La cultura europea amenazada por la crisis de la deuda

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Desde las bibliotecas británicas a los estudios cinematográficos portugueses y los museos griegos, los recortes a las subvenciones gubernamentales han afectado duramente a las instituciones culturales de toda Europa.

Sin embargo, el sector cultural y creativo es cada vez más importante para la economía de la Unión Europea, pues emplea a 8,5 millones de personas en las 27 naciones de la unión.

 

Con muchas de sus industrias tradicionales sufriendo la competencia de las economías emergentes y el desempleo situado en niveles sin precedentes, los sectores que en Europa todavía tiene ventajas competitivas, como el diseño, el patrimonio, la música, el cine y la televisión, podrían ayudar a impulsar la maltrecha economía de la UE.

En pleno periodo de recortes gubernamentales, la Comisión Europea aprobó el miércoles varias propuestas para fomentar las industrias culturales y creativas.

"Estos sectores son muy importantes para la Unión Europea", señaló Androulla Vassiliou, Comisaria Europea de Educación y Cultura, al anunciar la nueva iniciativa.

"Constituyen aproximadamente entre el 3,3 y el 4,5% del PIB y generan efectos económicos indirectos, como la innovación, el desarrollo de capacidades y la regeneración urbana".

La nueva estrategia tiene como objetivos mejorar el acceso de las pequeñas empresas creativas a la financiación privada y a las garantías a la exportación, ofrecer apoyo para la distribución cinematográfica transfronteriza y fomentar el desarrollo de la edición digital.

En otras medidas se prevén mejoras en la protección de los derechos de la propiedad intelectual y el fomento del acceso a la formación profesional.

La Comisión propuso la creación de un fondo de 1,8 mil millones de € llamado "Europa Creativa" como parte del periodo de financiación de siete años de la UE que se iniciará en el 2014.

Sin embargo, el órgano ejecutivo de la UE ya se está enfrentando a una férrea resistencia por parte de algunos Estados-miembro, liderados por Alemania y Gran Bretaña, que quieren recortar las propuestas de gastos totales de la UE.

Incluso si se aprueba, resulta poco probable que la estrategia de la Comisión tenga mucho impacto a corto plazo sobre la crisis en el sector artístico, pues los Gobiernos que aplican programas de austeridad siguen recortando los fondos destinados al arte.

En España, este verano, una oleada de protestas organizadas por artistas no consiguió convencer al Gobierno conservador de que desechara su plan de aumentar los impuestos sobre las entradas para eventos culturales del 8 al 21%.

Además de los recortes en subvenciones, los artistas españoles temen que los impuestos constituyan el golpe de gracia para numerosas empresas de ocio, lo que significaría la pérdida de miles de puestos de trabajo.

"A los efectos propios de la crisis se suma esta subida del precio final, que dificulta la progresión industrial del sector cultural, clave para el país", afirmó la Sociedad General de Autores y Editores de España (SGAE) en unas declaraciones vertidas el 29 de agosto.

"Pero, además, limita el acceso a esa oferta cultural por parte de las familias menos favorecidas, propiciando la brecha social”.

Los trabajadores y trabajadoras de Cinecittà en Roma llevan en huelga desde el verano para salvar a los famosos estudios cinematográficos que se privatizaron en la década de 1990 y se enfrentan a cuantiosas pérdidas, en parte debido a la falta de apoyos estatales y a la competencia de los rivales extranjeros que reducen los precios.

A pesar de estos problemas, el sector cultural ha resistido el impacto de la crisis económica mejor que otros sectores.

 Según datos de la UE, más europeos trabajan en el sector creativo que en la minería, los servicios financieros, la administración pública o las industrias del agua y la electricidad.

El sector también se considera un importante catalizador para fomentar una innovación que puede tener un mayor impacto en otros sectores, como el turismo, la industria manufacturera, la educación y la planificación urbanística.

Sin embargo, Europa se enfrenta a una competencia cada vez mayor en el sector cultural por parte de países como China, India y Corea del Sur, lo cual podría socavar su ventaja creativa.

Mientras las subvenciones al sector artístico europeo caen en picado, la inversión pública china en el sector ha aumentado un 23% al año desde el 2007 y su actual plan de cinco años tiene como objetivo aumentar hasta más del doble la cuota del PIB que destina a este campo hasta alcanzar el 6% en el 2015.