Zara produce en talleres esclavos de Argentina

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La marca de ropa Zara, de capital español, terceriza su producción en Argentina a talleres textiles clandestinos donde se esclaviza a costureros inmigrantes.

Zara sostiene la misma metodología de explotación ilegal e inhumana en Sao Paulo, Brasil, al punto que tuvo que pagar una multa millonaria por estos mismos delitos que se le imputa en otros once países.

En Argentina los talleres ilegales están ubicados en vecindarios en las afueras del microcentro de la Ciudad Autonóma de Buenos Aires o barrios turísticos y con mucha población de inmigrantes traficados desde la República de Bolivia, mediante engaño; ya que les prometen cobrar en dólares, viviendas, comida y trabajo con jornada laboral de ocho horas.

Sin embargo, según denuncia la ONG Alameda, junto a la Secretaría de Derechos Humanos de la Confederación General de Trabajo (CGT), la mayor central obrera del país, las jornadas de trabajo son inhumanas.

Las denuncias penales presentadas el 26 de marzo y el 11 de abril de este año, que además fueron ratificados poco después por los inspectores del Gobierno de la Ciudad, evidencian mediante el registro con cámaras ocultas que los costureros duermen en cuchetas pegados a las máquinas, siendo explotados en jornadas que alcanzan las 13 horas, de lunes a viernes de 7 de la mañana y finalizan alrededor de las 10 o las 11 de la noche, y sábados hasta el mediodía.

Además, el sistema eléctrico es precario generando el peligro de incendio como ya ocurrió en el 2006, cuando fallecieron seis personas de nacionalidad boliviana, cinco menores de edad, encerrados en el entrepiso de un taller clandestino.

Este sistema no es una excepción en la industria textil argentina y mundial.

La Alameda ha denunciado ante la justicia a 110 marcas de ropa de primer nivel, entre ellas algunas firmas internacionales como Puma y Topper, y los propios empresarios consideran que la ilegalidad alcanza el 78 por ciento del sector de la confección.

Este sistema de trata de personas y esclavitud viene siendo denunciando en México por las llamadas maquilas, en Italia por los talleres de la Camorra y las fábricas que se derrumban en Bangladesh.

Los tres talleres clandestinos que producían para Zara en Argentina fueron clausurados por el Gobierno de la Ciudad, por no estar registrados y suponer un alto riesgo de seguridad e higiene.

La justicia aún no comprobó los delitos, aunque sí que serían verificados por las filmaciones y los propios inspectores de Gobierno.

El fiscal que investiga a Zara todavía no ha llamado a indagatoria al fabricante, ni se realizaron registros en los talleres; tampoco interceptó las líneas telefónicas que conectarían a la marca con los talleres ilegales.

Vale recordar que Inditex, propietaria de Zara, es la segunda empresa textil de importancia en el mundo, y su propietario Amancio Ortega, la quinta fortuna en el planeta y la primera de España.

La causa judicial contra Zara lleva el número de expediente 3161/2013 y está siendo tramitada en el juzgado federal N° 7, a cargo del joven magistrado Sebastián Casanello. Sin embargo la investigación se encuentra derivada en manos del fiscal Guillermo Marijuan.

En Argentina Zara está acusada de violar la Ley de Trabajo a Domicilio, que responsabiliza laboral y penalmente al fabricante con el taller donde terceriza su producción; por violar la Ley de Migrantes, que prohíbe beneficiarse económicamente de un indocumentado, y la reducción a la servidumbre que es considerada a partir de las 12 horas y por tener coartada la libertad al vivir en el mismo inmueble donde los trabajadores son explotados laboralmente.

Zara puede auditar su cadena de producción mediante el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, que depende del Estado Nacional, pero nunca lo ha hecho. Este programa es prácticamente gratuito aunque no obligatorio.

En su defensa, Zara afirmó en diversos medios de comunicación que se han realizado auditorías internas, pero nunca comprobaron las denuncias. Algo que sería de esperar cuando una empresa se audita a sí misma.

Las filmaciones de la Alameda, adjuntas en este artículo y en la causa penal, demuestran aquello que la justicia aún sigue demorando en acreditar.

De todas maneras las redes sociales y los medios de comunicación en el mundo han popularizado la denuncia de la Alameda.

Desde China a la India. Desde Inglaterra a México. El lema EsclaviZará que popularizó la Alameda recorre el mundo.