Frente a la arbitrariedad patronal y el acoso reinante, el sindicalismo se implanta en el sector de los videojuegos en Francia

Frente a la arbitrariedad patronal y el acoso reinante, el sindicalismo se implanta en el sector de los videojuegos en Francia

Employees of Ubisoft work on video game development in one of the company’s studios in Annecy, October 2021. In January 2023, around 100 of the French company’s employees went on strike for the first time, supported by the Union of Video Game Workers (STJV).

(Philippe Desmazes/AFP)
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La bandera rojinegra con el logotipo “STJV” llama la atención a medida que la Plaza de Italia de París se va llenando de gente el 31 de enero de 2023, segunda gran jornada de movilización contra la reforma de las pensiones. “¿A qué organización representan ustedes?”, pregunta un hombre con los colores de la CFDT (Confédération française démocratique du travail). “Somos el Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras del sector de los Videojuegos”, responde el portador de la bandera.

El STJV, todavía poco conocido por el gran público y por los actores de los movimientos sociales franceses, no deja de atraer a nuevos miembros desde su fundación en 2017 y ha multiplicado sus actividades en los últimos meses. Ahora cuenta con varias decenas de desarrolladores, diseñadores y artistas gráficos 3D que trabajan para empresas líderes del sector –como Ubisoft, Don’t Nod y Gameloft– y que participan en las manifestaciones contra la reforma de las pensiones.

“El sector de los videojuegos está poco sindicalizado, poco politizado, pero en los últimos años se han dado pasos agigantados”, se congratula Frédéric*, desarrollador y uno de los cofundadores del STJV. Durante mucho tiempo, la industria de los videojuegos fue un sector aparte, prácticamente incompatible con el sindicalismo.

“Es la primera vez que hago huelga”, explica Thomas*, diseñador de la experiencia del usuario, desde el pasado julio, en un estudio parisino. Cuando nació el STJV, él estaba estudiando, pero nada más empezar a trabajar se afilió al sindicato. “En el ámbito de los videojuegos existe una filosofía de neutralidad, un espíritu emprendedor en el marco del cual no se habla realmente de política”, declara.

“Pero lo cierto es que todos nos enfrentamos en algún momento a situaciones de abuso; nuestros jefes no conocen necesariamente la legislación, y el hecho de que se hable de ello ayuda a crear una conciencia colectiva”.

Junto a él, Julia*, de 26 años, diseñadora gráfica 3D, valora muy positivamente la creciente sindicalización del sector. “Es reconfortante saber que podemos contar con el STJV y que la gente empieza a tener esa conciencia. Se organizan acciones, huelgas, y eso permite hablar abiertamente de las condiciones de trabajo”, afirma con satisfacción.

Pierrick*, con 15 años de experiencia en la industria de los videojuegos, ha sido testigo, a lo largo de su carrera, de la evolución del sindicalismo en el sector. Todavía no se ha afiliado al STJV, pero podría dar el paso. “He vivido historias alucinantes durante mi carrera y no había nada para oponerse a aquello. Durante mucho tiempo estuvimos solos en nuestro rincón, padeciendo los mismos problemas, y no teníamos realmente la posibilidad de rebelarnos”, recuerda. “Los sindicatos responden a necesidades reales”.

El STJV se creó hace cinco años, cuando fueron apareciendo en la prensa revelaciones sobre las insostenibles condiciones de trabajo en el sector. Desde entonces el sindicato ha ido creciendo. Su presencia es cada vez más notable en los movimientos sociales que dinamizan los estudios de creación.

La sección de informática del sindicato Solidaires (Solidaires-informatique) fue la que abrió la vía del sindicalismo en la industria de los videojuegos, habiendo secundado varias denuncias contra diversas empresas. Pero el STJV desea mantener su autonomía respecto a las grandes confederaciones. La organización sigue estando exclusivamente dedicada a los trabajadores del sector. Frédéric señala que el STJV está actualmente implantado en la mayoría de los estudios franceses.

“Hubo una transformación en torno a 2015, cuando los problemas de la industria empezaron a salir a la luz pública. Pensamos que, si queríamos funcionar bien como industria, necesitábamos sindicatos”, declara Alex*, desarrollador en un estudio parisino. El camino es largo, porque durante mucho tiempo ha prevalecido el mito del genio creativo, de la mentalidad de empresa familiar, de la entrega al trabajo y de la profesión apasionada. “Todavía tenemos que luchar contra décadas de discursos políticos que denigraban a los sindicatos, afirmando que había que confiar en el jefe”, cuenta Pierre-Etienne Marx, delegado sindical del STJV en Ubisoft.

Primera huelga en Ubisoft

El 27 de enero de 2023, el STJV se asoció a Solidaires-informatique en Ubisoft para organizar una huelga de una tarde, la primera de la historia de este estudio de 37 años. En un contexto de dificultades financieras para la empresa, la chispa saltó a raíz de un correo electrónico que la dirección envió a todos los empleados. Yves Guillemot, director de Ubisoft, anunció “ajustes estructurales”. Y advirtió a los empleados: “La pelota está en vuestro tejado en lo que respecta a entregar a tiempo el line-up [los videojuegos en curso de desarrollo] previsto, con el nivel de calidad esperado…”.

Este cambio de responsabilidades no sentó muy bien a los empleados. “Ubisoft es una gran empresa en la que uno no tiene mucho poder de decisión. La pelota está en vuestro tejado significa ‘yo no tengo nada que ver’. Así se lo toma la gente, como un mensaje de ‘he hundido el barco, apañaos para sacarlo a flote’. ¡Pues no!”, señala molesto Pierre-Étienne Marx.

