Las mujeres dicen “basta” de violencia en la plaza Tahrir

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Se suponía que la Revolución egipcia de 2011 iba a traer libertad y justicia, pero la experiencia de muchas mujeres ha sido muy distinta.

Las mujeres que se manifiestan en el revolucionario epicentro de la plaza Tahrir han tenido que aguantar últimamente un número cada vez mayor de agresiones físicas y sexuales.

 

El 25 de enero de 2013, fecha que marcaba el segundo aniversario de las protestas que derrocaron al líder egipcio Hosni Mubarak, 19 mujeres denunciaron agresiones violentas en la plaza Tahrir y sus alrededores.

En algunos de los casos más graves las manifestantes fueron agredidas sexualmente con armas blancas, con las cuales sus atacantes les realizaron cortes en los genitales.

Lo que suele suceder en este tipo de agresiones es que una multitud de hombres rodean rápidamente a mujeres aisladas, sujetándolas e intentando arrancarles la ropa.

Al tratar de rescatar a la víctima sólo se consigue que los agresores se vuelvan más violentos.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, condenó hace poco este tipo de incidentes diciendo que “lamentaba que la violencia sexual esté permitida con aparente impunidad en una plaza pública, y que las autoridades no hayan logrado evitar este tipo de ataques ni incoar más de un solo juicio contra los cientos de hombres involucrados en estas agresiones brutales”.

Este martes se va a llevar a cabo una protesta a escala mundial en contra del “terrorismo sexual” que sufren las mujeres que se manifiestan en Egipto.

Los organizadores, The uprising of women in the Arab world, están haciendo un llamamiento para que la gente se manifieste a las puertas de su correspondiente embajada egipcia local a las 18.00 (hora local) en señal de solidaridad con las mujeres de Egipto.

Por ahora ya se han programado 25 manifestaciones en diversos países.

 

Ya basta

Pero además de este llamado internacional a la acción, el 6 de febrero las propias mujeres árabes decidieron que “ya basta”.

Con el lema “la calle es nuestra”, cientos de mujeres marcharon desde la mezquita Sayyida Zeinab de El Cairo hasta la plaza Tahrir.

Su mensaje era bien simple: las mujeres egipcias no se dejarán intimidar ni ser excluidas de participar en la vida pública.

Las manifestantes – a quienes además se unieron una serie de hombres que se solidarizaron con sus demandas – llevaban pancartas con imágenes de egipcias famosas y cantaron eslóganes contra el Presidente Mohamed Morsi, afirmando que las mujeres egipcias son una “línea roja” que no debe cruzarse ni violarse.

El acoso sexual no es nada nuevo en Egipto: según datos de 2008 del Egyptian Centre for Women’s Rights, el 83% de las mujeres egipcias y el 98% de las extranjeras que visitan Egipto han sido acosadas en la calle.

Los datos también revelaron que cerca de la mitad de las egipcias encuestadas sufrieron este acoso a diario.

Pero los acosos – y lo que el más preocupante: la violencia – no ha dejado de extenderse a lo largo de los últimos años.

En marzo de 2011 una serie de mujeres manifestantes fueron sujetas a “pruebas de virginidad” por parte del ejército.

Y tras la publicación de un nuevo informe de Amnistía Internacional, la directora adjunta del Programa para Oriente Medio y el Norte de África, Hassiba Hadj Sahraoui, señaló que: “Las tácticas utilizadas por pandillas en manifestaciones recientes es un angustioso recuerdo del acoso y la agresión sexual que prevaleció contra las mujeres manifestantes durante el mandato del derrocado presidente Hosni Mubarak.”

Pero lo más alarmante es que los recientes incidentes parecen apuntar a mujeres que se encuentran dentro y en las inmediaciones de las manifestaciones de la plaza Tahrir, lo cual está generando preocupaciones de que, a raíz de eso, las mujeres terminen por autoexcluirse del activismo político por miedo a las agresiones violentas.

 

OpAntiSH

En respuesta a la creciente violencia, se han formado varios grupos de voluntarios para proteger a las mujeres de este tipo de agresiones.

Uno de los grupos más organizados es el “Operation Anti-Sexual Harassment/Assault” (OpAntiSH), cuyo objetivo es “combatir los incidentes de acoso o agresión sexual perpetrados en grupo contra las mujeres que se encuentran en la plaza Tahrir, en el transcurso de protestas, sentadas o confrontaciones en la zona, rescatando a las mujeres que se vean expuestas a asaltos y transportándolas a un lugar seguro.”

El grupo también quiere evitar los ataques “controlando de forma activa la plaza e interviniendo rápidamente tan pronto como se empiecen a formar pandillas.

OpAntiSH proporciona además apoyo y seguimiento médico, legal y psicológico a las mujeres que han sido atacadas, en coordinación con numerosas organizaciones y activistas individuales”, según su página de Facebook.

Para los testigos o víctimas de cualquier tipo de acoso sexual, el grupo también dispone de una línea directa a la que la gente puede llamar para pedir ayuda.

Una serie de mujeres que sobrevivieron a estos ataques aparecieron hace poco en televisión para compartir sus terribles experiencias – algo que, de por sí, está considerado como un acto de resistencia en la conservadora sociedad egipcia.

No está claro quién es responsable de estos ataques ni por qué.

Hay quienes sostienen que el aumento de los ataques es consecuencia de una falta de voluntad política y social para hacer algo al respecto, mientras que otros afirman que no se trata de incidentes al azar y que los ataques están siendo perpetrados por grupos especialmente entrenados para ello.

¿Su misión? Intimidar a las mujeres e impedirles participar en la actividad política.

Pero en realidad no hay pruebas concretas que corroboren este argumento.

Es más probable que los incidentes sean un reflejo de los problemas sociales endémicos que existen en Egipto tras décadas de pobreza, ignorancia y represión.