrás sus países de origen, según recoge el Informe sobre las Migraciones en el Mundo, la publicación más importante de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

¿Pero qué ocurre cuando un paciente no conoce el idioma o sus derechos en el país de acogida? ¿Puede la tecnología ayudar a eliminar barreras y salvar vidas?

A esta inquietud responde HERA. “Sabemos que al huir de tu casa sin nada a un país extranjero en el que no tienes trabajo, sustento y no hablas el idioma, es difícil priorizar la atención sanitaria. Pero las vacunas son la piedra angular de la atención sanitaria y siempre deben ser lo primero”, cuenta Aral Sürmeli, médico especializado en soluciones de salud digitales y móviles en el contexto de las crisis humanitarias y doctorando en salud pública en la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos).

La crisis siria, que es la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, hizo que Sürmeli se involucrara proporcionando atención sanitaria en Estambul y otras ciudades turcas cercanas a la frontera con Siria a través de la Asociación de Rescate Médico, local y sin ánimo de lucro (MEDAK). “Nos dimos cuenta de que los refugiados utilizan mucho sus teléfonos móviles y que estos son su principal vía de obtener información. Los teléfonos móviles no son un lujo, sino una necesidad para estar conectados con sus familias y amigos en todo el mundo”. Observaron cómo el uso del teléfono móvil ofrece una forma única de compartir información sanitaria, recopilar datos o realizar intervenciones. Y así surgió HERA.

Mejorar la salud con aplicaciones para móviles en medio de crisis humanitarias

HERA es una aplicación para teléfonos móviles diseñada para conectar a los refugiados, concretamente mujeres y niños, con los servicios sanitarios disponibles en Turquía. Aunque Turquía ha acogido a 4 millones de personas y la asistencia sanitaria es gratuita, esta cifra pone en riesgo la capacidad de absorción de todos los servicios que se prestan, especialmente la asistencia sanitaria.

¿Cómo funciona? La usuaria se descarga la aplicación y se registra con sus datos. A continuación, si está embarazada, se le hacen preguntas sobre gestaciones previas y sobre la presente, así como sobre su último día de menstruación. Con esa información, la aplicación calcula automáticamente las fechas en las que debe acudir a las citas prenatales (el Ministerio de Sanidad turco recomienda cuatro controles prenatales durante el embarazo). La aplicación le recuerda entonces las citas. Del mismo modo, si el usuario tiene hijos en edad de vacunarse, introduce la información de la fecha de nacimiento en la aplicación. La aplicación calcula automáticamente cuándo tiene que ir el niño a vacunarse (utilizando el calendario de vacunación turco).

“La razón por la que nos centramos en el cuidado de la madre y el niño es porque sus problemas son en su mayoría prevenibles con una asistencia sanitaria de calidad. En el ámbito de la salud pública, la vacunación y la atención prenatal son dos de las intervenciones más eficaces y que salvan vidas”, comenta Aral Sürmeli, creador y director general de HERA Inc.

Además de esta intervención conductual (recordatorios) la aplicación ofrece otras funciones, desarrolladas con la población refugiada y específicas para sus necesidades. Por ejemplo, pueden llamar a una ambulancia o dirigirse al hospital más cercano. También pueden guardar sus historiales médicos para no tener que llevarlos en papel. “Pueden leer sobre sus derechos sanitarios, temas de interés [lactancia materna, etc.]. Además, hemos creado HERA para que sea modular. Podemos añadir nuevas funciones muy rápidamente si es necesario. Por ejemplo, durante la [pandemia de] covid-19, implementamos una función de vigilancia de síntomas que pregunta al usuario cada dos semanas si tiene algún síntoma de covid-19”, añade.

Refugiados… y poblaciones vulnerables de todo el mundo

El objetivo global de HERA es ser una herramienta útil para que otras organizaciones la utilicen en contextos de crisis humanitarias, por eso está construida con código abierto y su uso y reproducción son gratuitos. En Turquía, además de varias organizaciones locales, otras internacionales como Médicos sin Fronteras ya se han interesado en replicarla.

“Estamos en conversaciones con otros países. Grecia, Irak y Nigeria son los más prometedores. Estamos trabajando para adaptar las características de HERA a las necesidades específicas de sus poblaciones. No es necesario que sean refugiados sirios, cualquier población migrante puede beneficiarse de HERA”, apostilla Ayşe Kaşıkırık, coordinadora en HERA desde marzo de 2021 y especialista en igualdad de género, derechos de las mujeres y política social.

“Lo mismo ocurre con países de renta alta, como los Estados Unidos. Hemos estado trabajando con varios hospitales que atienden a trabajadores agrícolas migrantes mexicanos para ver cómo se puede utilizar HERA allí”, concluye esta doctoranda en Ciencias Políticas y de la Administración.

This article has been translated from Spanish.