Ricardo Patah de UGT-Brasil: “Para el trabajo del futuro debemos tener un sindicato del futuro”

Ricardo Patah de UGT-Brasil: “Para el trabajo del futuro debemos tener un sindicato del futuro”

Ricardo Patah, president of União Geral dos Trabalhadores (General Workers’ Union, UGT) and the Sindicato dos Comerciários de São Paulo (the São Paulo Trade Workers’ Union).

(União Geral dos Trabalhadores)

A lo largo de la última década el mundo ha sido testigo de la rápida y profunda transformación que se ha producido en el mundo del trabajo y en las relaciones profesionales a raíz del fenómeno de la uberización. Los trabajadores vinculados a las plataformas de servicios, principalmente en el ámbito del reparto y del transporte de personas, realizan actividades sin tener prácticamente ningún derecho ni ningún vínculo contractual, como resultado de lo cual las plataformas digitales establecen unas condiciones que no satisfacen los requisitos mínimos del trabajo decente, según el informe publicado al respecto en 2021 por el proyecto Fairwork Brazil.

Al analizar cinco principios del trabajo decente relacionados con la remuneración, las condiciones de trabajo, los contratos, la gestión y la representación de los puestos de trabajo creados por las seis principales plataformas presentes en Brasil (iFood, 99, Rappi, GetNinjas, Uber y Uber Eats*), Fairwork ha constatado que la mejor puntuación alcanzada por estas empresas es de apenas 2 sobre 10.

Ante esta nueva realidad, el movimiento sindical y los sindicatos han de afrontar el reto de organizar a estos trabajadores, liderando al mismo tiempo una lucha para tratar de garantizar unos derechos mínimos en materia de trabajo decente y de seguridad social. “Actualmente los trabajadores [de las plataformas digitales] de Brasil y del mundo entero son los que más reflejan la precariedad en la relación capital-trabajo”, afirma Ricardo Patah, presidente de la União Geral dos Trabalhadores (Unión General de Trabajadores, UGT) y del Sindicato dos Comerciários de São Paulo (Sindicato de Trabajadores del Comercio de São Paulo).

La UGT, una de las centrales sindicales más importantes de Brasil, ha entablado un diálogo con las plataformas digitales y con otras centrales para tratar de ampliar los derechos y las garantías de los trabajadores de las aplicaciones móviles de reparto.
En esta entrevista con Equal Times, Ricardo Patah habla de las condiciones de trabajo y de los riesgos a los que se enfrentan sobre todo los cerca de 300.000 motoboys del país, según los datos del Instituto de Investigación Económica Aplicada (Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada, IPEA), así como de posibles vías para la organización sindical de esta categoría de trabajadores.

 

¿Podría describir las condiciones de trabajo más habituales y la situación actual en materia de derechos de los repartidores de las plataformas digitales en Brasil?

Desde el punto de vista de empresas como iFood, Rappi y Uber, los trabajadores que prestan servicios a través de estas plataformas no se consideran empleados y, por tanto, no están formalmente protegidos por la legislación laboral brasileña. La relación entre estas empresas y sus “socios” –que es como se les denomina– acaba rigiéndose por un contrato de adhesión conforme al cual el trabajador acepta básicamente las condiciones de uso estipuladas por la empresa y está sujeto a las condiciones establecidas por la misma.

Por lo tanto, no existen los derechos a los que estamos acostumbrados: no se habla de salario mínimo ni de vacaciones pagadas; ni tampoco se habla a priori de seguridad social ni del pago de las horas extras. Estas garantías, contempladas en la CLT (Consolidación de la Leyes del Trabajo, denominación de la ley general de protección social brasileña) para los empleos formales, sencillamente no existen en este universo, e incluso la representación sindical es una cuestión compleja. Desde el punto de vista de estas empresas, al no haber un “empleado” al final de la cadena, las relaciones sindicales clásicas son imposibles.

Las condiciones de trabajo son muy diversas, puesto que hay que tener en cuenta los diferentes perfiles de trabajadores y las actividades que se desarrollan en este ámbito: por ejemplo, el conductor de una app que trabaja en una plataforma como Uber para llegar mejor a fin de mes, frente al repartidor de una app de reparto, como iFood, que utiliza una bicicleta para hacer sus repartos y que vive exclusivamente de este trabajo.

Disponemos de informes sobre unas jornadas laborales agotadoras: hombres, mujeres y menores que trabajan 12 horas diarias o más para sobrevivir. Repartidores que llevan comida a domicilio pero que no pueden comer durante su jornada laboral. Son perfiles muy diferentes, pero si intentamos identificar similitudes, todos ellos trabajan sin un apoyo jurídico adecuado y se encuentran en una situación delicada para dialogar, organizar y negociar.

¿Cómo ha conseguido la UGT organizar a los trabajadores?

La uberización del mercado laboral es una realidad no solo en países como Brasil sino en todo el mundo. SINDIMOTO SP, el mayor sindicato de mensajeros motociclistas de Brasil, afiliado a la UGT, lucha por el reconocimiento de la relación laboral de estos trabajadores. La UGT comprende que esta lucha es importante, pero tenemos que buscar soluciones más inmediatas mientras se mantiene este debate en las esferas judicial y legislativa.

