Los vendedores ambulantes del estado indio de Meghalaya ganan a pulso nuevos derechos

Los vendedores ambulantes del estado indio de Meghalaya ganan a pulso nuevos derechos

An emergency general body meeting of the Hawkers Association (MGSPHSVA) was held in Shillong, the capital city of the Indian state of Meghalaya, in December 2018, to discuss the arrangement of stalls to decongest markets. The Association, which was formed in June 2016 to campaign for the rights and welfare of the state’s street vendors, holds general body meetings at least twice a year.

(Tarun Bhartiya)

Durante décadas, los vendedores ambulantes de Shillong, capital del estado indio de Meghalaya, han trabajado en el concurrido tramo que va desde Police Bazar hasta Bara Bazar, vendiendo una amplia gama de artículos de primera necesidad a los residentes de clase media baja de la ciudad.

No es un trabajo sencillo para las mujeres, que componen la mayoría de los vendedores ambulantes. Además de la lucha para ganar suficiente dinero, los vendedores tienen que enfrentarse a unas condiciones de trabajo pésimas y a una imagen pública desfavorable. “No teníamos ningún derecho”, señala Imina Kharmuti, una vendedora ambulante de 50 años que vende ropa en el mercado principal de Shillong.

La Ley de vendedores ambulantes (protección de los medios de vida y regulación de la venta ambulante), una ley nacional que entró en vigor en mayo de 2014, tenía por objeto proteger los derechos de los casi 5 millones de vendedores ambulantes de la India. Pero en el caso de Meghalaya, las autoridades estatales mermaron las protecciones introduciendo ese mismo año una ley específica para este estado. Meghalaya pasó a ser el único estado del país con una ley estatal propia para los vendedores ambulantes, con la que pretendía controlar a este grupo de trabajadores.

Sin embargo, tras seis años de lucha encabezada por vendedores ambulantes, activistas y abogados, en agosto de 2022 el Gobierno de Meghalaya decidió derogar la desfavorable ley de este estado de 2014 y adoptar en su lugar la ley central (nacional). “Fue un gran alivio”, señala Kharmuti, madre soltera de cinco hijos.

Kharmuti es también miembro del Comité Ejecutivo de la asociación de vendedores ambulantes Meghalaya & Greater Shillong Progressive Hawkers and Street Vendors Association (MGSPHSVA), establecida en junio de 2016 para hacer campaña por los derechos y el bienestar de los vendedores ambulantes del estado. “Ahora podemos aspirar a tener documentos de identidad adecuados, una zona habilitada para la venta, aseos, instalaciones de agua potable, almacenes y mucho más”, explica Kharmuti. No obstante, su esperanza se desvanece al constatar, más de seis meses después de la adopción de la ley central, los escasos avances en las negociaciones entre las autoridades y la asociación de vendedores en lo que respecta a la aplicación de la normativa nacional.

¿Quiénes son los vendedores ambulantes de Meghalaya?

Según un informe de 2021 del Gobierno indio, Meghalaya está empatado con Assam como quinto estado más pobre del país y como estado más pobre del noreste de la India. En este escenario, muchas personas, sobre todo mujeres, trabajan como vendedoras ambulantes para mantenerse a sí mismas y a sus hijos. La MGSPHSVA cuenta en estos momentos con cerca de 1.500 vendedores ambulantes, más del 80% de los cuales son mujeres pertenecientes a las comunidades indígenas locales: los khasis, los jaintias y los garos.

La mayoría de estas mujeres han recibido poca o ninguna educación, y muchas son madres solteras. Venden una amplia gama de productos, desde alimentos recién preparados, hasta frutas y verduras, así como ropa, calzado, utensilios y demás artículos para el hogar, lo que, después de pagar a sus proveedores, les aporta unos ingresos diarios de entre 300 y 500 rupias indias (entre 3 y 5 euros).

“Son mujeres que están realmente luchando para poder poner un plato de comida en la mesa y dar una educación a sus hijos”, declara Angela Rangad, activista de los derechos de los ciudadanos locales, que ha participado activamente en la lucha de los vendedores ambulantes. “La venta ambulante les proporciona los medios para sacar adelante a una familia y tener un sentimiento de dignidad y autoestima”, añade.