Un centenar de empleados se declararon en huelga en varios estudios de la empresa en Francia. Reclamaban negociaciones salariales y se oponían a ciertas decisiones estratégicas del grupo, responsable, según ellos, de los malos resultados. Solidaires-informatique y el STJV se opusieron a la decisión de Ubisoft de acceder en 2021 al mercado de los NFT (tecnología que permite adquirir obras de arte inmateriales), considerado por los sindicalistas como una burbuja especulativa. Ubisoft fue contactada para este artículo, pero se abstuvo de opinar sobre la huelga.

En septiembre de 2022, los miembros del sindicato se reunieron ante el pleno anual del estudio parisino Don’t Nod para repartir folletos, con objeto de exigir aumentos salariales y denunciar la sobrecarga de trabajo.

“Lo que se planteaba con mucha frecuencia entre los trabajadores era la falta de consideración hacia nuestros problemas: equipos con poco personal y sobrecarga de trabajo, al tiempo que se multiplicaban los proyectos”.

“Teníamos gente con burn-out o bore-out [síndrome de agotamiento profesional por aburrimiento], claro indicio de la pésima gestión de la producción”, afirma indignada Mathilde*, que se marchó de Don’t Nod. A principios de año se aplicaron aumentos salariales en la empresa, pero no fueron suficientes para el sindicato, que habla de una “victoria a medias”.

Como todos los sindicatos, el STJV propone asistencia jurídica a los trabajadores del sector. Sophie Clocher, abogada especializada en derecho laboral, es una de las asesoras habituales de la organización. En los casos que trata, surgen con regularidad tres problemas: problemas de subclasificación, es decir, hacer trabajar a alguien por debajo de su nivel de competencia; discriminación de la mujer en términos de remuneración; y acoso moral o sexual.

A veces estas tres dificultades se suman. “Uno de los mayores problemas de este sector es la infracalificación, es decir, personas que tienen cinco años de estudios, a veces incluso un diploma de ingeniería, que se encuentran ejerciendo de ‘empleados técnicos’ cuando deberían encontrarse en la categoría de ejecutivos. Así que, automáticamente, están mal pagados”, explica la abogada.

La industria de los videojuegos es un sector muy masculinizado en el que solo el 22% de los trabajadores son mujeres, según el barómetro 2021 del sector, elaborado por el Syndicat national du jeu vidéo, que representa a los empleadores. “Conozco numerosos casos de mujeres que cobran menos que hombres que ocupan el mismo puesto, sobre todo cuando dirigen equipos”, sostiene Sophie Clocher.

Denuncia por acoso sexual institucional

Por último, y este es uno de los temas que más repercusión ha tenido en la prensa, la cuestión del acoso aparece en todos los casos que aborda. “Se dan casos de ambientes extremadamente nocivos, de directivos fuera de control, de insultos en medio de los espacios abiertos, de humor zafio, de acoso sexual, con una negación absoluta de los hechos”, añade la abogada del sindicato. De hecho, el sindicato Solidaires informatique presentó en 2021 una denuncia por acoso sexual institucional contra Ubisoft. Varios directivos acusados fueron despedidos de sus funciones, pero algunos mantuvieron sus cargos.

Marc Rutschlé, representante sindical de Solidaires en Ubisoft, considera que el acoso sexual es un problema estructural en la empresa, y no obra de unos cuantos individuos. Una afirmación confirmada por Sophie Clocher, que habla de una “conducta del acoso”.

Pero Ubisoft es también la punta del iceberg. Francia cuenta con cerca de 700 estudios de videojuegos, con casi 8.000 trabajadores. Aunque no todos se ven afectados por estos problemas –Sophie Clocher aborda una treintena de casos al año–, los pequeños estudios tampoco se libran. “Los grandes estudios tienden incluso a ajustarse más rápidamente a la ley”, afirma la abogada.

Pese a este panorama más bien sombrío, Axel Buendia, director de la École nationale du jeu et des médias interactifs numériques (ENJIM), la única escuela pública de videojuegos de Francia, situada en Angulema, cree que puede producirse un cambio de mentalidad. “A pesar de todo, se constatan avances. Las derivas denunciadas por la prensa se han corregido. No todo está solucionado, pero existe la voluntad de hacerlo mejor”, defiende.

Axel Buendia explica estos cambios especialmente por la necesidad de los estudios de seguir siendo atractivos. “Los estudiantes son cada vez más cautelosos respecto a las empresas en las que van a trabajar. Algunas tienen mala reputación, y este criterio se está teniendo cada vez más en cuenta”, afirma.

El STJV, un joven sindicato hiperactivo, todavía necesita tiempo para dejar su impronta en el sector. La relación de fuerzas se va construyendo poco a poco, empresa por empresa. Aún no se ha entablado diálogo entre el STJV y los representantes de los empleadores del sector de los videojuegos en lo que respecta a cuestiones que podrían afectar a todos los empleados de la industria, como los salarios, las horas extraordinarias o el acoso. La organización patronal de la industria de los videojuegos fue contactada en varios ocasiones en relación a este asunto, pero no ha respondido a nuestras solicitudes de entrevista.

This article has been translated from French by Guiomar Pérez-Rendón

*Los nombres seguidos de un asterisco han sido modificados. La mayoría de nuestros interlocutores han preferido permanecer en el anonimato.

Este artículo se publicó por primera vez el 20 de febrero de 2023 por basta.media}.