El gigante petrolero anglo-neerlandés Shell compareció ante un tribunal de los Países Bajos el miércoles, para responder de las alegaciones presentadas por cuatro campesinos nigerianos, quienes afirman que la compañía es responsable de daños medioambientales ocasionados en la región del Delta del Níger.

Los demandantes, apoyados por Amigos de la Tierra Países Bajos/Milieudefensie, alegan que tres derrames de petróleo distintos, que datan de 2004, han destruido sus medios de subsistencia.

La audiencia del caso tiene lugar ante un tribunal local en La Haya, donde se encuentra la sede mundial de Shell, ya que miles de causas legales similares que han tenido lugar en Nigeria resultaron infructuosas.

Shell intentó argumentar que su subsidiario nigeriano (SPDC) era legalmente responsable de los daños causados, pero en una decisión histórica, los tribunales neerlandeses aceptaron hacerse cargo del caso.

Además de una cantidad no especificada como compensación, los cuatro demandantes – cuyos medios de subsistencia en tanto que agricultores y pescadores se vieron destruidos por los derrames de crudo – quieren que Shell limpie la contaminación ocasionada por sus derrames, y proceda a reparar y mantener adecuadamente sus oleoductos para evitar que se produzcan otros incidentes.

Pero Shell aduce que los daños fueron causados por aprovisionamiento ilegal de combustible y actos de sabotaje, y que la inseguridad reinante en la región les impidió completar las operaciones de limpieza.

Por primera vez en la historia, una empresa europea comparece ante un tribunal neerlandés por el daño provocado en el extranjero, lo que podría sentar un precedente a nivel internacional.

“Este caso judicial tendrá repercusiones sin precedentes para las empresas multinacionales en todo el mundo, especialmente para las empresas europeas”, declaró Geert Ritsema, de Amigos de la Tierra Países Bajos/Milieudefensie.

“Debido al mal mantenimiento de los oleoductos y de las fábricas, Shell permitió que se vertieran decenas de millones de barriles de petróleo en el Delta del Níger, lo que tuvo consecuencias desastrosas para la población y el medio ambiente locales.

”La gigante petrolera anglo-holandesa ahora debe detener la contaminación, pagar los daños y perjuicios provocados y evitar que ocurran futuros derrames de petróleo”, agregó.

Nigeria es el mayor productor de petróleo de África y el octavo en el mundo, aunque el descubrimiento de petróleo por parte de los británicos en los años 1950 ha ocasionado multitud de problemas socio-económicos.

El Delta del Níger es el centro neurálgico de la industria petrolera en Nigeria, pero la riqueza obtenida apenas ha llegado con cuentagotas a la población local.

Según la Oficina Nacional de Estadística de Nigeria, cerca de 100 millones de personas viven con menos de 1 USD al día, y el porcentaje de nigerianos que subsisten en la más absoluta miseria aumentó hasta alcanzar el 60,9 por ciento en 2010, frente al 54,7 por ciento en 2004.

El Delta del Níger representa además uno de los mayores ecosistemas costeros marinos y de humedales del mundo; millones de personas dependen de sus riquezas naturales para aprovisionarse de alimentos, agua y trabajo, y décadas de daños medioambientales han tenido un impacto tremendo sobre los pobres en las zonas rurales.

El año pasado, un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente culpaba al Gobierno nigeriano, a las compañías petroleras multinacionales y a Shell en particular, por 50 años de contaminación petrolífera que ha devastado la región de Ogoni en el Delta.

El ecologista nigeriano Nnimmo Bassey, recientemente galardonado con la edición 2012 del Premio Rafto de Derechos Humanos, y que preside Amigos de la Tierra Earth Nigeria/Environmental Rights Action, comentó al respecto: “Los nigerianos deben demandar a Shell en los Países Bajos para obtener justicia.

“Contaminan impunemente, destruyen el sustento e impiden la disidencia. Es deplorable”.

Está previsto que la causa dure un día. Los abogados de ambas partes presentarán sus argumentos antes de que los jueces se retiren para considerar el veredicto, que se espera sea dictado a finales de este año o principios del próximo.