Destacando el papel crucial que desempeñan los vendedores ambulantes en apoyo de la comunidad local, Shane Tabah, secretario de la MGSPHSVA, afirma: “La clase media nos compra de todo, desde verdura hasta ropa”. Tabah, que ronda la treintena y lleva una década vendiendo ropa en la calle, empezó a trabajar a los ocho años como mozo de un puesto de té, después de que su padre abandonara a su familia.

Los vendedores están en el mercado de lunes a sábado, trabajando en ocasiones 12 horas seguidas, y, sin embargo, carecen de las instalaciones más básicas, como abastecimiento público de agua potable, aseos o guarderías. “La ley central recoge planes muy bien pensados, pero los vendedores de Meghalaya [todavía] no se han beneficiado de nada de eso”, señala Rangad.

Una lucha de seis años

La situación de los vendedores ambulantes de Meghalaya era mucho peor antes de la creación de la MGSPHSVA en 2016. Se enfrentaban con regularidad a desalojos violentos. “Los trabajadores municipales se presentaban dos o tres veces al día y se llevaban nuestras cosas”, declara Kharmuti. “Ni siquiera nos las devolvían. Se ensañaban con nosotros”.

Las pérdidas económicas no era lo peor para los vendedores. “Algunos incluso nos pegaban”, señala Kharmuti.

Incitados a actuar ante la difícil situación de los vendedores ambulantes, Rangad y otros activistas publicaron a principios de 2016 un anuncio en un periódico local invitando a los vendedores ambulantes a una reunión para hablar de sus problemas. La reunión dio lugar a la creación de la MGSPHSVA.

“Las mujeres suelen tenerlo más difícil para organizarse que los hombres. Tienen muchas responsabilidades en materia de cuidados”, observa Shalini Sinha, representante en la India de la organización Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando (WIEGO, por sus siglas en inglés), una red mundial centrada en mejorar las condiciones de trabajo de las mujeres del sector de la economía informal.

“Es un gran logro que las vendedoras ambulantes de Meghalaya se unan y formen esta asociación. Muy pocas organizaciones de vendedores ambulantes mixtas han sido capaces de dar espacio y atribuir funciones de liderazgo a las mujeres”, añade Sinha.

Tras los recursos legales presentados por la Asociación, una orden judicial emitida en noviembre de 2016 garantizaba que los vendedores ambulantes no pudieran volver a ser desalojados. Esta fue la primera victoria de la MGSPHSVA.

Desde 2017 no se han producido desalojos, pero el acoso ha persistido de otras maneras. A la Asociación le esperaba una larga batalla en su lucha para derogar la Ley de vendedores ambulantes de Meghalaya de 2014.

Rangad ahonda en el sentimiento social que prevalecía en 2016 y que, en gran medida, perdura todavía a día de hoy. “Hay un sector de la sociedad que quiere centros comerciales, carreteras ensanchadas y aceras despejadas y que considera a los vendedores ambulantes como un obstáculo para hacer realidad esos sueños”, comenta. “Fue también una batalla de percepción pública. Se publicaron artículos en los periódicos que calificaban la venta ambulante como una amenaza”.

Siguieron años de protestas –virtuales y presenciales– así como de presiones legales por parte de la asociación de vendedores. Los vendedores ambulantes recibieron el apoyo de un decidido grupo de abogados y activistas sociales. Pero asistir con regularidad a las vistas judiciales y pasar horas en reuniones con delegados supuso una pérdida sustancial de ingresos para los vendedores.

“Para nosotros era agobiante estar en los tribunales, con todos los procedimientos celebrados en inglés”, explica Theresia Kharsyntiew, vicepresidenta de la MGSPHSVA, que vende utensilios 12 horas al día, seis días a la semana. Esta madre de dos hijos habla principalmente khasi (la lengua local) y un poquito de hindi.

