Los despidos en el sector tecnológico, ¿reprimirán o impulsarán la sindicalización de sus trabajadores?

Los despidos en el sector tecnológico, ¿reprimirán o impulsarán la sindicalización de sus trabajadores?

Members of the Alphabet Workers Union hold a rally outside Google’s New York office, on 2 February 2023, in response to recent layoffs. Google’s parent company Alphabet announced in January that it will cut about 12,000 jobs globally, citing a changing economic reality.

(Ed Jones/AFP)

Un correo electrónico en mitad de la noche. No hace falta más. Pocos minutos después, te bloquean la cuenta y ya no puedes acceder a tu bandeja de entrada. Tu tarjeta de acceso a la oficina ya no funciona. Te han despedido. Sin que tu jefe te explique la razón y sin poder despedirte de tus compañeros de trabajo o ni siquiera recoger los efectos personales que dejaste en la oficina.

Así es la brutal realidad de los despidos masivos que están afectando a las empresas tecnológicas estadounidenses y europeas desde finales de 2022. Hasta la fecha, compañías como Alphabet (la matriz de Google), Meta (la matriz de Facebook) y Amazon han despedido a más de 120.000 trabajadores, una cifra similar a la población de una ciudad pequeña.

Dichos despidos y su ensañamiento en Estados Unidos (donde la legislación laboral suele ser mucho más precaria que en Europa) han dejado tambaleándose a los trabajadores del sector tecnológico que en los últimos años habían disfrutado de un próspero boom. Los elevados salarios, las amplias posibilidades para teletrabajar y una serie de complementos salariales les permitían llevar un estilo de vida envidiable, aunque a menudo tenían que hacer frente a problemas como el estrés y el síndrome del trabajador quemado relacionados con un entorno laboral sometido a presiones muy altas.

Asimismo, estos despidos ponen en riesgo la incipiente campaña de sindicalización en las grandes empresas tecnológicas. En los últimos años, organizaciones como la Tech Workers Coalition y la Communication Workers of America’s Campaign to Organize Digital Employees habían logrado avances limitados pero evidentes. Dichos avances se dieron al mismo tiempo que unas movilizaciones más amplias de los trabajadores para protestar por cuestiones como el acoso sexual, la falta de diversidad en el sector y el desarrollo de tecnología militar.

Sin embargo, los despidos también podrían tener justo el efecto contrario. Podrían impulsar la sindicalización de los trabajadores de este sector que es sumamente hostil al movimiento sindical.

“Ahora resulta más evidente que nunca el hecho de que, sea cual sea tu salario, si no tienes sindicato no hay forma de que puedas luchar contra los despidos”, asegura Christy Hoffman, secretaria general de la central sindical UNI Global Union, cuyos afiliados estuvieron implicados en la sindicalización de los trabajadores del sector tecnológico.

“Los trabajadores tienen que lidiar con demasiada incertidumbre”

Hasta la fecha, los despidos en Europa han sido menos drásticos que los de Estados Unidos. Debido a una legislación laboral más sólida, Europa ha evitado que las empresas tecnológicas lleven a cabo sus peores excesos, como por ejemplo impedir el acceso de los empleados a las oficinas sin recurso alguno. Sin embargo, la oleada de despidos también está llegando a las oficinas del sector tecnológico del continente europeo en ciudades como Dublín, Berlín y Londres.

En Suiza, los despidos provocaron una reacción y los trabajadores se empezaron a organizar. A mediados de febrero, 250 empleados de la oficina de Google en Zúrich abandonaron sus puestos de trabajo para protestar por los recortes de plantilla, que actualmente se están negociando en esta oficina europea del gigante tecnológico estadounidense.

La huelga fue impulsada por los propios trabajadores, pero el sindicato suizo Syndicom está ejerciendo de portavoz de los empleados por miedo a las represalias.

“El gran problema es que los trabajadores tienen que lidiar con demasiada incertidumbre”, explica Dominik Fitze de Syndicom. “Pero al mismo tiempo, Alphabet sigue obteniendo unas ganancias sin precedentes. El último trimestre registraron unos beneficios de 17.000 millones de dólares estadounidenses. Es absurdo despedir al 6% de tu plantilla [en tales circunstancias]”.

Esta incertidumbre no sólo tiene que ver con los ingresos, afirma Fitze. La oficina de Zúrich emplea a trabajadores ucranianos y rusos con visados de trabajo. A causa de los despidos, los primeros podrían ser enviados de vuelta a una zona de guerra abierta y los segundos podrían acabar siendo reclutados.

En la oficina de Google en Zúrich no hay una presencia sindical oficial, pero la actual iniciativa está basada en ejemplos anteriores de organización de los trabajadores. En 2018 se organizó una huelga parecida, en la que los trabajadores de Google se manifestaron en todo el mundo contra el acoso sexual en la empresa.

Por el momento, los trabajadores de Zúrich tendrán que esperar. Según la legislación suiza, ahora la dirección de Google tiene que asesorarse con un comité de empresa. Después, se anunciarán los despidos. Sin embargo, es posible que este no sea el último intento de organizarse de los trabajadores de Google Zúrich.

