¿Podría una subida de los sueldos alemanes ser el antídoto contra la austeridad?

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Quizás el Gobierno alemán sea el principal arquitecto de las políticas de austeridad de Europa, pero en el interior del país cada vez son más los llamamientos que se pronuncian a favor de una política económica más expansionista para reactivar el lento crecimiento doméstico y rescatar a los socios de la eurozona afectados por la recesión.

[caption id="attachment_5728" align="alignnone" width="530"]Los expertos alemanes dicen que unos incrementos salariales del 4% o más podrían ser una panacea para las predicciones de débil crecimiento para 2013 (AP Foto/ Patrick Sinkel/dapd)

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Los sindicatos, y un número cada vez mayor de economistas, están reclamando la subida de los sueldos después de años de moderación, afirmando que unos incrementos salariales mayores en 2013 podrían ser fuente de múltiples beneficios, desde el aumento de los ingresos fiscales hasta una mayor demanda del consumidor.

“Por motivos relativos a la estabilidad europea y alemana, en los dos próximos años convendría que los sueldos alemanes aumentaran un 4% o incluso algo más”, explicaba a la prensa este mes en Berlín el Catedrático Gustav Horn, director del Instituto de Macroeconomía y Coyuntura (IMK) de Alemania.

En un informe publicado por el IMK el 7 de enero se pide que Alemania y otros países de la eurozona se replanteen sus políticas de austeridad.

"No se van a poder lograr progresos sustanciales a la hora de abordar la crisis en la zona euro a menos que las políticas económicas de los Estados miembros de la UE en 2013 dejen de imposibilitar el crecimiento y adopten una vía que fomente el crecimiento”, concluye el informe.

"Esto exige terminar con los programas de austeridad más rigurosos de la cuenta."

Al tiempo que se pone en marcha una nueva ronda de negociaciones colectivas, los sindicatos alemanes están decididos a presionar por los mayores incrementos salariales en años.

El sindicato ver.di, que representa a los trabajadores y trabajadoras del sector público, está reclamando este año subidas salariales del 6,5%, y también se espera que otros sindicatos presionen con fuerza para que los empleadores acuerden unos aumentos significativos.

Los responsables de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB) dicen que el hecho de incrementar los salarios generaría mayores ingresos públicos a partir de los impuestos sobre la renta y sobre las ventas.

También supondría la activación de la economía gracias a una mayor demanda, reduciendo los gastos de las pensiones públicas al permitir a los trabajadores ahorrar más dinero y reducir la necesidad del gasto social en los denominados “trabajadores pobres”.

Aunque durante la crisis a Alemania le ha ido mejor que a la mayoría de los países de la eurozona, el país no ha salido inmune.

Las cifras publicadas el martes muestran que el año pasado el crecimiento fue de apenas 0,7%, inferior al 3% que se registró en 2011.

De hecho, en el cuarto trimestre la economía se contrajo un 0,5%.

Las predicciones para este año hablan de un crecimiento más débil que oscila entre el 0,5 y el 0,9%.

Alemania ha podido disfrutar de ese crecimiento gracias, en gran parte, a las exportaciones más allá de la eurozona – como por ejemplo las ventas record que BMW registró en Asia el año pasado.

Sin embargo los economistas creen que es preciso esforzarse más para estimular la demanda doméstica en Alemania y en otros mercados europeos.

 

Estímulo

Peter Bofinger, miembro del Consejo Alemán de Expertos Económicos que asesora al Gobierno, ha solicitado un incremento salarial del 5% en la industria alemana, alegando que el poder adquisitivo añadido estimularía el crecimiento a nivel nacional y potenciaría la demanda de importaciones procedentes de países del sur de Europa que se encuentran en una situación más problemática.

Los beneficios, dice, superarán cualquier riesgo de inflación a corto plazo – el tradicional fantasma de los economistas alemanes.

"Durante las negociaciones salariales no podemos seguir actuando como si estuviésemos viviendo en una isla” – fueron las palabras de Bofinger citadas este mes por el semanario Der Spiegel.

"Podemos elegir entre dos alternativas desagradables: o bien una inflación temporalmente más alta en Alemania, o bien una deflación en el sur de Europa."

La DGB también está presionando para que Alemania se ajuste a la mayoría de los demás países europeos con la introducción de un salario mínimo legal.

Los delegados sindicales citan un estudio reciente en el que se calcula que la introducción de un salario mínimo de 8,50 EUR por hora podría aportar en un año 7.000 millones EUR extras a las arcas del Gobierno.

El Parlamento alemán está considerando un proyecto de ley para introducir un salario mínimo nacional, pero los partidarios del mismo temen que no haya muchas esperanzas de que sea aprobado antes de las elecciones generales que se celebrarán en septiembre.

A día de hoy, las reglas de salario mínimo nacional sólo existen en determinados sectores, como la construcción y la atención médica.

Este año los convenios colectivos que cubren a unos 12,5 millones de empleados van a ser objeto de re-negociación, y se espera que la cuestión de los salarios surja bastante antes de las elecciones de septiembre.

El asunto ya se está templando. Más de 7.000 trabajadores de E.on, la mayor empresa alemana del sector energético, se han unido a los avisos de huelga del lunes, en apoyo a los demandas de un incremento salarial del 6,5%. La dirección ofrece un 1,1%, diciendo que no puede permitirse más debido a las reducidas ganancias.

Los representantes sindicales indican que eso significaría una disminución de las rentas reales, y han amenazado con convocar una huelga nacional indefinida.