Valentin Urusov – sindicalista ruso mártir

A pesar de haber permanecido casi cuatro años y medio en una colonia penitenciaria en Siberia oriental, no puede decirse que Valentin Urusov sea especialmente conocido por el público en general.

A diferencia de sus compañeras presas de consciencia del colectivo ruso Pussy Riot, su nombre apenas aparece mencionado en los medios de comunicación de masas, y Madonna, la reina del pop, todavía no ha hablado en contra de su encarcelamiento.

Pero Urusov, que ha sido recientemente nominado para el Premio Internacional Arthur Svensson de Derechos Sindicales, es víctima de una violación de los derechos humanos de lo más flagrante.

Minero y dirigente sindical procedente de Yakutia, en el noreste de Rusia, fue condenado a seis años en una colonia penitenciaria por acusaciones falsas de tráfico de drogas.

La realidad es que Urusov se encuentra entre rejas por haber defendido los derechos de los trabajadores.

Su suerte ilustra uno de los ejemplos más vívidos de la confrontación que existe en Rusia entre los trabajadores, las grandes corporaciones y la política.

Urusov trabajaba como cableador eléctrico en una fábrica de procesamiento de minerales propiedad de Alrosa, una empresa estatal rusa dedicada a la explotación minera de diamantes – y una de las mayores del mundo.

Líder inteligente y persuasivo, Urusov presidía Profsvoboda, un pequeño sindicato independiente creado en Udachny en junio de 2008, que encabezó las protestas de los trabajadores.

Los trabajadores protestaban por los bajos salarios y las pésimas condiciones laborales: horas extras no remuneradas, equipos viejos, entornos laborales peligrosos y problemas de salud crónicos.

A mediados de agosto del mismo año, los trabajadores de los talleres de la mina de Udachny anunciaron una huelga de hambre, cuyo correspondiente aviso formal fue recibido y registrado por la dirección.

El director de la empresa firmó una orden por la que se establecía una comisión de reconciliación para resolver la cuestión del salario de los trabajadores.

Supuestamente, Profsvoboda representaría a los trabajadores en dicha comisión, y al día siguiente el sindicato suspendió la huelga.

No obstante, a pesar de sus promesas, Alrosa no sólo no hizo el mínimo esfuerzo por entablar unas negociaciones de verdad sino que impuso toda una serie de medidas enérgicas contra los activistas sindicales. La respuesta de los trabajadores fue prepararse para una concentración de protesta a gran escala.

 

Arresto

A principios de septiembre de 2008, Urusov fue detenido bajo sospecha de posesión de narcóticos.

Su arrestó coincidió casualmente con los preparativos para la concentración de protesta que estaban llevando a cabo los trabajadores de Alrosa – concentración en cuya organización participaba el propio Urusov.

También “por casualidad”, el subdirector de seguridad económica de la empresa estaba presente como testigo oficial cuando las drogas fueron supuestamente encontradas en la persona de Urusov (la presencia de este tipo de testigos es una formalidad requerida por la ley rusa durante los registros policiales).

En una declaración presentada por su abogado, Urusov describe su arresto como un secuestro durante el cual fue además objeto de maltratos y amenazas.

Los hombres que arrestaron a Urusov le forzaron a redactar una declaración confesando que el paquete de droga que le habían colocado le pertenecía realmente. Dijeron que si se negaba a hacerlo le matarían.

Además exigieron que Urusov confesara que su representante en el sindicato fue quien le había entregado el paquete. Se trata de un plan ideado para destruir por completo la cúpula del sindicato. No obstante Urusov se negó a dar falso testimonio contra su compañero.

“Las acusaciones contra Urusov se basan en el testimonio de agentes del orden público y de testigos parciales”, explica el abogado de Urusov.

“La firma en el protocolo que documenta la confiscación del paquete de narcóticos fue obtenida a base de humillaciones y amenazas.

Urusov fue llevado a un bosque donde le dispararon varios tiros cerca de la cabeza, le golpearon con porras y le dijeron que debía prepararse para morir.”

En diciembre de 2008, el Tribunal del distrito de Udachny condenó a Urusov a seis años de cárcel.

Su condena fue brevemente suspendida en mayo de 2009, pero tras un nuevo juicio celebrado en junio del mismo año, volvió a ser enviado a la cárcel con una reducción de condena de un año.

En mayo de 2010, el agente de la policía que estuvo encargado del arresto de Urusov, el Teniente Coronel Sergei Rudov, fue a su vez arrestado y condenado por fraude y abuso de poder.

Se le acusaba de haber recibido 2,5 millones de rublos (80.000 USD) de Alrosa poco después de haber arrestado a Urusov.

 

Campaña

La Confederación del Trabajo de Rusia puso en marcha una campaña internacional para conseguir la puesta en libertad de Valentin Urusov.

La campaña se ha convertido en una de las cuestiones más apremiantes de la agenda de los sindicatos libres de Rusia en los últimos años.

Sindicatos rusos, sindicatos extranjeros, ONG y organizaciones políticas han enviado numerosas cartas al Presidente ruso Vladimir Putin y a las autoridades de Yakutia reclamando la liberación de Urusov.

También se han llevado a cabo diversas concentraciones y acciones públicas de protesta para reclamar su libertad y plantear la cuestión de la libertad sindical en Rusia.

La campaña en defensa de Valentin Urusov contó con el apoyo activo de la Confederación Sindical Internacional (CSI) y de las Federaciones Sindicales Internacionales.

El caso Urusov pasó a ser una las cuestiones examinadas por el Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En base a esta revisión, la OIT formuló una recomendación al Gobierno ruso para que se reexamine el caso y para que Urusov recupere la libertad sin más demora.

Aún así, a pesar del amplio apoyo recibido, Valentin Urusov sigue pudriéndose en la colonia penitenciaria del distrito de Khangalassky en Yakutia. Su liberación está prevista para finales de este año. Sus peticiones de libertad condicional anticipada han sido rechazadas en dos ocasiones.

Urusov, que padece una enfermedad crónica de riñón y sigue estando discriminado por la dirección de la colonia, no sólo ha sobrevivido a esta injusticia sino que sigue comprometido con la lucha sindical.