“Estamos construyendo una red”, explica Fitze. “Los trabajadores saben que tienen un sindicato con el que pueden contar. No creo que esto se olvide pronto”.

Despidos rentables

Lo que está transmitiendo una enorme sensación de injusticia es que la mayoría de las grandes empresas tecnológicas siguen obteniendo grandes beneficios. El hecho de que estas empresas se estén atreviendo ahora a llevar a cabo despidos masivos ha aumentado las conjeturas sobre las posibles causas.

“Es asombroso que empresas que ganan tanto dinero como Alphabet despidan a sus trabajadores de esta manera”, aclara Hoffman. “La motivación no ha sido el dinero. Ni siquiera se consideraron alternativas para los despidos. Las empresas tecnológicas simplemente se están copiando las unas a las otras”.

Según un artículo publicado en la página web de noticias tecnológicas The Verge, los despidos en las grandes empresas tecnológicas podrían estar motivados por las presiones de los inversores para racionalizar la cantidad de trabajadores tras las contrataciones durante la pandemia de la covid-19. Puede que sus beneficios sigan siendo elevados, pero los ingresos por trabajador en las empresas tecnológicas se han reducido. Esto, unido a las previsiones de una próxima recesión, podría haber impulsado el relato de que los despidos son necesarios, lo que habría provocado que todo el mundo empezara a imitar a los demás.

Sin embargo, podría haber otra razón que va más allá de las finanzas y la economía: someter a una mano de obra agitada. En los últimos años se han disparado los salarios de algunos trabajadores del sector tecnológico (sobre todo de los programadores). Al mismo tiempo, la sindicalización es cada vez más habitual. Es posible que los directivos estén utilizando ahora estos despidos para infundir miedo y restaurar la disciplina en sus centros de trabajo.

“A mí me parece que, en cierta medida, estos despidos intentan contrarrestar los avances que se han conseguido tanto en materia de las subidas salariales como de la sindicalización”, asegura Brian Merchant, escritor especializado en tecnología y autor del libro ‘Blood in the Machine: The Origins of the Rebellion Against Big Tech’ (Sangre en la máquina: los orígenes de la rebelión contra las grandes empresas tecnológicas), que se publicará en breve e investiga en profundidad el tema de los despidos.

“El poder de los trabajadores ha logrado algunos avances pequeños pero reales en el sector tecnológico, tradicionalmente muy hostil a los sindicatos. Estos despidos pueden resultar perjudiciales para la sindicalización”.

Merchant señala que, según lo que le contaron los trabajadores de este sector, los despidos suelen parecer aleatorios y deliberadamente desestabilizadores. Los trabajadores no les ven ninguna lógica. Los despidos se producen al azar y arrasan departamentos enteros sin tener en cuenta las operaciones en marcha. Muchos trabajadores de alto rendimiento que acababan de ser ascendidos fueron despedidos de repente.

“Para los directivos es una forma de decir: ‘Nosotros somos los que mandamos’”, afirma Merchant.

El efecto Musk

Una empresa que podría haber servido de ejemplo para estos despidos es Twitter. Cuando Elon Musk adquirió la compañía en octubre de 2022, inició una campaña de despidos masivos, anteriores a los de otras empresas tecnológicas. Según el último recuento, Musk (que esta semana volvió a generar titulares tras burlarse públicamente de un empleado con discapacidad por preguntar si había sido despedido o no) ha despedido al menos al 70% de la plantilla de Twitter. Las estrategias que utilizó –como los despidos por correo electrónico y prohibir a los trabajadores el acceso a sus oficinas– son parecidas a las que se han empleado en otras de estas empresas.

“Para la mayoría de la opinión pública, la adquisición de Twitter por Elon Musk parece un auténtico desastre”, nos cuenta Merchant. “Pero dentro de Silicon Valley, sigue gozando de su reputación de visionario. Hubo varios casos en los que algunos empresarios e inversores se inspiraron en las medidas de Musk”.

En estos momentos, la gran incógnita para los sindicatos es si los despidos servirán para reprimir la sindicalización de los trabajadores o para impulsarla. Muchos esperan que impere la segunda opción.

“Los despidos incitarán a muchos más trabajadores a afiliarse a sindicatos”, concluye Hoffman. “Estamos en una época en la que los trabajadores quieren que se oigan sus voces. Quieren saber por qué están solos y quieren utilizar su poder para exigir unas mejores condiciones”.

Todavía queda por ver si esto se concretará. Pero lo que queda claro es que los despidos no han conseguido sepultar la cuestión de la sindicalización de los trabajadores del sector tecnológico.

“En el futuro, anticipo un panorama más beligerante entre los trabajadores y los directivos”, advierte Merchant, “lo cual resultará muy interesante, pues tendrán que pagarles grandes sumas a estos trabajadores. Incluso después de los despidos, siguen gozando de una gran demanda. Tendrán una ventaja estratégica y una gran influencia”.