¿Puede el Tribunal Russell garantizar la justicia para el pueblo palestino?

 

Tras cuatro años de deliberaciones y testimonios, se celebrará la histórica sesión de clausura del Tribunal Russell sobre Palestina este fin de semana en Bruselas.

Desde su creación en 2009, este tribunal popular ha puesto de relieve y examinado la implicación y complicidad de gobiernos, instituciones y empresas comerciales en la violación del derecho internacional por parte de Israel en los territorios palestinos ocupados por ese país.

El domingo 17 de marzo, el jurado del Tribunal presentará sus conclusiones basadas en los trabajos realizados durante las sesiones del Tribunal celebradas en Barcelona, Londres, Ciudad del Cabo y Nueva York.

La sesión de clausura se celebra poco después de que el Parlamento Europeo haya aprobado una resolución en la que se insta a Israel a enjuiciar o liberar a 4.600 prisioneros palestinos detenidos sin cargos en las cárceles israelíes.

La reactivación de las tensiones en Cisjordania como consecuencia de la muerte de un joven de 30 años de edad recluido en Israel, Arafat Jaradat, ha puesto nuevamente este problema en el primer plano de la actualidad.

Sin estatus jurídico, el Tribunal Russell examina las violaciones del derecho internacional que no se abordan en las jurisdicciones internacionales existentes o que siguen perpetrándose, en razón de la falta de voluntad política de la comunidad internacional.

Según su declaración de principios, el tribunal tiene como objetivo: “reafirmar el derecho internacional como base para resolver el conflicto palestino-israelí”.

La primera reunión del Tribunal Russell se celebró en 1966 en respuesta a la Guerra de Viet Nam. Tomó el nombre de su fundador, el filosofo británico, Bertrand Russell, que se refirió a esta instancia diciendo: “no somos jueces, somos testigos”.

En sus cuatro años de existencia, el Tribunal Russell sobre Palestina ha escuchado los testimonios de palestinos y de figuras como Noam Chomsky y Desmond Tutu, que informaron sobre la complicidad de terceros en la ocupación.

Con esta sesión final, el Tribunal pretende cerrar un ciclo, sentando las bases para que la sociedad civil pueda poner en marcha iniciativas que obliguen a Israel, y a los que lo apoyan, a asumir sus responsabilidades.

 

Denuncia

En Barcelona, donde se celebró la primera sesión del Tribunal Russell sobre Palestina en marzo de 2010, se presentaron denuncias contra la Unión Europea por complicidad en la opresión del pueblo palestino.

En noviembre de 2011 en la Ciudad del Cabo, se presentaron pruebas del “sistema de Apartheid” instaurado por Israel contra sus vecinos palestinos.

En noviembre de 2010 en Londres, se expuso el papel de las empresas comerciales y su complicidad con Israel, y el pasado octubre en Nueva York, se pidieron cuentas a los Estados Unidos por su complicidad en la ocupación.

En Bruselas, el jurado del Tribunal Russell sobre Palestina estará compuesto de eminentes personalidades como el cantante compositor de Pink Floyd, Roger Waters, la activista de derechos civiles estadounidense, Angela Davis, la ganadora del Premio Nobel de la Paz, Mairead Corrigan Maguire y el pianista argentino, Miguel Ángel Estrella.

El jurado presentará sus conclusiones finales en la sala del Passage 44 en Bruselas a las 9.00 horas.

Algunas voces se han alzado para cuestionar la eficacia del Tribunal o la utilidad de celebrar esta sesión en Bruselas, en un momento en que los políticos europeos están absortos en la gestión de la crisis y de la desaceleración económica mundial.

Sin embargo, la repercusión de las constataciones del Tribunal Russell es considerable. En un informe del Banco Mundial publicado esta semana se destacaban las consecuencias económicas devastadoras de las restricciones que impone el Estado de Israel en la circulación de las personas y mercancías en Palestina.

Según el informe, la economía palestina ha registrado un descenso constante desde 1994, principalmente como resultado de las restricciones económicas y el prolongado bloqueo impuestos por Israel, que ha impedido el crecimiento y provocado un alza importante de la tasa de desempleo (que actualmente asciende al 22,9 %).

Stéphane Hessel, antiguo combatiente de la resistencia en Francia, autor y fuente de inspiración del movimiento de los “indignados”, que falleció la semana pasada, era presidente honorario del Tribunal Russell sobre Palestina.

Conocido mundialmente como promotor y defensor incasable de la justicia, siempre afirmó que amaba al pueblo israelí pero odiaba la política agresiva y opresiva del gobierno israelí.

“En vez de desarrollarse de forma amistosa y humana,” dijo una vez en una entrevista, “Israel se comporta de la forma más criminal hacia el pueblo palestino.”

Se espera que las palabras, la filosofía y las acciones de Hessel contribuyan a que el Tribunal logre alcanzar una solución duradera para la crisis palestina.

 

http://www.russelltribunalonpalestine.com/en/sessions/final-session/agenda