Chipre: el chantaje subyacente al plan de rescate

 

Los bancos permanecen cerrados desde el pasado viernes 15 de marzo y la economía chipriota se encuentra en una situación de incertidumbre sin precedentes tras la desastrosa decisión del Eurogrupo de repercutir las pérdidas en los depósitos de los particulares.

En Nicosia, cientos de ciudadanos hicieron cola delante de los cajeros automáticos del Banco Laiki – en los que el monto máximo que se puede retirar es 260 euros diarios – debido al creciente temor de que el “plan de restructuración”, apoyado por el gobierno, provoque el cierre inminente del segundo mayor prestatario del país.

Más importante aún, se han suspendido las transacciones bancarias ordinarias como el pago de salarios a los trabajadores, las transferencias de dinero a los jóvenes que estudian en el extranjero, los pagos de las empresas, etc., y el temor a una afluencia masiva de los clientes a los bancos empujó a los bancos a suspender todos los servicios bancarios electrónicos.

"Hay rumores de que el Banco Laiki (nombre griego del Cyprus Popular Bank) no volverá a abrir. Quiero sacar la mayor cantidad posible de dinero", dijo a la agencia de noticias AFP, Vassiliades, un residente local.

"Tengo casi 60.000 euros de ahorros en ese banco y en otras cooperativas de crédito. Ahora no sé si algún día podré recuperar ese dinero”.

"Lo importante ahora es tener efectivo. Nadie se atrevería a aceptar cheques en esta situación", señaló Phaedon Vassiliades, funcionario de gobierno jubilado, al retirar dinero de uno de los cajeros automáticos del banco situado en la calle de Ledra en la zona turística de Nicosia.

Anoche, tras una teleconferencia de emergencia del Eurogrupo para discutir los últimos acontecimientos en Chipre, los ministros de finanzas de la Eurozona declararon que estaban dispuestos a colaborar con Nicosia en la elaboración de “un nuevo proyecto de propuesta y que la UE estaría, posteriormente, dispuesta a proseguir las negociaciones sobre un programa de ajuste”.

En la declaración del Eurogrupo, los ministros también reafirmaron “la importancia de garantizar plenamente los depósitos bancarios inferiores a €100,000 en la Union Europea”.

Ayer también, los dirigentes políticos chipriotas celebraron una reunión de emergencia para preparar un “Plan B” que permita al país evitar la bancarrota financiera, después de que el parlamento rechazara por mayoría abrumadora un plan de ayuda que hubiera hecho una importante mella en todas la cuentas bancarias de más 20.000 euros.

 

Alternativas

El país está ahora tratando de encontrar vías alternativas para recaudar los 5.800 millones de euros que los prestamistas internacionales han exigido a cambio del plan de rescate.

Según funcionarios gubernamentales, se creará un “fondo de solidaridad” para agrupar los activos estatales como garantía para la emisión urgente de obligaciones.

Según el nuevo plan, el gravamen impuesto a los pequeños depósitos será inferior, por lo que se castigará menos a los pequeños ahorradores, se reformarán los bancos nacionales afectados por la crisis y se recaudará dinero de fuentes nacionales, en particular los fondos de pensiones, las reservas de oro y las filiales de los bancos extranjeros en Chipre.

Sin embargo, Yiannakis Omirou, Presidente del Parlamento, insistió en que no se había contemplado una revisión del gravamen sobre los depósitos bancarios más importantes, muchos de los cuales eran rusos.

Mientras tanto, los esfuerzos del Ministro de Hacienda de Chipre, Michalis Sarris, de hacerse con el apoyo de Moscú tras reunirse el jueves con su homólogo ruso, Anton Siluanov, no surtieron los efectos deseados, lo que dejó a su país en peligro de una salida inminente de la Eurozona el lunes, cuando el Banco Central Europeo amenaza con “retirar la manguera” de liquidez de emergencia de los sedientos bancos chipriotas.

Sin el apoyo del BCE, esos bancos se quedarán sin liquidez y Chipre se verá forzado a emitir moneda para poner a la economía en movimiento.

Esta situación se inició el miércoles, cuando los legisladores chipriotas votaron masivamente en contra de un controvertido gravamen sobre los depósitos bancarios propuesto como condición para la obtención de un préstamo de 10.000 millones de euros (13.000 millones de USD) de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional.

El Presidente del Parlamento, Yiannakis Omirou, instó a los parlamentaros a decir “no al chantaje” mientras la airada multitud también pedía un voto negativo fuera del Parlamento y advertía en sus pancartas que otros países europeos con economías maltrechas, como Italia y España podrían ser las próximas víctimas.

"Solo hay una respuesta posible: no al chantaje”, dijo Omirou, miembro del partido socialista EDEK, a los diputados reunidos en la sesión de emergencia.

"Debemos exigir que el acuerdo sea renegociado. Si se aprueba ese gravamen no habrá ningún inversor extranjero que mantenga su dinero aquí”, advirtió.

 

Riesgo de depresión

Con la tormenta que se abate sobre Chipre, la Eurozona se enfrenta a la perspectiva de perder uno de sus 17 miembros, una hipótesis que podría tener amplias repercusiones no solo para el resto de Europa sino para la economía mundial.

Sin embargo, los países del Norte de Europa, en particular Alemania, y el FMI afirman que solo se puede ayudar a Chipre hasta una cierto límite.

Afirman que es preciso encontrar una solución para el sobredimensionado sector bancario de Chipre, que rebosa de “activos ilícitos de Rusia y Ucrania”.

Los contribuyentes de la UE y los miembros del FMI alegan que solo están dispuestos a asumir los pasivos del Estado y la población de Chipre, no a rescatar a los oligarcas extranjeros.

Por otra parte, las autoridades chipriotas indican que amputar violentamente los depósitos extranjeros provocará una grave depresión, ya que una buena parte de la mano de obra del país está empleada en el sector financiero.

Chipre no tiene una producción agrícola o industrial significativa que pueda sostener su nivel de vida.

El compromiso alcanzado entre esas dos posiciones fue el peor resultado posible.

En una maratónica reunión de 10 horas del Eurogrupo el pasado viernes, los ministros de finanzas de la Eurozona decidieron repercutir las pérdidas en los depósitos, para mantener los gravámenes sobre los grandes depósitos extranjeros a un nivel mínimo.

La decisión causó una ola de protestas y una gran afluencia de los clientes a los bancos. Desde entonces, los bancos han permanecido cerrados.

El futuro de Chipre se decidirá de aquí al lunes, fecha en que, irónicamente, los grecochipriotas celebran la revuelta de los griegos contra el Imperio Otomano en 1821.