Resulta crucial desarrollar estrategias paralelas para conseguir cuanto antes unas condiciones laborales mejores para estos trabajadores. SINDIMOTO, junto con la UGT, mantiene el diálogo con determinadas plataformas del sector, como iFood. Nos referimos aquí, entre otras cosas, a la creación de programas de cualificación profesional, ofreciendo becas de formación; la puesta en marcha o la mejora de las políticas de protección social (contratación de seguros y cobertura médica); iniciativas para proteger la salud y los ingresos durante la pandemia, etc. Trabajamos juntos en estos ámbitos, concienciando a las empresas y dialogando al respecto para alcanzar soluciones políticas concretas.

¿Es cierto que la reforma laboral promovida en 2017 por el entonces presidente de Brasil, Michel Temer, ha facilitado el proceso de precarización de estos trabajadores?

Debo empezar diciendo que estas aplicaciones no son consecuencia de la reforma. Estas aplicaciones son consecuencia de la cuarta revolución industrial. Así que, con o sin reforma, las aplicaciones, como tal, existirían. Por eso creo que la reforma laboral ha tenido un impacto secundario en este proceso.

En primer lugar, porque la uberización es un fenómeno global y, por tanto, no es exclusivo de Brasil. Uber apareció en Estados Unidos en 2009. iFood, el gigante brasileño que ahora también opera en otros países, como Argentina, México y Colombia, se fundó en 2011. El contexto de las crisis económicas y la propia pandemia, que reduce la actividad económica y provoca un aumento del paro, contribuyen de forma mucho más concreta al aumento del número de trabajadores en estas plataformas.

Por ejemplo, la pandemia triplicó el número de mensajeros en Brasil debido a un aumento exponencial de los pedidos online (mientras muchos trabajadores estaban en casa teletrabajando) y debido también al aumento del desempleo provocado por la crisis económica, el cierre de empresas y la pérdida de puestos de trabajo.
Sin embargo, la reforma laboral también ha tenido repercusiones, aunque haya sido de manera indirecta. La precariedad laboral y la pérdida de ingresos obligan a los trabajadores a buscar formas de complementar sus ingresos, y el debilitamiento de los sindicatos tras la reforma obstaculiza considerablemente el proceso de organización de los trabajadores y la lucha por unas condiciones de trabajo mejores en el mercado formal. Esto, por supuesto, favorece de alguna manera el escenario actual.

Con todas estas demandas y urgencias, ¿cuáles son los retos para la organización sindical de estos trabajadores?

No cabe duda de que hay que contextualizar el mundo en el que vivimos. Incluso ahora que la pandemia está disminuyendo, hay que tener en cuenta muchos de los problemas generados en su contexto, o acentuados por el mismo, como los supermercados con cajas sin trabajadores y otras cosas que nunca hubiéramos imaginado que alcanzarían la dimensión que están adoptando, como es el teletrabajo, el comercio online (que en algunas empresas representa actualmente más del 60% de las ventas) y la expansión de las aplicaciones de servicios, etc.

Estamos debatiendo cómo crear el movimiento sindical del futuro, que es ya el del presente, porque siempre hablamos del empleo “del futuro”, del trabajo “del futuro”, pero no podemos olvidarnos de crear sindicatos vinculados a estas formas de empleo del siglo XXI. Ante unos cambios tan rápidos, el sindicalismo brasileño suele quedarse rezagado a escala mundial. Y tenemos que investigar, desarrollar, debatir y discutir este tema. Esto forma parte de los proyectos de la UGT, porque consideramos que tenemos la capacidad de llegar a determinados trabajadores a través de las redes sociales para llamar su atención y conseguir que se afilien a un sindicato, lo cual sigue siendo uno de los pilares fundamentales de la democracia.

En su opinión, ¿qué puede hacer el movimiento sindical a escala mundial para garantizar un trabajo decente a los trabajadores de las plataformas digitales?

Pues para el trabajo del futuro debemos tener un sindicato del futuro. Nos preocupan ciertas cuestiones de orden general, una de las cuales es luchar y pelear duro. En el caso de Brasil, la lucha es para conseguir una reducción de la jornada laboral [que es de 44 horas semanales], dado que, por lo general, la oferta de trabajo ha disminuido considerablemente. Es decir, la oferta de trabajo tradicional ha disminuido notablemente, incluso con las nuevas profesiones que nos ofrece la propia tecnología. Así que creo que convendría estudiar la reducción de la jornada laboral, además de mejorar la cualificación profesional para que la gente esté preparada para estas nuevas actividades, como en el caso de las aplicaciones móviles.

El mejor escenario sería que los trabajadores de las plataformas digitales pudieran disfrutar de las mismas condiciones que cualquier trabajador del sector comercial o bancario, o sea, estar en una situación formal, con sus horas de trabajo declaradas, con sus derechos registrados en la seguridad social y vinculados al convenio colectivo. Hasta que no logremos y desarrollemos esta cuestión de manera más enérgica, tendremos que buscar alternativas de diálogo con las empresas de las apps, para que juntos consigamos la protección mínima para que los trabajadores puedan tener salud y una vida digna.

Ya hemos comenzado esta labor. Las empresas han empezado a aplicar las mejoras que pedimos; no exactamente como nos gustaría, pero han puesto en marcha un trabajo y tenemos que darle continuación.

This article has been translated from French by Guiomar Pérez-Rendón

* UberEats concluyó su servicio en Brasil en enero de 2022.

Este artículo fue elaborado con el apoyo del sindicato belga ACV-CSC y la Dirección General de Cooperación Belga para el Desarrollo.