Para un desarrollo real es necesaria una participación real

 

Brian Atwood fue presidente del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE hasta finales del 2012.

Además, es un reconocido experto sobre desarrollo y un diplomático en el ámbito internacional.

Al cambiar el enfoque del CAD de la "ayuda al desarrollo" al "desarrollo eficaz", ayudó a iniciar una revolución cultural en el sector, apoyando la integración y la cooperación en lugar de las estrategias de desarrollo basadas en los donantes.

El principal cambio en las políticas de desarrollo tuvo lugar en el 4º Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda, celebrado en Busán (Corea del Sur) a finales del 2011.

El acuerdo de Busán fue aclamado como un nuevo manifiesto del desarrollo, con nuevos criterios y pautas sobre la ayuda.

Equal Times entrevistó al Sr. Atwood para descubrir cómo están cambiando las políticas de desarrollo.

 En su opinión, ¿cuáles fueron los principales logros de Busán? 

Creo que el principal aporte del acuerdo de Busán reside en que utilizaremos como postura por defecto los sistemas nacionales [el uso de, entre otros elementos, los propios sistemas administrativos de un país para suministrar la ayuda].

Y si no podemos usarlos, tenemos que intentar ayudar a dichos países a desarrollar sus capacidades.

Además, creo que la sociedad civil y las inquietudes que ésta manifestó desempeñaron un papel muy importante; la mayor parte de dichas inquietudes se reflejaron en el acuerdo.

La más significativa fue la que hizo hincapié en que si hablamos de “apropiación nacional” se trata de una apropiación por parte de la sociedad y no de los gobiernos.

Por supuesto esto implica a todos los elementos de la sociedad civil, incluidos los sindicatos.

 

¿Qué opina sobre la participación y colaboración de China en este proceso?

China refrendó el acuerdo.

Este país se encuentra en plena transición, pero esperamos que participe.

Creo que el comité directivo también tendrá que decidir si invitará a China, India y Brasil (las tres mayores economías emergentes) para que sean observadores en un principio.

Luego, una vez hayan visto que se trata de un buen lugar para compartir información y dialogar, esperamos que estén de acuerdo en, quizá, incluso asesorar al comité directivo en un futuro.

 

Después de Busán ha habido un alejamiento del concepto de “ayuda”. ¿Qué relevancia tiene dicho concepto hoy en día?

Bueno, no me gusta la palabra “ayuda” porque implica cierto tipo de paternalismo.

Sin embargo, creo que el alejamiento del concepto de ayuda se trató más de aceptar que algunas otras políticas gubernamentales también influían negativamente en el desarrollo.

Por ejemplo, en el caso de las subvenciones a la agricultura.

Creo que el acuerdo de Busán nos mostró que debemos analizar las políticas nacionales y el impacto que tienen en el desarrollo.

Opino que hemos cambiado a una alianza, a una cooperación para el desarrollo y a una mayor coherencia política.

Todos estos temas se debatirán en la Alianza Mundial [el octavo Objetivo de Desarrollo del Milenio].

 

¿Cree que debería existir algún tipo de marco regulador para que los socios rindan cuentas?

El grupo de trabajo delimitó diez áreas principales que controlaremos constantemente y para las que crearemos indicadores.

Además, también realizaremos controles para la alianza mundial.

Este tipo de datos ejercerán presión, al menos eso es lo que esperamos.

Seguiremos analizando esos indicadores globales y a los países uno por uno para averiguar si la gente está usando los sistemas nacionales, qué resultados han obtenido y cómo ha ayudado el acuerdo de Busán a que los países se centren en sus estrategias de desarrollo.

 

¿Hasta qué punto será vinculante o voluntario?

Fundamentalmente, los acuerdos que hemos alcanzado sobre estos asuntos no son vinculantes.

Resulta muy difícil obligar a los Estados soberanos a que se comprometan.

En el comité del sistema de desarrollo realizamos revisiones paritarias cada cinco años que ponen en evidencia a estos países si no están cumpliendo los acuerdos y luego les sacamos los colores públicamente. Esa es una forma de presión. Creo que la Alianza Mundial seguirá ejerciendo esa presión, ya que obtendremos la información directamente de los socios.

 

¿Hasta qué punto podemos afrontar el desafío de la democracia y el desarrollo si tenemos en cuenta los derechos humanos?

Eso forma parte de la Declaración del Milenio. El problema es que los países interpretan esto como quieren. Existen pruebas de que los ciudadanos de algunos países no pueden participar plenamente en el desarrollo de su nación y no se pueden lograr los resultados del desarrollo. Por tanto, los países que violan los derechos humanos y no permiten la participación plena de sus ciudadanos (en organizaciones de la sociedad civil como los sindicatos o asociaciones) no podrán lograr sus objetivos del desarrollo. Existen claras pruebas que lo demuestran. Otro asunto es que se pueden lograr los resultados del desarrollo a corto plazo utilizando métodos autoritarios, pero a largo plazo no se puede mantener este tipo de progreso, por lo que son necesarias medidas de protección democráticas, hay que animar a los ciudadanos a que se conviertan en emprendedores, a los trabajadores/as a que se organicen y permitir la creación de otras asociaciones en la sociedad civil.

 

¿Cómo describiría el papel que han desempeñado los sindicatos en las políticas de desarrollo?

A lo largo de la historia los sindicatos han desempeñado un papel sumamente importante, no solo luchando a favor de los derechos laborales, los salarios y el empleo, sino también a favor de la protección de todos los ciudadanos de la sociedad, a través de mejores medidas y una mejor educación.

En muchos casos han sido la fuerza que ha propiciado el cambio democrático.

Tan solo lamento que se hayan debilitado en cierta medida (como por ejemplo en EE.UU), principalmente debido a la importancia del dinero en la política.

Cada vez es más difícil que los sindicatos recauden fondos como lo hacen las grandes empresas y ejerzan su influencia en la política.