Los cuidados de larga duración están en crisis y la solución es aumentar el poder de los trabajadores

Si estos dos años de pandemia les han parecido largos, imagínense lo que han sido para los cientos de miles de trabajadores que prestan cuidados de larga duración en residencias de todo el mundo golpeadas por la covid. Cuando el virus comenzó a propagarse en los primeros meses de 2020, los cuidadores, que ya tenían exceso de trabajo, eran ignorados y estaban mal remunerados, de modo que pasaron de tener un trabajo increíblemente difícil a tener uno increíblemente difícil y peligroso.

En el primer año de pandemia, los residentes de hogares para ancianos representaron el 41% del total de fallecimientos relacionados con la covid-19 y cientos de miles de trabajadores de residencias también se infectaron. La Organización Mundial de la Salud estima que, en mayo de 2021, habían fallecido 115.000 trabajadores del sector de los cuidados, incluidos trabajadores que prestaban cuidados de larga duración.

Recientemente leímos una oleada de noticias sobre las condiciones sumamente preocupantes en una residencia gestionada por el principal proveedor de cuidados de Francia: las carencias iban desde un número adecuado de personal a raciones de alimentos y pañales para adultos, con consecuencias trágicas. Estas y otras historias destapadas sobre las residencias, que nos enfurecen y nos rompen el corazón, han puesto todavía más de manifiesto los problemas de larga data de los cuidados de larga duración. Sin embargo, no tiene por qué ser así.

El sistema de cuidados de larga duración, que está roto, puede repararse y el poder de los trabajadores es una parte fundamental de la solución. La pandemia lo ha demostrado.

Durante la primera ola del virus, las tasas de mortalidad fueron más bajas en las residencias cuyos trabajadores estaban sindicados. Y la labor que hemos realizado en UNI Global Union en los meses siguientes ha continuado demostrando que cuando los trabajadores que prestan cuidados de larga duración tienen una voz en el trabajo, los resultados son mejores para todos.

Las residencias con personal afiliado a un sindicato suelen tener trabajadores que están mejor formados y remunerados. Sabemos desde hace bastante tiempo que las tasas más altas de dotación de personal propician cuidados de mejor calidad para los residentes y un mejor entorno laboral. Esto reduce el agotamiento y la rotación de personal, lo que estabiliza la fuerza de trabajo. Los sindicatos también exigen un mayor acceso a los equipos de protección y protocolos de prevención más estrictos. Proporcionan un sistema de controles y contrapesos sobre el terreno para oponerse a las prácticas de empleo abusivas y los abusos contra residentes.

Mejorar las normas

Por este motivo, UNI apoya a los trabajadores del sector de cuidados en todo el mundo, aumenta el poder en el trabajo y hace frente a empresas multinacionales desde hace más de una década. Por ejemplo, en 2017 ayudamos a los trabajadores en Polonia a constituir el primer sindicato en una residencia privada y desde entonces han continuado luchando para conseguir mejores condiciones en el sector de residencias de Polonia.

El mes pasado ayudamos a uno de nuestros sindicatos afiliados, OPZZ Konfederacja Pracy, a lograr un acuerdo con la dirección de Orpea en Polonia que garantiza el acceso a los sindicatos. Este sindicato y sus aliados están presionando para obtener un convenio colectivo sectorial, un paso fundamental para mejorar las normas en las residencias allí y en otros lugares.

Polonia es solo un ejemplo. Desde la República Checa a Chile, pasando por Suiza y Nueva Zelanda, tenemos proyectos activos para brindar apoyo a los trabajadores de países en toda Europa, las Américas y Asia. Esto ha dado lugar a que miles de trabajadores se afilien a sindicatos y se beneficien de la cobertura de la negociación colectiva.

También hemos formado a más de 1.000 delegados sindicales y trabajadores en el sector de cuidados sobre cómo ampliar el poder sindical en el terreno desde el inicio de la pandemia. Gracias a ello se han logrado mejores condiciones y calidad de los servicios de cuidados en estas residencias, pero sigue sin ser suficiente. Es necesario hacer más y un número creciente de actores del sector lo reconocen.

En marzo de 2021, creamos una coalición de más de 100 inversores y fondos responsables que estableció nuevas expectativas para la industria, como niveles de dotación de personal adecuados, un aumento de la negociación colectiva y la representación sindical, una mejora de la salud y la seguridad, salarios dignos y una mejora de la calidad de los cuidados.

Este impulso requerirá la implicación de todos si queremos abordar en 2022 la crisis en los cuidados de larga duración, una crisis que no ha sido provocada por la pandemia, sino que se ha visto agravada por ella. Este impulso requerirá que exijamos soluciones reales a un sistema de cuidados que no tiene controles ni contrapesos. Requerirá aumentar el poder de los trabajadores.