Tras la victoria, el largo camino hacia la aplicación

Tras seis largos años de constantes protestas y batallas legales por parte de MGSPHSVA, en agosto de 2022 el Gobierno estatal derogó la Ley de vendedores ambulantes de Meghalaya de 2014 y adoptó seguidamente la ley nacional.

“El éxito de la asociación constituye un paso enorme en términos de visibilidad y representación para los vendedores ambulantes”, afirma Sinha. “Se trata de algo que sucede en muy pocos sitios, y supone efectivamente un gran logro. Pero aún queda un largo camino por recorrer para garantizar la aplicación efectiva de la ley central”.

La ley nacional estipula, entre otras medidas, la creación de un Comité de Venta Urbana compuesto como mínimo en un 40% por los propios vendedores ambulantes, garantizando de esta forma su participación en todos los asuntos. Para evitar la congestión y el hacinamiento, la ley central también contempla limitar la capacidad de acogida de vendedores de una ciudad al 2,5% de su población, lo que permite calcular el número máximo de vendedores. También aborda diversas cuestiones administrativas, como la expedición de licencias de venta.

La MGSPHSVA ya ha presentado al Gobierno estatal diversos proyectos de normas y disposiciones relativas a la aplicación de la ley central, en particular el cálculo de la capacidad (de venta ambulante) de las ciudades y la identificación de las zonas de venta en las mismas.

Rangad, que lleva varios años interactuando estrechamente con los vendedores, está asombrada por la fuerza y resiliencia que tienen. “Sus vidas están repletas de luchas, pero su espíritu no se doblega”, subraya. “Durante el proceso legal sintieron miedo, pero jamás tuvieron sensación de derrota”.

Los seis años de lucha han aportado a los vendedores muchas lecciones de vida y experiencias nuevas. “Antes de 2016, nadie nos recibía. Teníamos que esperar horas en las oficinas del Gobierno únicamente para presentar nuestras peticiones”, afirma la enérgica Kharmuti. “Ahora que formamos parte de la Asociación y conocemos la ley, nos reciben de inmediato. Nos dan la bienvenida en las mismas oficinas y nos ofrecen asiento”.

Nash Tysmans, organizador para Asia de StreetNet International (una alianza mundial de organizaciones de vendedores ambulantes), comenta la relevancia de los acontecimientos que se han producido en Meghalaya: “El caso de Meghalaya es una importante demostración de organización y movilización de vendedores ambulantes en defensa de sus derechos como trabajadores. Si ellos pueden, otros también pueden. Es importante que difundamos más historias de este tipo y que aprendamos de las experiencias de los demás para combatir el estigma y el acoso que sufren los vendedores ambulantes”.

El camino a seguir

Pese a la aprobación de la ley nacional hace más de seis meses, las negociaciones entre las autoridades y la MGSPHSVA en lo que respecta a su aplicación han avanzado más bien poco. Las autoridades municipales de Shillong han solicitado a la MGSPHSVA los nombres de cuatro vendedores, para que formen parte de un Comité de Venta Urbana temporal. Según Tabah, todavía no ha habido avances respecto a la encuesta a los vendedores, y los debates sobre la nueva normativa se tuvieron que interrumpir por las elecciones estatales que se celebraron el 27 de febrero de 2023.

Kharmuti espera que las autoridades realicen lo antes posible la encuesta estipulada en la ley central, para que los vendedores estén correctamente identificados antes de que se empiecen a expedir las licencias de venta.

“Cualquier nueva medida –desde la retirada puntual de la basura por parte de las autoridades municipales, hasta la creación de guarderías– es muy importante para nosotros”, señala Kharsyntiew. De momento, los vendedores ambulantes están pagando de su bolsillo el servicio de retirada de basura de sus zonas de actividad.

Tabah espera que el Gobierno estatal ceda terrenos de sus extensas propiedades para que se pueda crear una zona de venta y no se siga culpando a los vendedores ambulantes de bloquear calles y aceras. “Seguiremos recordando al nuevo Gobierno estatal las normas recogidas en la ley central”, afirma. “Seguiremos luchando por los derechos de los vendedores ambulantes y de las mujeres. Nosotros también tenemos derecho a ganar dinero y a comer, como todo el mundo”.